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Sarada apretó sus prendas en puño. La vergüenza había decorado su rostro ahora carmesí. ¿Qué esperaba?. No lo sabia. Pero era muy tarde como para arrepentirse.

— S-Sarada...  — Naruto se levantó de su asiento levemente incomodo. Por primera vez, desde que había tomado el puesto de Hokage, no se creía capaz de cumplir una petición — ¿A qué viene eso?

— Se que no tengo ningún derecho a expresar mi soledad, mucho menos frente a alguien como usted Hokage sama. No se puede comparar mi sentimiento a lo que alguna vez usted vivió pero...De verdad disfrutaría tener algo de compañía en casa, de vez en cuando.

—Ya veo. Sakura chan ha estado saturada de trabajo y Sasuke, bueno, casi nunca esta en la aldea

— Intente hacerles la idea. No funcionó, pero usted es su amigo y los conoce a ambos, puede que cambien de parecer si usted logra convencerlos

—Aun asi — musitó no muy convencido

Pronto, las ilusiones y esperanzas abandonaron el rostro de la menor. El arrepentimiento llegó antes de que pudiera reaccionar y retrocedió unos pasos decepcionada.

—Tiene razón, no se en que estaba pensando. Creo que ya estoy algo mayor para esas cosas. Si lo pienso bien, ellos están algo ocupados para mi, no quiero imaginar como estarán con alguien mas— ante la lógica de sus palabras. Shikamaru asintió con una seña, como agradeciendo que eso no llegara a mayores, pero celebró demasiado rápido

Los ojos de Naruto se habían quedado fijos en ella. Un leve recuerdo de cuando Sarada era tan solo un bebé apareció en su cabeza. Pero también recordó lo feliz que era Boruto en casa con Himawari y viceversa. 

 —No, descuida. No puedo prometer nada Sarada chan, pero hare lo posible por meter el tema en la conversación. Quien sabe, quizás pueda lograr que cambien de parecer

.

Naruto esperaba paciente la reprendida de Shikamaru. Segundos después de que Sarada había abandonado la sala, su amigo se había sobado las sienes con tanta fuerza que no pudo evitar soltar una risa nerviosa.

— Tienes un don para meterte en problemas. Sasuke ni siquiera esta en la aldea 

—Podemos llamarlo

 —Sasuke no aparece a no ser que sea meramente importante. ¿Era tan difícil convencer a Sarada de que no era una buena idea?. Ella misma hizo conciencia 

—Lo se. Solo fui empático y me puse en sus pies. Es una niña, y sus padres son la pareja mas fuerte del pais del fuego. Vaya. Quizás del mundo shinobi. Ambos están ocupados por culpa mia

— Eso no es cierto y lo sabes. Todos tenemos responsabilidades, algunos mas que otras. Shikadai no llega diciendo que quiere compañía, y en todo caso, puede adoptar un pez o algo

— Se parece tanto a su padre que probablemente piense que seria un fastidio. Pero Sarada es diferente. Ademas no perdemos nada, esos dos son difíciles pero solo por que quieren serlo

— ¿Y cuál es tu gran plan?. ¿Llevarlos a una guardería y hacerles ver los tiernos que son los bebés?. ¿O llevarlos a cenar, embriagarlos y hacer que pierdan el juicio por el alcohol en su organismo?

—¿Qué diablos?. No. — El rubio se puso de pie para ver Konoha desde el gran ventanal. No tenia idea de que hacer o que decir. Solo sabia que quería ayudar y eso era mas que suficiente

Ya pensaría después en sus palabras. Hablaría con los dos a solas para saber que piensan. Si uno de ellos guardaba el deseo o la intención de tener un integrante mas en la familia, seria suficiente como para partir de ahí. 

𝙐𝙣 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙎𝙖𝙧𝙖𝙙𝙖. |𝐄𝐧 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐜𝐢ó𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora