Capítulo 10.

2.2K 267 21
                                    

Y así pasaron los días, Cigarette no volvía al colegio y yo me desesperaba por verlo. Pero había decidido respetar que tal vez no me quería ver. Así que no volví al taller.

Seguí asistiendo al colegio con normalidad, pronto tendríamos exámenes y no podía permitirme fallar.

Lo cual me hacía preocuparme por Cig, quien probablemente no se estaba preparando para los exámenes.

Decidí salir a andar un día después de clase, no quería llegar a casa tan pronto y tenía un enorme antojo de un batido, así que me dirigí a Lighters & Candy, y una vez allí me pedí mi refresco favorito Strawberry lightning, apenas lo probé me recordó del sabor de los labios de Cigarette. Y no pude evitar sacar mi celular y llamarlo, aunque nunca respondiera mis mensajes.

—Hola— respondió luego de varios timbres.

—Cig, ¿cómo estás?— le pregunté, preocupado.

—Quiero verte, ¿puedes?— dijo, ignorando mi pregunta, en su tono de voz había tristeza y miedo. Pero también emoción.

—Justamente estoy en Lighters & Candy.

—Voy para allá.

Y así, de improviso, iba a verme con Cig.

Cuando llegó estaba lloviendo, y entró al restaurante completamente empapado, su chaleco de motociclista chorreaba gotas de agua y su cabello largo se pegaba a su cara.

Al verme sonrió sin mostrar sus dientes, y rápidamente se acercó a mi. El restaurante estaba bastante vacío así que me tomó por la cintura y me dio un beso en la mejilla.

Aún estando mojado pude sentir todo su calor sobre mi.

—Ya no aguanto más no verte— le dije.

—Yo tampoco, pero aún no se que es lo que quiero— me respondió, alejándose de mi

—No tienes que saberlo, solo tienes que vivir el momento— le dije.

—¿No te importa si nos mojamos?— me preguntó riendo, de la nada. Lo vi con una cara de signo de pregunta y tomó mi mano, empezando a correr hacia la puerta.

Y salimos de L&C hacia la noche lluviosa, se montó en su moto y me monté con el, me agarré de el rodeándolo con mis brazos, sintiendo su calor y sus marcados abdominales.

Debo admitir que sentir su cuerpo tan cerca me estaba poniendo algo... curioso.

Todo estaba muy oscuro, ya estaba completamente empapado y apenas y podía ver algo en la calle, pero Cig comenzó a manejar su moto con mucha facilidad.

Si, era algo estupido lo que estábamos haciendo, pero Cig podía pasar de quererme a ignorarme en 2 segundos, así que no iba a desperdiciar esta oportunidad.

—¿A donde me llevas?— exclamé por encima del sonido de la lluvia y la moto.

—No tengo idea— me respondió, riendo.

—Mejor para porque ya tengo mucho frío— le dije, y así lo hizo el. Estábamos en una calle larga y la lluvia seguía cayendo fuertemente. Con costos podía ver a Cig a través de la lluvia, pero me hice mi camino hasta meter mis manos bajo su chaqueta empapada, en un abrazo que me ayudaba a no morir de frío.

El era mas alto que yo, y eso me encantaba; pero en este momento quería hablarle y para eso debía gritar ya que la lluvia no me permitía hablar con mi tono normal de voz.

—He estado preocupado por ti, ya casi tenemos exámenes!— exclamé. Aún estábamos abrazados y yo estaba de puntillas para estar más cerca de él.

—Lo sé, no te preocupes— me respondió, hablándome directo al oído.

Su voz y la lluvia de fondo generaban una satisfacción que no podía describir.

—Pero...— no me dejó terminar, sus labios se aventaron contra los míos y atrayéndome más hacia él comenzamos a besarnos con más intensidad que nunca.

Sus manos se mantenían firmes en mi cintura, mis manos le rodeaban el cuello. Nuestros labios emprendieron un juego para descubrir cual de los dos deseaba más al otro.

Era una sed que al fin se estaba quitando. Pero lo deseaba más, lo quería solo para mi, y no podía tener suficiente de él.

—Si no te detienes voy a hacer cosas que nunca le he hecho a un hombre— me susurró al oído cuando ambos paramos de besarnos para respirar.

—Entonces prometo no detenerme— le dije.

—Solo que aquí no puedo hacerte lo que te quiero hacer— me dijo, pensativo —Tendremos que hallar una solución a este problema, anda, súbete a la moto— dijo, separándose de mi y subiéndose a la moto.

Aún llovía pero no tan fuerte como antes. Me monté a la moto y recé por que fuese a donde fuese que Cigarette me llevara no estuviera tan lejos, porque ahora se me había quitado el frío.

Tenía mucho calor.

Mr. CigaretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora