Mikhail
Estoy confundido por lo que a él le pasa. Me detengo en su puerta, esperando que Yuliy la abra para poder platicar sobre lo sucedido. No sé si lo que dijo fue verdad pues yo también soñé lo mismo.
Yo estaba encima de él, intentando morderle el cuello. Yuliy se retorcía y me decía llorando que no quería ser como yo, que era mejor que yo estuviera muerto y quizás sí lo estoy. No recuerdo cómo ni cuándo llegué, simplemente sentí que alguien más estaba aún lado mío y de repente, la oscuridad en la que estaba envuelta desapareció con rapidez. Fue extraño pero entiendo perfectamente de qué es lo que estoy hablando. Fue mi clan, con el que antes me encontraba luego de morir por el veneno. Recuerdo las palabras de aquellos que me cuidaban tras las rejas. Me miraban y lo que siempre voy a recordar es el rostro de una chica, que sonreía de manera tierna pero que en sus ojos se veía reflejada la maldad.
Intentando regresar al mundo actual, me alejo de la puerta triste porque no escucho ni una sola palabra de él. El día está lluvioso, con una ligera brisa que me hace suspirar. Deseo salir y hacer lo que me plazca pero aún así debo pretender ser normal y que nada malo ha pasado aquí. Salgo de la habitación, absorto en mis pensamientos que no veo a la figura que se posa delante de mí antes de bajar las escaleras.
—hijo mío, ¿estás bien? —pregunta mi madre, que me mira con dulzura.
Yo paso saliva y apenas descubro que estoy sudando frío. Me tiemblan las piernas y mi garganta arde demasiado. Oh no, ya es hora.
Para no entretenerme tanto con ella, la evito y salgo corriendo para llegar al primer piso y salir al bosque para perderme. Mi madre no me detiene pues se ha de imaginar lo que en realidad sucede, la lluvia toca mi rostro y sonrío un poco porque recuerdo bellos momentos que pasé con Yuliy y con mi padre.
Cuando apenas voy a entrar al bosque, a lo más profundo de este alcanzo a oír una voz. Una voz susurrante y que me suplica varias veces que no vaya. Sé quién es y entiendo perfectamente la situación.
—no, no te vayas. No permitiré que te alejes de nuevo de mí. —habla, cansado y con la voz ronca.
Yo me giro en mi propio eje y siento que ya no puedo más. Me arde demasiado la garganta que ni siquiera puedo articular palabra. Alzo la mano para que se aleje de mí lo más pronto posible pero él no parece detenerse y su rostro decidido me dice que va en serio. La lluvia aumenta y el viento sopla con fuerza, nuestras ropas mojadas se pegan a nuestros cuerpos y el rostro de Yuliy es un enigma.
Retrocedo rápido pero sin dejar de mirarle a los ojos, los siento más rojos cuando él se acerca pues mi sed de sangre aumenta. Solo puedo permanecer 1 semana sin alimentarme de sangre pero eso ya pasó y ahora tengo que huir lo más rápido posible.
—sé que estás muerto, que Emily te trajo al mundo de nuevo. —dice cansado, con sus ojos aún puestos en mí.
No quiero que me vea, yo también estoy cansado. Pero decido prestarle atención y más cuando habla de Emily. Ella es la que me cuidaba antes cuando me habían encerrado. Se me hace raro que ella no haya enfermado.
—lo siento, Yuliy. Pero ahora no puedo hablar... —intento terminar de hablar pero Yuliy me interrumpe de prisa.
Sus ojos a pesar de ya ser de un azul eléctrico, se vuelven más brillantes y a lo lejos cae un relámpago. El estruendo hace que la tensión sea más intensa, que la furia que tenía guardada aumente y que Yuliy se desespere más por tenerme lejos.
—quiero que te quedes, por favor. No sabes lo triste que estaba cuando... —habla de manera suplicante, triste y si no fuera por la lluvia, creería que él ahora está llorando.
Alzo de nuevo mi mano para detenerlo, no quiero escucharlo más. Pero cuando decido girarme para correr lo más rápido posible lejos de él este camina hacia mí sin dejar de observarme y con las manos hechas puño.
—aliméntate de mí, sé que huyes de mí por la sangre. Puedes vivir con la mía, puedes quedarte aquí. —dice mientras intenta acercar su cuello a mi boca.
Yo me alejo, no sabe lo que dice. Es un dolor insoportable y podría convertirlo si mi deseo es hacer eso. No tengo idea de qué es lo que quiero pero por eso evito esa situación. No quiero que pase nunca, no pienso arruinarle la vida a mi hermano solo por un deseo tonto.
—no, yo estaré bien. Regresa a casa porque sino te vas a resfriar. —explico rápido y me volteo para darle la espalda.
Sin embargo, él logra agarrar mi mano y mis ojos se abren al límite porque no esperaba esa acción suya. Me detengo, no quiero mirarle a la cara y ver que va en serio. Ni siquiera quiero pensar en lo que podría pasar si lo hago.
—hazlo, ahora.
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El alfa Yuliy©
FanfictionLos lazos que lo atan a su querido hermano jamás se han ido. Yuliy, incapaz de perdonar la muerte de su hermano, se adentra a un mundo en donde los sueños le indican que Mikhail está aún con él, que jamás se va a ir de su lado. Sin embargo, la pesad...