Fede y yo nos miramos. "Ya están aquí". Salimos corriendo hasta la puerta. Allí estaba Pia
Su pelo rojizo y completamente liso, la cara repleta de minúsculas pecas y esos ojos verde intensos. Era realmente guapa. La sudadera de alguna universidad europea le llegaba por las rodillas. Su atención se centraba en las visitas, con las que estaba manteniendo una conversación
-No sabemos que hacer. Idara nunca se había ido tanto tiempo...- le oí decir con voz temerosa. No tenía que decir eso. No podían saber que no era la primera vez que Idara se "iba". De esa manera pensarían que Idara no estaba capacitada para dirigir un instituto si cada dos por cuatro desaparecía sin dar explicaciones.-¿Acaso se había ido antes?-dijo una voz masculina. Yo me apresuré, ya sabían demasiado.
-Bueno..
-Ya estamos aquí-dije sin pensar, cuando levanté la vista los vi.
Dos hombres y una mujer. El hombre de la derecha era algo mayor, de unos 60 años. Iba vestido con un traje azul marino. En la cabeza llevaba un sombrero con una pluma y en la mano derecha un bastón con una serpiente de plata enroscada en la madera. Era un arma para combates contra lobos. Aunque ahora la relación con los subterraneos había mejorado algunos nefilim (especialmente los de avanzada edad) seguían sin creer en los acuerdos e intentaban tratar lo menos posible con ellos. Era el caso de este hombre. En medio se encontraba una chica. Mucho más joven que el anterior. Quizá tenía unos 20 años como mucho. Rubia, su pelo llegaba hasta la cintura, su piel era blanca y con un brillo especial. Si no fuera por las runas que tenía visibles habría jurado que era un hada. Tenía esa belleza tan absorbente. Esa belleza tan poco característica de los humanos. Era algo angelical. Por último había un chico, este se parecía mucho a la mujer. Seguramente fueran hermanos. Tenían edades parecidas. Su pelo también era rubio, y aunque estaba corto se le formaban algunos rizos. Sus ojos eran de un azul cristalino. Era el que más informal iba, pues el hombre mayor iba con traje y la mujer con un precioso vestido granate, él únicamente llevaba una camiseta negra y unos vaqueros desgastados.
-Bien-habló el señor mayor- Mi nombre es Eneas, soy el enviado de la Clave. Seré el que se encargue del manejo del instituto hasta que encontremos una solución
-Hasta que aparezca Idara- dijo en tono serio Fede. Podía ver en sus ojos que había algo que no le estaba gustando
Carraspeó el hombre- Sí, bueno...- dirigió sus mirada a los dos jóvenes- Ellos son los hermanos Ravenscar, Samael y Alouqua
El ambiento era tenso. Esos nombres...miré rápidamente a Fede. No entendía que estaba pasando, y nuestros invitados no añadían nada. A mí no me salían las palabras. El hombre se movió intentando acercarse a nosotros.Fede y yo nos pusimos en alerta. En milésimas de segundos ya teníamos las armas en las manos, ambos llevábamos nuestro cuchillo serafín. Algo extraño, ya que en el instituto no solíamos cargar con arma, por suerte nosotros veníamos de buscar a Idara. Los tres nos miraron y el joven empezó a reír. No sabía que estaba pasando. No se podían llamar así, quizá fuera una broma. Pero no lo parecía. Tenían nombres de demonios. Alouqua era como se denominaba a la hija de Lilith. Considerada como una de las primeras y más poderosas súcubos de la mitología. De Lilith aprendió el sutil arte de enloquecer a los hombres, aunque su poder jamás podría ser igualado ya que Lilith no proviene de los círculos del mundo, sino que fue forjada antes que él. Samael, un importante arcángel, seductor y destructor, y considerado tanto bueno como malo.
Él seguía riendo. Entonces ocurrió. Fede se abalanzó encima de él, pero logró detenerlo para después propiciarle un puñetazo en el puente de la nariz del que se acordaría toda su vida. Al ver aquello yo también me abalancé sobre él con la cuchillo en alto. Pero en el momento en el que iba a atacarle me cogió de la muñeca y yo giré sobre mi eje. Quedando con él detrás mío y con mi cuchillo en el cuello. Dónde nos habíamos metido
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Cazadores de Luz
RandomEl instituto de Florencia es considerado de los mas antiguos del mundo. Situado en el Castello di Sammezzano fue la cuna de una generación de brillantes cazadores de sombras. En la actualidad el lugar es habitado por algunas de los familias de ca...