Almas Gemelas

Será fácil

- Qué fue eso? – pregunta Millaray algo confusa.

- Un beso creo.

- Me diste un beso – sonríe.

- Si.

- Entonces?

- Entonces...

- Bueno...

- Y ahora qué? – pregunta Juan Ángel.

- No sé.

- Yo tampoco.

Millaray se separa y se sienta en el suelo - O quizás deberíamos... nada.

- No, no, ibas a decir algo – Juan Ángel se sienta al lado de ella.

- No sé, no sé que iba a decir.

- Qué no debimos hacerlo? Eso estás pensando?

- En realidad Juanito, no estoy pensando nada, pero se ve que eso es lo que tu crees, así que...

- No, no Milla...

- Mejor hablemos después, o mañana...

- Si, podemos consultarlo con la almohada, y conversar mañana, y después despertar y todo habrá sido un sueño.

- Un sueño? Como si no hubiese pasado?, me voy.

Millaray camina hacía la puerta – Milla, Milla! – Juan Ángel corre tras de ella para detenerla – Ni se te ocurra salir por esa puerta y la vuelve a besar.

Narra Millaray: El Juanito me dio un beso, varios besos, esperé tanto tiempo ese momento creo que por fin las cosas están claras, tengo una gran sonrisa en mi cara. Llegué a mi casa, y mi hermana notó de inmediato que algo me pasaba.

- Ese resplandor es muy sospechoso, cuantos café te has tomado?.

- No puedo sólo estar de muy buen humor?.

- Tu no, que me estás ocultando?

- Nada!

- Entonces porque tienes esa cara?

- Qué cara? – Millaray camina hacía su pieza, mientras Ayllalen la persigue.

- Tu expresión entre traviesa, alegre, encantada de conocerte. Conozco esa mirada. Espera! Con quien estuviste?

- Con nadie... con el Juanito.

- Empieza a contar.

- Fue genial – Millaray sonríe.

- Qué clase de beso fue?

- Ayllalen!!

- Y lo de Corea?

- No lo hemos hablado.

Narra Juan Ángel: Fue el mejor beso que me podría haber imaginado, el más romántico. Cuando salimos de la sala, me encontré con el Pato, me miró y adivinó de inmediato lo que había pasado, me pidió todo tipo de detalles, pese a que en un momento él estuvo interesado en la Milla, al parecer eso ya pasó, porque estaba casi tan feliz como yo, aunque me preguntó por lo de Corea, y la verdad no tengo idea que va a pasar, no quise arruinar el momento preguntándole que pensaba hacer. Así que después del programa, la busqué, pero ya se había ido, y fui a verla a su departamento. Cuando llegué estaba hablando por teléfono, me hizo una señal de que no hablara, pasaron unos minutos y cortó. No sabíamos ni como saludarnos, reíamos como dos niños, hasta que ella me dijo que había rechazado lo de Corea, aunque suene egoísta, me puse feliz, la abracé y la tomé en brazos. Le dije que saliéramos un rato, para celebrar todo lo que estaba pasando, pero apenas llegamos al lugar, nos encontramos con la Dani, andaba con unos amigos, pero dijo que estaban bailando, así que se sentaría un rato con nosotros, ya cara de la Milla era de total desaprobación, y la Dani se dio cuenta y se paró de inmediato, la seguí.

- Es curioso, que el tiempo que estuviste fue lo que te ayudó a darte cuenta de quien estabas enamorado.

- Dani, no digas eso, yo estoy aquí podemos ser amigos.

- ¿Amigos? Chao Juano.

Cuando volví donde la Milla, ella no estaba. Salí a buscarla, no podía estar muy lejos, y estaba sentada en una banca cerca.

- Milla, creeme no siento nada por ella.

Millaray comenzó a caminar - Estoy bien.

- Segura?

- Si... quieres saber porque no me voy a Corea? Y eso que quería irme, te lo aseguro. Pero tu, por fin te decidiste, pero debo decirte que por complicada que haya sido nuestra amistad, no tiene comparación con lo complicada que puede llegar a ser nuestra relación.

- Milla, lo nuestro nunca ha sido fácil, pero eso no significa que no vaya a salir bien.

Nos sentamos en unos columpios y nos besamos.

- Te dije que sería fácil.