"No todo se trata de dinero" (Bunny)

Capítulo III- Mi cobardía

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Lo siento, es tonto pensarlo, es estúpidamente patético pensarlo. Quisiera hablarte como le hablo a los demás, podría ser fuerte y al menos decirte "hola".

Si todos los días te veo al menos podría dirigirte una palabra, un verso, una oración, una acción por lo menos pero yo sigo paseándome por el pasillo con mí mirada fusionada a tu rostro.

Es triste pero principalmente patético, ¿No?, Que lo único de lo que soy capaz día a día sea sólo verte, contemplarte cómo un sucio acosador.

Me gustaría algún día decirte lo que siento, yo en serio, ¿Para qué lo digo? Soy demasiado cobarde para decirte que me pases un lápiz, no podré nunca decirte "Hey, ¿Sabés? Creo que me he enamorado de ti perdidamente, ¿Qué loco, no?"

Desearía hacer algo más que quejarme cómo un inútil pero es todo lo que puedo hacer, yo...lo siento.

Yo siempre, siempre, he anhelado ir un día a la escuela, correr por los pasillos cuál adolescente enamorada y saltar encima tuyo y que todo se cierre con un dulce beso mientras todos aplauden y...suena como algo que sólo podrían pasar en Televisa o algún canal de Disney.

Sólo quiero ser fuerte, ir, decírtelo y besarte, arreglar todos mis problemas y que lo único que quede por resolver sea la tarea de matemáticas. Y que nadie nos separe, nadie.

Ni hoy, ni mañana, tal vez nunca te lo diré. Nadie lo debería saber, porque lo único que quedará de mí a su vista será un simple y triste rubio maricon llorando en el pasillo con las estruendosas risas acompañando su llanto, el incesante llanto.

No quiero arruinarlo todo, yo sólo deseo algo cómodo y bonito, prefiero que quede en una cómoda amistad teniendote a ti como mí acompañero, ignorante de mis sentimientos por el bien de ambos a una ya rota relación incomoda goteando de fresco y apestoso rechazo.

Podría ser fuerte y al menos decirte "adiós".

Verdaderamente te pido sinceras disculpas por esto, Kenny.