Como cada tarde desde hace más de un año, luego de la universidad el peliazul entra a la misma cafetería,siendo recibido por una deslumbrante sonrisa,una que provocaba que su corazón latiera con fuerza queriendo salir de su pecho.
-Buenas tardes -saluda el pelirubio sin borrar su sonrisa, muerde su labio inferior levemente bajando la mirada ante la profunda y oscura mirada del mayor -¿lo mismo de siempre?
-Sí, por favor Jimin-ah
Este asiente dándose la vuelta para que no notara el leve sonrojo en sus abultadas mejillas.
¿Cómo era que sabía su nombre?
Golpea su frente al darse cuenta que en su camisa llevaba una placa con su nombre.
-Idiota, idiota, idiota -murmura entre dientes.
Prepara el café amargo de cada día con más tranquilidad al escuchar que llaman al pálido chico, mira sobre su hombro levemente para no ser descubierto haciendo rodar sus ojos al ver al chico de sonrisa peculiar esperándolo en una de las mesas.
Con todo listo lo acomoda bien en una bandeja listo para entregar el pedido al chico que más de una vez le ha animado el día en su trabajo con una simple sonrisa,su cuerpo se tensa al dar un paso hacia fuera de la barra,cierra los ojos fuertemente escuchando su voz nuevamente,solo rogaba que no haya ido a hacer problemas y que por su culpa perder su empleo.
Con una sonrisa falsa plantada en su rostro se gira fingiendo felicidad y sorpresa de tenerlo ahí,ver a su novio parado frente a él mirándolo de arriba abajo le daba escalofríos sabiendo lo que significaba esa penetrante y escalofriante mirada, su voz era mil voz era mil veces peor,su cuerpo reaccionó en defensa como solía hacerlo cada vez que el chico del cual años antes lo había enamorado locamente.
-Jimin, Jimin, Jimin -suspira inclinándose en el mostrador sin apartar su escalofriante mirada, provocando un leve temblor en el pelirubio -creo haberte visto coquetearle a ese vegestorio de allí -señala con la cabeza a dónde se encontraba Yoongi.
-N-no es lo que creés Kookie -niega tomando la mano del menor ocultando el miedo que sentía -mi trabajo es sonreirle a los clientes y de-debo entregar esto -señala la bandeja a su lado -no querrás que se enojen conmigo por entregarlo frío ¿no?
-Ve, te estaré vigilando Jimin
Este no tarda en soltar su mano y limpiar el sudor de esta en el delantal, toma la bandeja con sus manos temblorosas caminando hacia la mesa de los dos chicos que parecían tener una discución,se callaron ni bien llegó a su lado dejando el pedido de YoonGi en su lugar sin mirarlo como otras veces, ni si quiera dio una de sus deslumbrantes sonrisas que dejaban a más de uno coladito por el rubio.
-Que lo disfrute -medio murmura girando para volver al mostrador que se encontraba su novio esperándolo, una mano lo detiene del antebrazo.
-Jimin ¿estás bien?
La pregunta del peliazul lo toma por sorpresa, jamás uno de los clientes se preocupó así por él,lo mira sobre su hombro asintiendo sin ningún rastro de la antes felicidad que poseía.
-Yo-YonGi -lo llama su amigo -deberías soltar su brazo.
Este entiende que aún lo tenía agarrado y lo suelta dejando que se fuera con el desgraciado que tiene como novio.
-¿Tu trabajo también es dejarse agarrar del brazo?
Jimin salta en su lugar ante el tono de su voz y tenerlo condenadamente cerca,con temor levanta su mirada encontrándose con el rostro desencajado del más alto.
