Amiga

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Narra Millaray: El Juanito me estaba ayudando a ensayar un tema que tengo que cantar hoy en el programa, estábamos solos en la sala, y aproveché conversar.

- Y donde está tu polola?.

- No sé, no la he visto, concéntrate.

Ante esas palabras, lo único que pude hacer fue seguir cantando hasta que saliera perfecto.

- Genial, eres brillante Milla – sonríe Juan Ángel.

- Está todo bien con la Dani?

- Excelente. Debo admitir que nos costó un poco, pero si, las cosas van muy bien.

- Bien, muy bien – asiente Millaray con la cabeza.

Escuchar eso en el fondo me duele.

Terminamos de ensayar, y alguien abrió la puerta, era ella, a él se le iluminó la cara, le dio un beso, me deseó éxito, y se fueron tomados de la mano, me despedí y me fui.

Me encontré con el Pato, me habría gustado no verlo, él siempre tiene algo que comentar.

- Hola Milla! Estaba mirando desde acá la escena, y nunca he me interesado en tu vida privada, pero siempre he observado pasivamente, y hay algo que me gustaría saber ¿te gusta el Juanito?.

- Muerete.

- Descubierta.

Mi cara se transformó, me puse de todos los colores posibles, hasta llegar al rojo intenso, preferí irme, porque no quería escuchar nada más de lo que pudiera pensar el Pato sobre mis sentimientos, pero creo que mi cara de trágame tierra se notó demasiado. Lo peor es que me siguió, al parecer no había terminado.

- Milla, espera, no te enojes. ¿tienes algo que hacer hoy en la noche?

Lo ignoré y seguí caminando, por si quería lanzar otra de sus teorías respecto al Juan y yo.

- Voy a una fiesta y quería invitarte – Patricio sonríe y junta las manos suplicando.

- Suena divertido, pero no, chao.

- Milla, lo vamos a pasar bien, además va el Juanito.

- Gran cosa.

- Milla, va solo.

Tan solo escuchar eso, hizo que me decidiera a ir.

Narra Juan Ángel: Llegué a la fiesta, estaba el Pato y la Milla conversando, pero él desapareció rápido, andaba de cacería. Le ofrecí algo para tomar a la Milla, y cuando fui a servirlo, entre la gente apareció la Dani, me sorprendió verla, pero me alegré mucho, quizás demasiado, porque me olvidé de lo que estaba haciendo, salí con ella a conversar al patio y borré por completo de mi mente a Millaray. Después de mucho rato, la Dani me contó que iba a entrar un grupo de cantantes y bailarines nuevos al programa, y uno de ellos era su ex, me enojé y la dejé sola, en ese momento volvió a mi mente la Milla, quien probablemente estaba muy enojada, y quizás se había ido.

Mis teorías estaban erradas, volví a la fiesta y el Pato estaba peleando con un tipo que estaba molestando a la Milla, y ella estaba, por decirlo menos "contenta", tanto que no podía mantenerse en pie, la verdad es que me sentí muy culpable, quizás se emborrachó por mi culpa, no debí dejarla sola, en el fondo la Milla es una niña.

Con el Pato, la llevamos a su casa, él vigilaba, para asegurarse de que nadie la viera, o si no su mamá la iba a matar, y a nosotros también. La tomé en brazos y la acosté en un sillón, ella estaba dormida, sólo fruncía el ceño y al verla así tan vulnerable, comencé a sincerarme con ella.

Almas GemelasWhere stories live. Discover now