Karaoke

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Narra Millaray:

Después de esa noche, pasamos más de una semana sin hablar con Juan Ángel, en el programa nos sentábamos lo suficientemente lejos y evitábamos todo tipo de interacción, y la verdad, comenzaba a extrañarlo.

Una vez terminado el programa, él salió rápido como de costumbre, yo le pedí que habláramos, que decidamos algo, él claramente seguía muy molesto.

- Qué quieres que te diga? – me respondió sin mirarme, sacando su celular.

- No lo sé, ¿qué quieres decir?

- Que te vayas. Me pediste espacio y te lo estoy dando – dijo sin quitar la vista de su celular y acelerando el paso.

- No creí que íbamos a cortar toda comunicación, no es justo.

- No puedes poner reglas y cambiarlas cada vez que se te antoje, no soy un juguete – me respondió subiendo el tono de voz y esta vez levantando la vista y clavando en mi su mirada penetrante.

Justo en ese momento, ambos miramos alrededor y varios de nuestros compañeros estaban atentos a lo que ocurría, por lo que él sólo movió su cabeza en señal de negación y molestia y siguió caminando.

Continué caminando sola, hasta que escuché una voz femenina que susurraba mi nombre, era Andrea.

- Milla, cuales son tus planes para ahora?

- Sólo yo y mi cama – le dije sin mucho ánimo.

- Que bueno, entonces puedes acompañarme.

- Dónde? – le pregunté algo intrigada.

- A la casa de Gonzalo, no puedo ir sola. Noche de Karaoke, confía en mí, tengo el control de todo.

Narra Juan Ángel:

Esta situación con la Milla realmente me tiene sobrepasado, y hoy el Pato me ofreció lo que parecía un buen panorama, con el cual podría desconectarme un poco de todo lo que estaba pasando últimamente en mi estrepitosa vida amorosa. Noche de Karaoke en la casa de Gonzalo, él es un productor del programa.

Apenas entré a la casa a la primera persona que vi fue a Millaray, quien me miraba tan sorprendida como yo a ella. La saludé casi sin hacer contacto visual, porque realmente mirarla me derrumbaba.

Comenzamos a jugar a esos típicos juegos de preguntas, para así distender un poco el ambiente. Creo que estuve a punto de sufrir un mini infarto cuando la pregunta fue "te has enamorado en el último año, ¿cuántas veces?" la cara de Millaray se descolocó, mi miró algo incomoda, tal como su respuesta lo hizo conmigo.

- dos veces – respondió con la voz entrecortada, mientras miraba al suelo.

No pude volver a pensar en otra cosa durante las próximas horas, hasta que por un momento la vi caminar hacía la terraza y la seguí.

Al verme noté que huía de mi.

- Pensé que lo que teníamos era especial – le dije.

- Porqué no podemos ser amigos? – me dijo mientras le daba un sorbo a su bebida.

- Si realmente no entiendes porque eso no puede pasar es porque no me conoces – respondí mientras me alejaba a paso veloz.

Al pasar algunos segundos sentí que me tomaban del brazo, me di vuelta y era ella.

- Juan, las dos veces que me enamoré, fueron de ti, la primera vez que lo sentí fue por mi amigo, mi compañero, y la segunda fue después del beso que nos dimos, eras una persona nueva y me volví a enamorar otra vez – suspira – que no estemos juntos, no cambia mis sentimientos por ti, es de mi de quien no estoy segura.

Esa confesión me daba la tranquilidad que tanto necesitaba.

- Milla, te daré ese espacio, sin hostilidad, sólo espacio, pero eso no cambia lo que siento por ti, nada puede cambiar eso.

Nota de la autora: Estoy cortísima de tiempo por eso no había actualizado el fanfic, pero en virtud a los mensajes que recibí, decidí continuar.

Estoy intentando subir capítulos todos los días, aunque sean cortitos, para darles una dosis de Millangel.

Y por favor recuerden que esto es ficticio.

Almas GemelasWhere stories live. Discover now