La Luna

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Narra Millaray:

Hoy en la noche tengo que participar en un programa, mientras esperaba, me puse mis audífonos, y me perdía en mi música, en un rincón estaba Jonathan haciendo grullas de papel, creo que algo me dijo, pero no logré escuchar, me saqué un audífono para prestarle atención.

- ¿Porqué estás tan enojada? – me pregunta mientras me pasa una de las grullas de papel.

- Es la luna llena, me tiene alocada – le respondí sonriendo.

- No sólo hoy, todo el tiempo.

Lo miré algo confusa, él se puso de pie y se alejó mientras continuaba haciendo una grulla con un trozo de papel que tenía en las manos.

Narra Jonathan:

Hoy algunos participantes y otros chicos del clan estuvimos en un programa, terminó tarde, le ofrecí a Millaray acompañarla hasta su casa y ella aceptó.

Nos bajamos del metro y mientras caminábamos hacía su departamento, nos encontramos con un hombre, de unos 60 años, era bastante misterioso, se acercó a nosotros, a ella la reconoció de inmediato, intercambiamos algunas palabras por un par de minutos y antes de irse sacó un papel arrugado de su camisa y escribió algo, se lo entregó a Millaray, ella lo abrió al llegar al edificio y comenzó a leerlo en voz alta:

"A la luz de la luna, hace muchos años conocí a mi amor verdadero... y bajo la luna, le rogué que esperara, pero esa misma noche ella se fue. Así que jóvenes amantes, no desperdicien el amor. La luna está cambiando, pronto llega la luz del día"

Millaray me miró con cara de no entender nada, pero yo pude comprender cada palabra de ese mensaje.

- Bueno, llegamos, me voy, gracias por la compañía.

Sólo alcanzó a dar dos pasos, antes de que yo la tomara del brazo y la besara.

Fue un carrusel de emociones, ella respondió tímidamente a mi beso, y luego de unos segundos me apartó y sin decir nada, se alejó corriendo, dejándome con un nudo en la garganta.

Narra Juan Ángel:

Estaba bastante cansando, sólo esperaba el mensaje que cada noche me envía la Milla antes de dormir, cuando sonó mi celular, era ella.

- Puedes venir? – fue lo primero que me dijo.

- Qué pasa Milla? – le pregunté preocupado.

- Es importante, necesito que hablemos. Avísame cuando llegues y yo bajo.

Las cosas estaban bastante raras últimamente como para dar otro motivo para discutir, así que me vestí rápido y fui a verla.

Ella estaba afuera, me tomó la mano y se sentó en la escalera.

- Tuve una noche algo extraña – me dijo, pudiendo notar que su mirada estaba llena de angustia.

- Si fue algo malo, olvídalo, yo lo único que quiero hacer el resto de la noche es ver tu cara a la luz de la luna, porque eso es lo único que me importa – le dije intentando tranquilizarla.

Ella cerró los ojos, tragó saliva y noté como una lágrima se asomaba, de inmediato la abracé mientras ella escondía su cabeza en el hueco de mi hombro.  

Almas GemelasWhere stories live. Discover now