Entra al restaurante al cuál había sido citado por su eufórica madre, no se sentía con la suficiente paciencia como para soportarla, pero como llevaba mas de un mes llamando a su oficina para tener una cena con su único hijo, no tuvo otra opción que aceptar.
Ya enfrente de una muy elegante joven con una encantadora sonrisa, esta se presenta, arquea una ceja al darse cuenta que era nueva y no sabía quién era él.
-Bienvenido a Jihwaja mi nombre es Jisoo ¿tiene reservación?
-Sí, para la señora Min.
La chica lo mira sorprendido y asiente sucesivamente pidiendo disculpas una y otra vez.
-Ya hemos arreglado todo señor Min y tienen la terraza solo para ustedes como su madre nos ha pedido.
Este asiente sin darle mucha importancia comenzando a caminar por el lugar dejando a la tal Jisoo con las palabras en la boca, con disimulo busca una cabellera rubia, perteneciente al portador de sus fantasías sexuales, las cuales siempre terminaban en una lujuriosa masturbación sea dónde sea pensando en él y solo en él.
Tras la noche de pasión que tuvieron ambos hace ya bastante tiempo, lo único que el chico había logrado en Yoongi es que no pudiera acostarse con otra persona ya sea hombre o mujer y solo pensara en él y su lujurioso cuerpo.
Gruñe decepcionado al no encontrarlo por ningún lado.
Seguramente ya no trabajaba en el restaurante de su madre o esta lo había transferido a su otra sucursal ya que era uno de los mejores empleados que ha tenido a lo largo de estos años.
Ya sentado deja su maletín a un lado y se sienta revisando su reloj.
-Maldi...
Su insulto queda a medio decir al escuchar esa suave y excitante voz dirigirse a él. Levanta su mirada quedando atónito ante tal cambio, ese gris ceniza en su cabello lo hacía malditamente caliente, su camisa negra escote en V, ajustada a su cuerpo dejando muy a la vista sus claviculas y parte de su pecho, una pequeña gargantilla en su cuello junto con el pantalón negro se ajustaba perfectamente a su cintura y caderas haciendo que la entrepierna de Yoongi despertara abruptamente.
- Buenas noches señor Min, es un placer volver a verlo por aquí -sonrió mostrando su eyesmile derritiendo una vez más al imponente Min Yoongi -por pedido de su madre yo seré su mesero esta noche si no es molestia para usted.
Murmura lo último mordiendo su labio inferior provocativamente luego de pasar lentamente la punta de la lengua por este, Yoongi sonríe internamente sabiendo que aquel pequeño con mirada inocente que intentaba aparentar cuando se encontraba frente a él.
- ¿Por qué debería molestarme Jimin? -Pregunta arqueando una de sus perfectas cejas.
- Po- por nada Señor Min -soltando un suspiro lo mira algo dolido al notar el desinterés en la voz del mayor - si me disculpa iré a seguir con el trabajo.
El mayor asiente intentando no mirarlo de más y delatarse, trataba con todas sus fuerzas no tomar al menor de la cintura y tirarlo sobre la perfecta y decorada mesa para hacerlo suyo una vez más, no podía perder la cordura cuando su madre se encontraba a nada de llegar al lugar. Toma su celular para disimuladamente fotografiar el culo bien formado del peligris mientras caminaba lejos de él, deja este sobre la mesa y mira su entrepierna tan dura como una piedra.
-Maldito mocoso -murmura entredientes - solo tú puedes provocarme de tal forma.
- ¿Quién te provoca hijo?
Pega un salto en su lugar ante esa voz, carraspea parandose para besar la mejilla de la mujer ignorando olímpicamente la pregunta de ésta antes de sentarse cada uno en su lugar.
