Hacia mal clima en el país del Rayo cuando Sasuke llegó el jueves a medio día. El diluvio se tornaba pesado conforme sus pasos lo guiaban a la capital de aquel lugar. Normalmente, el país debería hacerse cargo de sus propios problemas, sin embargo al ser una organización nómada se veían en obligación de informar a las cinco naciones shinobis de lo ocurrido.
El grupo de Chunin había obtenido muy poco o casi nada de información que le pudiese ser de ayuda. Pero era suficiente para que él se movilizara en busca de mas. Sabia que controlaban el suiton, eran cinco miembros de no mas de cuarenta años de edad y habían empezado a repartir publicidad en las aldeas cercanas a la capital del país del Rayo.
Como si de manifestar se tratase, mientras Sasuke recordaba la conversación con su compañero. Uno de esos carteles apareció pegado con cinta en una roca que conformaba parte del sendero rumbo a la torre del Raikage. Extrañado y sin bajar la guardia, sus pasos lo guiaron con intenciones de leer el contenido y lo que leyó no pudo dejarlo mas extrañado.
Superfluo es aquel grupo con habilidad especial que busca la paz sobre aquellos que no tienen un don. Mientras existan personas nacidas con el kekkei genkai o un control sobrenatural de chakra, la guerra siempre existirá sobre quienes no lo hacen. ¿Cómo se espera que las personas fuertes y de poder, vivan sin el deseo de expresarse ante aquellos que son débiles a sus ojos?. La igualdad es la única respuesta. Son mas aquellos que son débiles, que los fuertes. Aceptemos el exterminio total de los shinobis. Solo asi, ninguna guerra volverá a ser parte de nuestro siguiente amanecer.
Apretando los dientes, Sasuke trajo un recuerdo a su cabeza. Ya había leído eso antes, trece años atras para ser mas específicos. En aquel viaje que hizo junto a su ahora esposa, las mismas palabras, los mismos versos, pero ¿la misma persona?. No lo sabia y sin embargo estaba un paso mas cerca de su objetivo.
Un estruendo se precipitó a sus oídos tiempo después de que el cielo se pintara de blanco. La lluvia se volvía mas densa y él aun no llegaba. Apurando el viaje, Sasuke arrancó la hoja y corrió cuan rápido pudo hasta la torre del Raikage.
Omoi lo esperaba a las afueras del edificio sosteniendo dos paraguas. Irónico, soltó una risa al ver lo empapado que se encontraba el famoso Uchiha. Lo encaminó a la oficina del Raikage en silencio y pese a que le molestaba estar mojado, escuchó todo lo que Darui le dijo sobre la organización.
Pronto Mijukuna se volvió su objetivo. Pero también una persona en especifico de la cual, no recordaba lo suficiente. Para cuando la noche se hizo presente, la lluvia solo eran leves diluvios y el viento sacudía los pocos arboles de esa aldea, tan fuerte que parecía querer tirarlos. Sasuke, ahora seco, meditaba en silencio sentado al borde de la cama donde se iba a hospedar. Se llenaba de fragmentos de su viaje, casi olvidados esperando encontrar alguna pista.
— Creo que los shinobis deben morir — él y su esposa miraron asombrados al pequeño de ocho años quien se veía perdido en sus pensamientos — Mis padres fueron asesinados en la cuarta guerra ninja, ni siquiera eran shinobis. Pero se vieron envueltos por culpa de aquellos que si querían pelear
Su ahora esposa, se puso de cunclillas para estar a su altura y sostuvo sus manos buscando sus ojos.
— Nosotros no queríamos pelear. Pero lo hicimos porque nos vimos en obligación de hacerlo. Gracias a eso hay paz
— Pudimos haber buscado otra forma, mis padres estarían conmigo si eso no hubiese pasado
— Lo siento Kashiko, en serio lo siento
Pronto sus recuerdos se vieron confusos pero al menos recordó un nombre.
Aquel niño con el que ambos habían coincidido, solo estaba repitiendo una doctrina expandida por su lugar natal. Para ello debía viajar al norte del país lo mas pronto posible. Partiría al amanecer. Y con ese pensamiento en mente, Sasuke se perdió en sus sueños y también en sus recuerdos.
— ¿Cómo se espera que las personas fuertes y de poder, vivan sin el deseo de expresarse ante aquellos que son débiles a sus ojos?. La igualdad es la única respuesta. Son mas aquellos que son débiles, que los fuertes. Aceptemos el exterminio total de los shinobis. Solo asi, ninguna guerra volverá a ser parte de nuestro siguiente amanecer. Apoyando los principios de esta ideología. Tu, Uchiha Sasuke y tu esposa quien lleva en el vientre a tu descendencia serán parte de nuestro objetivo. Su muerte evitara un nacimiento mas con el temido sharingan
Su frente se perló de sudor, estaban rodeados por casi cuarenta ninjas de diversas naturalezas de las cuales desconocía el nivel y habilidad. Sakura a su lado llevó la mano al vientre sin percatarse. Podía teletransportarlos a otro lugar, pero el problema no seria resuelto y justo ahora, tenia frente a sus ojos la posibilidad de acabar con todo de una vez. De reojo miró a Sakura, asustada pero decidida a pelear cuando fuese necesario. Incluso aun con catorce semanas de embarazo. Pero él no iba a permitir que la tocasen, mucho menos en su estado. En un parpadeo, mandó a Sakura a la capital del país del rayo con la habilidad del rinnegan, solo pudo escuchar un grito lleno de desesperación gritando su nombre, antes de verse envuelto en una pelea.
Sasuke creyó que había acabado con todos pero al parecer, alguien aun conservaba esa idea. Y él, tenia lo suficientemente claro que aquel niño que hoy tendría poco mas de veinte años, tenia algo que ver.
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𝙐𝙣 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙎𝙖𝙧𝙖𝙙𝙖. |𝐄𝐧 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐜𝐢ó𝐧|
FanfictionLos primeros capítulos se están corrigiendo. (Las personalidades de los personajes pueden estar levemente alteradas. Fanfic creado con el objetivo de hacerles reír un rato )