El alfa Yuliy©

Capítulo 17

Yuliy

Despierto asustado, mi respiración intranquila me alerta que algo malo ha pasado. Mi corazón que antes latía con fuerza por estar vivo, porque la sangre corría por mis venas, ha dejado de existir.

Siento el pesar, siento el miedo que tanto me provoca al saber la respuesta de esto...

Soy un híbrido. Y dependeré de la sangre de mi hermano para toda la vida.

Unas lágrimas gruesas salen y mojan mis mejillas, caen por mi barbilla y se pierden entre las sábanas blancas de seda. Siento el ardor de la herida, de mi garganta y el dolor de mi alma. No quiero esto, no quiero convertirme en lo que todos esperan; creía que no iba a suceder nada pero ese fue otro de mis múltiples errores.

Dejando de lado la resignación y el arrepentimiento, me levanto de un salto de la cama, esperando a ver a Mikhail por los alrededores, pero no hay nada. La ventana abierta me da una vista preciosa del lugar, me muestra el bosque, la luna en su máximo esplendor y escucho los misteriosos sonidos de la noche.

Sé que está ahí, me observa en la oscuridad. Sus ojos rojos los identifico perfectamente y sin duda alguna es aquel chico que camina sin flaquear en la penumbra del bosque. Sus pasos son decididos, su cabello brilla más por la palidez de su rostro y por la iluminación que la luna deja sobre él. Sus ojos me observan sin duda alguna, su sonrisa se ensancha y en un instante, llega a mi lado.

El viento corre debido a su rapidez, las cortinas se mueven y cubren la ventana. La noche es hermosa como para desperdiciarla, como para recibir malas noticias pero yo sé que eso es lo que me espera. Él quería esto, él quería convertirme en lo que antes había sido su salvación. Quiere que reine un mundo lleno de vampiros y de sirius, quiere que escoja a qué bando me iré y gobernaré.

Sin embargo, no quiero ni pienso hacerlo.

—¿cómo has estado? —pregunta, su tono de voz es bajo y frío.

Unos escalofríos me recorren la espalda, sus ojos escrutadores me miran tan intensamente que siento hasta un ardor en la nuca. No quiero girarme y encararlo. No quiero saber la verdad que me espera lista para acabar con el resto de mi vida.

—basta, no hagas como si nada hubiese pasado, Mikhail. Ya sé... —pronuncio, susurrando estas palabras que se las lleva el viento.

Suspiro, cansado y con una pesadez en mi cabeza. Desde su muerte no he podido descansar como es debido y eso nadie lo sabe. He querido huir de todo eso, de mi pasado, de lo sucedido, de lo que yo soy y de dónde vengo. Quiero olvidarlo todo y simplemente ser un chico normal, pero no puedo. Es algo imposible para alguien que no lo merece.

—Yuliy... —susurra en mi oído, más cerca que nunca.

Su voz fría me hela la sangre, provoca estragos en mi ser. Su aroma a bosque, a pinos, me hace recordar nuestra infancia, lo que vivimos hace mucho tiempo.

—por favor, guarda silencio un momento. No quiero saber nada hasta mañana. —le suplico, ahora mirándole a los ojos directamente.

Siento que mi mundo se derrrumba, siento el miedo recorrer mi cuerpo, tiemblo y no por el frío, sino por la mirada tan penetrante de Mikhail. Es inexplicable, es algo inefable; mi corazón a pesar de que ya no late, siento como si este buscara palpitar con rapidez debido a la emoción, miedo, intriga, a todos los sentimientos que se me juntan solo por verle.

¿Qué me sucede?

¿Es este el lazo del que hablaban muchos?

¿Cambiará mi mundo para siempre?