7

7.1K 395 325
                                    

Sarada jamás había visto en su padre una expresión como la que decoraba su rostro en ese momento. Su espalda estaba rígida, la postura expresaba lo tenso que se sentía y escondido entre la sorpresa de sus ojos, había un dije de felicidad contenida pero también de miedo. Las palabras no salían de su boca y sin embargo, parecía querer decir tanto que casi lo describiría como desesperado.

Pronto la angustia se hizo presente y avanzó lo que faltaba para llegar a Sakura. No necesitaba preguntar cuanto tiempo tenia, pero moría por saber cuando se había dado cuenta.  

— Hubiese venido antes de haberlo sabido. Si me hubiese llevado mas tiempo en Kumogakure y-

— No importa Sasuke kun— le cortó regalándole una cálida sonrisa  —estas aquí y eso es suficiente 

Sarada fue testigo de un cumulo de emociones que los envolvía a ambos, como una aura invisible que solo ella podía sentir pero no ver. Le resultó increíble como ambos congeniaban y se decían tanto en una especie de lenguaje secreto que solo sus padres sabían interpretar. 

— Amm, yo iré a entrenar. Prometí reunirme temprano con Boruto — interrumpió Sarada al sentir la necesidad de dejarlos sabiendo que solo hablarían en su privacidad

Sabia que la habían escuchado, pero no les dio tiempo de decir mas. Salió disparada a la torre Hokage con la misma energía con la que había ido la primera vez, no se detuvo ni un instante. Subió las escaleras y pese a que moría de ganas de solo entrar. Se detuvo unos segundos para tomar aire y después llamo a la puerta. Una vez, la voz de Shikamaru le indico pasar, se adentro dirigiendo su vista a un extrañado Naruto.

—¿Sarada?. No hace mucho acabo de ver a Sasuke, creí que iría a casa

—Séptimo, he venido a agradecerle 

Tanto el mencionado como su consejero compartieron miradas. La pequeña Uchiha sostenía sus manos unidas en puño a la altura de su pecho y expresaba euforia por cada poro de su piel que les causaba extrañeza.

—¿Agradecerme?. No he hecho nada Sarada chan 

— ¡Mamá esta embarazada! — el Hokage no ocultó su sorpresa, irguió la postura de golpe y se sujetó del escritorio con fuerza

—¡¿Qué?!. ¿Sakura en serio esta-?...Bueno, eso fue rápido — murmuró por lo bajo achicando los ojos mientras hacia cuentas con los dedos — Pero no importa, ¡lo logramos!

— Que problemáticos — agrego Shikamaru en un gesto relajado — Enhorabuena, supongo

No estaba muy convencido de que hubiese pasado de la forma correcta, en realidad. Bajo el punto de vista de Shikamaru, no tenia claro que le había dicho a ambos para convencerlos, pero ahí estaba, producto de las habilidades de persuasión de Naruto. Si Sasuke se enteraba, tendrían que llamar a Kakashi de nuevo para suplantar al difunto Hokage.

.

Sakura le contó todo a su esposo mientras compartían el desayuno que su hija había preparado.

Una semana atrás, había sufrido una ola de fuertes mareos y dolores de cabeza que la habían vuelto loca. Pero lo que confirmo sus sospechas fue la ausencia de su periodo con un leve retraso que no dejo pasar. Llevaba tres días con la noticia y no tuvo mas remedio que decirle a su pequeña hija cuando se vio en necesidad de ausentarse unos días de su trabajo. Al menos mientras se acostumbraba a los repentinos síntomas.

Sasuke no pudo ocultar su preocupación, menos mal había resulto el asunto de Mijukuna, antes de que se volviese un problema mas grande y terminase involucrando a su familia. Jamas se lo perdonaría. Estaría mas atento en resolver las futuras misiones que se le encomienden, y poder estar mas tiempo en casa. 

Si todo iba bien, a principios de Enero un nuevo integrante seria parte del legado de los Uchihas.

Pronto, la noticia voló por todo Konoha. El clan Uchiha quien alguna vez obtuvo fama por tener un solo integrante, pronto sumaria otro miembro al clan. 


𝙐𝙣 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙎𝙖𝙧𝙖𝙙𝙖. |𝐄𝐧 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐜𝐢ó𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora