Yuliy
—Yuliy... Yuliy... —escucho una voz que me trae de vuelta al camino.
Respiro de manera dificultosa, mi corazón late acelerado y entiendo el porqué de ello. Sin esperar a que de nuevo la voz se escuche, abro los ojos y miro a mi alrededor asustado. Me agarro el cuello pensando lo peor, sintiendo los dos orificios y la sangre correr por mi clavícula pero nada de eso sucede. Solo siento mi piel tersa y suave, nada fuera de lo normal. Al ver mi habitación con más tranquilidad, noto que Mikhail está a un lado de mí, petrificado y con su mano detenida en mi hombro. Su rostro está más pálido de lo normal y sus ojos abiertos me dicen que algo había pasado.
—¿Qué pasa? —pregunto con la voz ronca, carraspeo para evitar otro suceso así.
Él parece seguir impresionado, sus ojos rojos se dilatan un poco y me siento extraño. Sin decirle nada me levanto de la cama y voy directo al baño para revisar si todo había sido un sueño pero al momento de cruzar la puerta, mi hermano me detiene.
—estabas gritando, me decías que no te tocara. Que no te hiciera daño alguno. ¿Qué pasó? —pregunta Mikhail aún sorprendido, pero parece recuperarse cuando yo sonrío tímidamente.
Niego con mi cabeza e intento no asustarle, aunque el que está más asustado soy yo.
—nada, no pasó nada. —digo con rapidez y cierro la puerta del baño.
Respiro de nuevo con dificultad y aunque me siento un poco mejor, eso no quita el sueño perturbador que tuve y quién era el que lo hacía. Sin dejar de pensar en ello, me miro en el espejo para corroborar si simplemente fue un sueño pero mis manos tiemblan cuando las apoyo en el lavamanos y veo mi apariencia. Mis ojeras están tan profundas que pienso que estoy en realidad muerto, mis párpados caídos y mi rostro pálido me dicen que no tuve una buena noche.
Cuando me alejo un poco del espejo, intento borrar esa imagen de mí; de mi pariencia horrible, cansada y frustrada. Pero cuando quiero separarme y dejar de ver mi reflejo, de repente, alcanzo a ver que mi apariencia va cambiando poco a poco. Me quedo helado en mi lugar, con mi mano agarrada a la manija de la puerta. Tiemblo y siento un sudor frío correr por mi espalda, no puedo apartar la mirada y menos cuando veo que mis ojos cambian por completo a un color rojo carmesí. Deseo gritar, decirle a Mikhail lo que me está sucediendo pero no puedo articular ni una sola palabra y menos cuando la viva imagen del sueño se hace presente delante de mí.
Me veo dolido, con los ojos rojos, con la marca de los colmillos y con la sangre escurrir de esas heridas. Mi piel pálida, parezco un muerto y quiero retroceder lo antes posible.
No es real.
No es real.
¡No es real!
Paso saliva y cierro los ojos de inmediato para quitar la viva imagen de que yo soy un vampiro. De que mi sirius a desaparecido. Mi lobo quiere llorar, gritar y realmente está furioso por todo lo que ha estado pasando. Yo no puedo estar más de acuerdo con él, la verdad es que estoy cansado y desanimado porque todo lo que había logrado se fue a la ruina.
Mientras intento pensar en otras cosas, olvidar mi aspecto y qué es en lo que me convertiré, escucho una delicada voz que me saca de mi trance y me hace volver a ver todo lo que antes había ocurrido.
—te dije que jamás escaparías, te dije que me tendrías a tu lado a donde quiera que fueras. —susurra una voz ligera, dulce pero a la vez desagradable.
Mi mente quiere estallar y cuando abro los ojos la apariencia de Emily se va formando poco a poco en el espejo. Mi boca se abre, atónito por lo que estoy viendo y que nadie más puede percibir. Mis manos se encuentran sudorosas y el olor en la atmósfera cambia por completo, ella ha llegado y luce molesta. Sus ojos rojos brillan y parecen que sólo me miran a mí, la iluminación en el baño se apaga y me quedo a oscuras. Mi sirius empieza a reaccionar desesperado y olfatea a todos lados en busca de su olor a sangre y muerte. Pero lo único que llego a oler es el delicado aroma que ella porta, dulce pero a la vez terrible para mi ser. Ha cambiado, ha estado cambiando desde que yo la vi; desde que nos encontramos aquella vez, ella quizás no desea hacerme daño pero yo sí. No pienso cambiar de opinión al ver que ella ha ocasionado esto y que solo revivió a mi hermano por gusto.
—estás en lo correcto, tu hermano no es más que un muerto que te perseguirá hasta que obtenga el propósito que yo le pedí. Convertirte a ti en lo que más aborreces. —dice Emily y empiezo a alucinar.
Mis ojos pesan de nuevo y quiero gritar porque no quiero desmayarme. Quiero pedir ayuda y decirles a todos lo que en realidad está pasando. Pero aún no puedo, no puedo decirles la verdad. Quizás Mikhail en verdad está muerto y ella solo lo revivió para atormentarme.
Pero, ¿por qué?
¿Porqué se empeña en confundirme?
¿Porqué quiere convertirme en lo que más detesto?
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El alfa Yuliy©
Fiksi PenggemarLos lazos que lo atan a su querido hermano jamás se han ido. Yuliy, incapaz de perdonar la muerte de su hermano, se adentra a un mundo en donde los sueños le indican que Mikhail está aún con él, que jamás se va a ir de su lado. Sin embargo, la pesad...