Capítulo 2

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Yuliy

Ya ha pasado casi una semana desde que me despedí de mi hermano, dejé de soñar con él para evitar el dolor.

Me encuentro desayunando en la cafetería de mi escuela, suelo estar sin compañía debido a que no hago muchos amigos y creo que así está mejor. A veces las personas suelen ser muy entrometidas en la vida de los demás y es por eso que no hace falta juntarme con alguien. Veo a la gente pasar, alumnos malhumorados por las materias, maestros odiosos y que tienen como objetivo hacer enojar al alumno, padres de familia furiosos por las notas de sus hijos, en sí, hay de todo un poco en la escuela.

Suspiro al notar que ya casi se acaba el descanso y tengo que regresar a clases, me levanto de mi lugar, agarro el plato de comida vacío y lo tiro a la basura. Sin estar más en la cafetería voy directo a los salones para guardar una que otra cosa en mi mochila. Siempre soy muy cuidadoso al tratar de no chocar con gente, no me gustaría que ellos me hablaran y aunque eso suene muy de 'chico antisocial' gran parte de mi opinión no es por eso. Además, creo que si me acerco mucho a ellos podría despertar mis instintos salvajes debido a la sangre. No soy vampiro, pero aún así no tolero el olor a sangre y menos la de vampiros.

Cuando estoy apunto de entrar al salón puedo notar en la pequeña ventana que se encuentra en la puerta, a dos personas conversando. Es un chico delgado, alto y que se sienta hasta atrás cuando inician las clases. La verdad es que no sé su nombre y tampoco me Importa. La otra persona es una chica, su cabello es ondulado y demasiado oscuro, usa lentes y tampoco sé su nombre. Sin importarme en absoluto entro al salón haciendo que los dos chicos guarden silencio. La chica pelinegra me observa apenada, asustada y puedo notar que sus ojos brillan de una manera muy extraña.

Sin hacer caso a su mirada, voy hasta mi lugar y agarro mi mochila. Siento las miradas en mi nuca pero no les doy importancia ya que las personas siempre son entrometidas y chismosas. Me giro y veo que la misma chica me sigue observando pero esta vez, ella no le presta atención a lo que le dice el chico. Veo que él le insiste pero ella solo se dispone a ignorarlo. Sin interrumpir más su platica, trato de salir del salón pero la chica decide hablarle al chico apático. Ruedo los ojos al escuchar una de las más chillonas voces que he oído.

—¡hola! — habla mientras se acerca a mi.

Sin esperar a que llegue hasta mi, salgo del salón apresurado y extrañado. la pobre chica se quedó con la boca abierta debido a que la ignoré por completo y casi le azoto la puerta en la cara.

¿Por qué se empeñan tanto en hablarme?

Camino por todo el pasillo pensando y tratando de que mi mente se concentre en otra cosa que no sea mi hermano, si, de nuevo él. El timbre ya había sonado pero la verdad es que no me importa en lo más mínimo. Sin tener más opción salgo al patio trasero a tomar aire fresco.
Me siento abajo de un árbol y saco de mi mochila mi celular y mis audífonos. Me encanta la música, para mi es una manera de expresión, algo para poder salirse de la realidad y disfrutar de ello. Sin embargo, a veces me pone nostálgico debido a algunas canciones que hacen referencia a mi vida o a lo que estoy pasando. Cierro los ojos por unos minutos pero la misma voz chillona de aquella chica me aturde más de lo esperado. Se supone que la música es para eso, para salirse del mundo real, para ignorar a los demás. Parece que el destino no quiere eso y la verdad me está molestando que ella insista tanto.

¿Qué quiere de mi?

Molesto y sin nada de gracia me quito los audífonos y me preparo para rechazarla.

—oye... Veo que no te gusta socializar con los demás. —se muerde el labio inferior nerviosa.

Yo solo la sigo observando tipo ' fuera de aquí ' pero ella no se empeña a descubrir el sentimiento de mi acción.

—disculpa si te he molestado pero ¿quieres compañía? — señala a un lado de donde me encuentro sentado.

Ahora si, han colmado mi paciencia. Me acomodo mi mechón blanco y lo posiciono a un lado de mi oreja para que no me estorbe. Me preparo mentalmente para contestarle de la manera más grotesca y decirle que se vaya y me deje tranquilo.

—largo de aquí, no quiero compañía. — digo suave, pero sin perder la seriedad.

La chica me ve con curiosidad, no soy un cubo rubik para que me descifren. Mi estado de ánimo nunca ha sido bueno.

—¿Qué haces? —habla por fin mientras me sigue observando con detenimiento.

Ruedo los ojos al saber que ella insiste. Sin poder evitarlo respiro hondo pero al momento de hacerlo noto el olor que ella desprende.

A cítricos, un olor muy peculiar. Es un olor que jamás había notado en las personas, de hecho, jamás me pongo a oler su perfume o fragancia que lleven. Eso es raro hasta para mi.

—¿Qué hago de que? — contrataco serio y sin ninguna expresión en mi rostro.

Me enoja que en cada momento me pregunten cosas como esas, me molesta la gente insistente. Me estoy empezando a desesperar y eso no es algo muy bueno. Aún no controlo muy bien la sangre de sirius y es por eso que me vuelvo algo agresivo cuando estoy molesto o irritado. Así que de la manera más amable posible digo lo que tengo que decir cada vez que se acerca alguien a mi.

—solo vete, no quiero estar contigo. No necesito amigos. — hablo mientras me levanto del césped y me sacudo el pantalón para quitar la tierra.

Ella ve todos mis movimientos, sus ojos también son oscuros, profundos y vivaces. Mientras que los míos son azules, apagados y demasiado intensos. Nos quedamos un rato viéndonos a los ojos, observando cada detalle de nuestros rostros. Puedo también notar que tenemos la misma altura y que ella es delgada.

Borrando los pensamientos que tengo sobre ella, camino lejos de esa chica. Lo que menos quiero es verla de nuevo... Algo tiene que hace que me ponga irritado y furioso. Aún no he comprendido bien eso de ser el alfa de mi manada pero tengo que sobrevivir con ello y también al saber que debo encontrar 'pareja' pero en estos momentos creo que estoy mejor solo.

Solo, para morir con el dolor que tengo en mi corazón. Solo, para poder entenderme mejor y solo, para aprender a quererme a mi mismo.

El alfa Yuliy©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora