¿Cita doble?

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— ¡Bill! ¡Bill! ¡Bill!—. Gritaba eufórico Dipper, Bill estaba leyendo un libro de hechizos en su habitación.

— ¿Dónde es el rodeo vaquero?—. Bromeó, Dipper tenía en sus manos dos diferentes conjuntos de ropa.

— jaja que gracioso—. Rodó los ojos, les mostró los trajes—. ¿Cuál de estos queda?—. Pregunto.

— Dipper, es una cita no una pedida de mano.

— ¡Lo sé! Pero no quiero quedar mal—. Bill suspiro.

— veamos, castaño, nerd—. Entrecerró los ojos—. Ninguno de estos va—. Volvió a su lectura. Dipper sintió que se le iba el alma.

— se acabó, la cita perfecta se arruinó—. Se escondió en una esquina.

— ¡Está bien, deja de lloriquear! Te ayudaré—. Dipper se incorporó y a paso veloz llegó hasta él—. Pero alejate de mi, y déjame en silencio, ¿puedes?—. Dipper asintió.

— eres grande, hermano—. Le palmeo la espalda y llego a la puerta—. ¿Acabo de decirle hermano? Ok, ya me estoy volviendo loco.

— por fin, en paz—. Cuando retomaba su página volvieron a interrumpir.

— no, definitivamente no puedo. Bill debes venir conmigo—. Bill se atragantó.

— Dipper te recuerdo que tus gustos son de mujeres, como los míos aunque quién no quiere tener una cita con Bill Cipher—. Dijo practicando su sonrisa de galán.

— no quiero que salgas conmigo idiota, bueno en parte quiero que vengas conmigo a la cita con Pacífica.

— la otra vez estuviste bien, ¿qué pasa ahora?—. Se cruzó de brazos.

— bueno la vez pasada estuve cerca de meter la pata muchas veces, quiero gustarle no lo haré siendo idiota.

— entiendo, pero lamento decirte que no puedo—. Se giró—. No tengo una cita—. Dipper sonrió de lado.

— tengo todo planeado, torpe ven—. Dijo desde el pasadizo.

— Dipper se que no tengo memoria pero no creo que me guste ese apodo ahora—. Dijo Mabel apareciendo, Bill rompió el lápiz que tenía en dos.

— Mabel, ¿tienes algo que hacer esta noche?—. Negó—. Bien, saldremos los cuatro ¿Te parece?—. Alzó los hombros con rubor en sus mejillas.

— ¡Está decidido! Gracias, Mabel—. Se retiró—. Ahora ya la tienes.

— ¿Creí que no querías que me metiera en sus vida?—. Dipper ladeó la cabeza.

— no, absolutamente no quiero es más serias la última persona, demonio o figura en el mundo con quién dejaría a Mabel en una cita pero está ocasión es especial—. Bill se quedó boquiabierto.

— debería estar ofendido, pero está bien pero me debes una—. Dipper asintió y se fue.

Ahora era Bill quién estaba escondido en un rincón con la cabeza como tomate.

— demonios si me quedo aquí nadie me encontrará y no iré, el plan perfecto—. Rió bajo.

Aunque después sin entenderlo ya estaba arreglándose para más tarde.

— ¡Se supone que esto no debía de pasar!—. Se lamento se miró al espejo por unos instantes le pareció ver a alguien más pero lo dejo pasar.

— prefiero dormir, ¿por qué no puedo dormir en una cita?—. Se quejó.

— vamos Bill, es por Pino. Además, dormir no es la única actividad que te gusta hacer, podrías divertirte está noche—. Se dio ánimos.

— decidido, iremos a esa estúpida cita de Pino.

Memorias Estelares [Mabill] •FINALIZADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora