Yuliy
El mundo que me rodea ya es diferente. Han pasado días desde que tomé la decisión. Me iré de mi hogar para estar con Mikhail y que él me pueda enseñar todo lo que se necesita para no sucumbir a la sed. Mi madre se ha enterado, ha llorado y nos ha dicho que quiere que nos quedemos pero eso es imposible. Alguien debe poner orden, alguien debe de detener a las personas que desean convertirse algo más que vampiros.
Son los demonios.
Aquellas personas que han caído en las redes del egoísmo, del odio, de la tristeza y de la maldad. Eran vampiros o sirius que anhelaban algo más en sus vidas y que perdieron todo al ofrecer sus vidas a su único Dios. Mientras tanto, yo ahora estoy en el limbo. No pertenezco a los sirius pero tampoco a los vampiros, soy una especie rara que es una combinación de aquellos dos seres y que sólo hay una forma de calmar las ansias.
Matar.
No creo que sea la mejor idea, no es la mejor opción pero si no controlo la sed de sangre que luego llega sin avisar, podré matar a miles de personas en un parpadeo y jamás podré acordarme de ello. Mikhail me lo ha dicho, él me ha contado todo lo que ha sufrido él y sus compañeros. No confío mucho en él porque ha pasado demasiado tiempo desde que nos vimos, desde que nos separamos y desde que hablamos como hermanos. Le desconozco mucho, duele verle diferente y saber que jamás cambiará a su forma normal. Era un humano que quería salvación y cayó en las redes de los vampiros. Al final, creí que había muerto por ese veneno pero estaba equivocado.
-¿listo? -su voz llega a mis oídos rápido, es calmada, sin mostrar enojo en ella.
Un escalofrío me recorre la espalda, estoy de espaldas de él y digo viendo la increíble vista desde mi habitación. Mi madre se ha ido con los demás para dejarnos solos, ha querido que podamos tener todo el tiempo del mundo para hablar.
Sonrio con tristeza, recordando un poco de mi vida pasada y de todo lo que hice mientras mi hermano no estaba. Sufrí mucho esperando su regreso y cuando creí que al fin podría superar esa pérdida, le vi de nuevo. Ahora, él está justo a mi izquierda, tocando mi hombro con suavidad. Muestra una sonrisa igual de triste porque ya no va a poder quedarse más tiempo aquí.
-no, aún no lo estoy pero tendré que estarlo pronto. -susurro con tristeza, no quiero llorar, no quiero mostrarle que me duele partir y dejar todo lo que había soñado.
Mi vida cambió en un instante que no me di cuenta cuando yo mismo me descubrí mirando al espejo mi reflejo, mis ojos, mi rostro y todo lo que me caracteriza como un sirius.
-lo siento, Yuliy. Sé que mi visita no fue de tu agrado, sé que en tus sueños intentabas huir de mí pero yo no he podido hacer nada. Yo no he podido detenerlos, ellos me obligaron.
Su voz se corta, parece que llora pero no salen lágrimas. Su rostro se desfigura un poco porque él no puede llorar, no puede sentir amor, cariño o aprecio hacia un humano o a otra persona. Sin embargo, hace un esfuerzo para dejar ver que me quiere y que no le es fácil ser vampiro.
-no, yo tuve la culpa. Yo deseé que estuvieras aquí a pesar de que estabas en ese sarcófago. Lloré todo el día y quise morirme al saber que ya no estarías a mi lado. Entonces, todo esto ha sido mi culpa. Por desear que regresaras a mi lado y que sintieras todo el cariño que alguna vez no te di.
Las palabras salen de mi boca sin que yo pueda detenerlas, no esperaba que un poco de la verdad saliera, no quería que descubriera los sentimientos que tengo hacia él. No ha habido nadie más. Nadie más ha podido reemplazarlo a él. Su mirada se ensombrece y deja de sonreír para darle paso a un ceño fruncido. Su cabello blanco se mueve al compás del viento y su mano se levanta despacio como si tuviera miedo de verme desaparecer. Esto parece un sueño más que al final no se volvería realidad pero me asusto cuando siento sus dedos en mi rostro, toca mi mejilla sin dudarlo y suspira relajado.
-tranquilo, yo me encargaré de no desaparecer de tu lado. Para eso regresé, tú me llamaste a gritos a pesar de que en realidad no querías verme, escuché tu corazón latir con fuerza así como ahora y ver tus lágrimas gruesas y frías que caían por tus mejillas. Lamento mucho que tuvieras que tomar esta decisión pero estoy seguro que lo más difícil ha pasado.
Suspiro un poco, mi corazón no late rápidamente. Al parecer ser un híbrido tiene sus consecuencias y aunque puedo llorar, no siento pena o lástima por alguien más que no sea mi creador. Él parece creer yo no me doy cuenta de la realidad, de lo que se aproxima, se lo que aún oculta y que puedo ver en sus ojos.
Veo las imágenes más aterradoras, los momentos más tristes, todo simplemente por elegir ser alguien que pueda gobernar a los dos mundos. Veo en sus ojos que lo peor se aproxima y que nadie podrá salvarnos de esto. Pronto nos iremos a otro mundo, a otro lugar en el cual nadie estará a salvo.
Ni siquiera yo.
-espero y no me mientas más de lo que ya lo has hecho, una vez lo hiciste y no salió como esperabas. Así que, deseo que tengas piedad por mí porque no dudaré en acabar con tu vida más rápido de lo que llegaste a vivir. -hablo sin pensarlo, dejando ver mi odio y desesperación y me retiro de la ventana para preparar el largo viaje que nos espera.
Veo de reojo que Mikhail aprieta los labios, quiere hablar, quiere decir algo pero no lo hace. Sus ojos rojos parecidos a ese elixir que corre por nuestras venas se quedan mirando la vista que yo antes aprecié con gran anhelo. Mi vida cambió de inmediato cuando él llegó y espero que así cambie cuando llegue al otro mundo. Sin embargo, un precentimiento llega a mí antes de lo esperado y deseo que ojalá no se haga realidad.
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El alfa Yuliy©
FanfictionLos lazos que lo atan a su querido hermano jamás se han ido. Yuliy, incapaz de perdonar la muerte de su hermano, se adentra a un mundo en donde los sueños le indican que Mikhail está aún con él, que jamás se va a ir de su lado. Sin embargo, la pesad...