Esto pasa con Mabel y Bill mientras que Dipper no esta.
— espero que salga bien—. Dijo Mabel, Bill estaba recostado en el sofá.
— deja de preocuparte, si eres tía en nueve meses lo sabremos—. Mabel le tiro un cojín—. Solo digo, solo digo—. Mabel se sentó a su costado.
— tienes razón, no se de que me preocupo. Espero que en la feria tenga un baile, siempre quise ir a un baile—. Dijo risueña.
— ¿Dónde están los ancianos? No los he visto en todo el día.
— espero que seas tu el anciano, oxigenado—. Dijo Stan mientras entraba con una taza de café.
— tío Stan, iré al bosque por el resto del día, ¿esta bien?— Stan asintió.
— no hubo una discusión antes así que no debo preocuparme de otro apocalipsis—. Por apocalipsis se refería al Raromagedón—. Pero como no quiero que te suceda nada malo, iras con el oxigenado—. Mabel se puso nerviosa.
— no es necesario, tío Stan, Bill acaba de recuperarse de un resfrió no quisiera exponerlo—. Stan rodó los ojos.
— Bill es un demonio, calabaza, estará bien—. Antes que Mabel hablara.
— esta bien, la acompañaré—. Mabel suspiro resignada, después de bajar un bolso para el agua se despidió de Stan y salieron al bosque.
— ¿Por qué el bosque? Pudiste ir al centro comercial—. Negó.
— lo sé, pero... Creo que necesitaba venir a bosque, no se por qué solo quería venir—. Contesto, caminaron un rato por todo el bosque, no tenían rumbo alguno en si.
— esto nos llevara horas, ¿lo sabes?—. Asintió.
— puedes irte a casa, si quieres, yo quiero quedarme—. Le dijo a los ojos, Bill se cruzo de brazos.
— se que puedo irme y dejarte sola pero Stan me matara si algo te pasa—. La castaña rio bajo, escucharon el sonido de un riachuelo y lo siguieron.
Encontraron un hermoso lago con flores en ciertos lados dándole un toque mágico.
— sabia que podía encontrar algo—. Sonrió triunfante.
— es solo un lago, quien sabe si hay más en todo el bosque—. Mabel rodo los ojos.
— al menos sabemos donde esta este, deja de quejarte por todo—. Se cruzo de brazos, Mabel dejo su mochila y se acerco a la orilla. El agua cristalina reflejaba su rostro y el viento hacia bailar su cabello.
— descansemos un rato, antes de regresar a casa—. Aconsejo Bill tumbándose en la hierba, Mabel siguió su ejemplo viendo las nubes.
— Bill—. Llamó.
— ¿Qué sucede?—. Pregunto.
— ¿Aun quieres conquistar el mundo?—. Bill giro apoyándose en su brazo.
— ¿A qué viene esa pregunta?—. Mabel se encogió de hombros.
— no lo sé, me dijeron que eso quisiste, ¿aun lo quieres?—. Bill medito un poco.
— no lo se, pero después de todas esas dimensiones que conquiste hay una en especial que me falta conquistar—. Dijo con un rubor en sus mejillas.
— ¿Cuál?—. Pregunto con curiosidad.
— es un secreto, si te lo digo, ya no seria secreto—. Contesto regresando a su posición inicial, Mabel se quedo con la duda.
Cerro sus ojos unos minutos, al final, se quedo dormida.
Una jalada de cabello la despertó, era un ciervo que creía que su cabello era comida.
— no puedes comerte mi cabello, perdona—. El animal se fue, y ella ya no pudo volver a dormir. El cielo ya no estaba tan claro, anochecería pronto así que debían volver. Bill seguía durmiendo a su lado, Mabel se acerco.
Sintió su corazón latir muy rápido, no sabia cómo llamar a ese sentimiento. Le recordaba a la vez que se enamoro de Chad pero esta vez era diferente, mas profundo.
No sabia si estaba mal lo que sentía, sabia que no debía sentirlo pero era inevitable. Ella no vino buscando un amor de verano, vino a recuperar su pasado. Recordó cuando se enfermo y le pidió dormir con él, sentía que sufriría un infarto pero se sentía tan cómoda que se quedo toda la noche, al menos hasta que Bill la soltó y ella pudo salir de su cama.
Sacudió su cabeza y trato de despertar a Bill, fue difícil, tiene el sueño pesado pero lo logro.
— ¿En qué tienes la cabeza, Estrella?—. Pregunto Bill, Mabel rio nerviosa.
— en nada importante, ¿dormiste bien?
— siento hormigas en todo el cuerpo, además que me entro apetito de galletas.
— bueno, si quieres galletas puedo preparar algunas—. A Bill le brillaron los ojos—. Alto ahí , tu me ayudaras, pero primero un baño que yo también siento a las hormigas—. Rieron y conversaron hasta llegar a la cabaña.
— pudiste teletranspórtanos hasta aquí—. Se quejo Mabel con los pies cansados.
— no hubiéramos conversado—. Ataco.
Ambos subieron a darse una ducha, Mabel se puso su pijama y Bill pantalones holgados y una polera. Se encontraron en las escaleras.
— Estrella fugaz, ¿sigues mis movimientos?—. Dijo burlón.
— eso debería decir yo, Binsen—. Bill bufo mientras que Mabel reía. Llegaron a la cocina y con las indicaciones de la receta, hicieron la masa de galletas.
— la crema esta rica —. Dijo Mabel probando la mezcla con su dedo ensucio la nariz y mejilla de Bill.
— Estrella fugaz que infantil y tramposa eres—. Tomo la cuchara y la embarró en la mejilla de la castaña, Mabel escapaba de los intentos de Bill para ensuciarla.
— no te escaparas de mi, Estrella—. Dijo cuando la cargo de la cintura para que ya no corriera, la bajo y se vieron, estaban tan cerca que casi podían sentir la respiración del otro.
La alarma de las galletas sonó, ambos se separaron sonrojados.
— iré a lavarme—. Dijo el rubio antes de salir corriendo.
— Mabel ¿Qué te sucede?—. Dijo sacando la charola con las galletas, tomo un poco de aire y aun con dudas regreso a la cocina, Bill ya estaba ahí.
— todavía no las toques—. Aviso antes que las tocara—. Todavía están calientes, con una espátula quítalas de la charola, con cuidado. Iré a lavarme—. Dijo antes de irse a paso tranquilo.
— bien galletas, tengo hambre así que más les vale enfriarse rápido.
En las afueras de la ciudad, un rayo de luz cayó desde el cielo.
— ¡Hijos de puta, me las pagarán!—. Gruño un chico de cabellera violeta y traje entre negro y tonos lilas.
— pero si es Opposite Falls, hace mucho que no venía por aquí—. Sonrió mostrando los dientes.
¡Grrrrrrrrr!
— pero antes ¡Muero de hambre!—. Se quejó—. Espero que la comida sea igual—. Sacudió su bastón—. Además, creo que tengo asuntos pendientes este verano.
¿Adivinan quién es?
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Memorias Estelares [Mabill] •FINALIZADA•
FanficHan pasado 5 años desde que los gemelos Pines se fueron felices con una gran despedida, volvieron por la escuela en California pero algo salió mal. Después de 5 años, sin ver aquellos ojos marrones y ver perder el brillo de ese cabello chocolate, es...