Entra a su casa cansado luego de un largo día en la oficina,saca sus zapatos dejándolos a un lado de la entrada cerrando la puerta con su pié a la vez que desajusta su corbata antes de sacarla de un tirón y tirarla en el sofá de la sala.Ese día su jefe lo volvió más loco de lo normal con su acoso,queriendo meterse dentro de sus pantalones.
Desde hace tres años que comenzó a trabajar para Lee Donghae ,aunque los primeros días había sido un hombre al que respetaba,ahora deseba darle una patada en sus pelotas pero no podía y por el momento estaba logrando zafarse de sus idioteces cada vez que tenía la mínima oportunidad para insinuarse sin descaro alguno "rozando sin querer" su culo o entrepierna sin importarle que el tuviera novio y lo conociera.
Su malhumor iba en aumento y para colmo no veía a su pareja hace mas de un mes,el cual tuvo que viajar por asuntos de trabajo a Japón,en momentos como estos lo necesitaba más que nunca,solo el sabía como destresarlo cuando llegaba al departamento que compartían en el centro de la ciudad de Seúl.
Lo extrañaba demasiado,ya quería que estuviera a su lado y poder pasar las horas que restaban de cada día luego de un largo día laboral junto a él,pero eso era imposible ya que le quedaban unos días para que regresara a casa.Soltando un bufido camina hacia la cocina,necesitando una copa de vino urgentemente,era viernes por la noche y daba gracias al cielo que sus amigos no insistieron en salir a algún bar ya que al otro día no trabajaría,aunque bueno, eso ellos no lo sabían. Sacando el ramen del refrigerador lo mete en el microondas por unos minutos mientras saca una botella de soju dándose cuenta que ya se había acabado días antes el vino que tanto deseaba tomar en ese momento.
Suspira cerrando sus ojos pensando en su pareja, en sus felinos y oscuros ojos chocolates,en sus finos y rosados labios,sus pálidas, fuertes y venosas manos.Muerde su labio inferior jugando con el mientras acaricia su clavícula con la yema de sus dedos regordotes,suspira frustrado porque no eran los dedos de su amado.
¿Cómo se lo diría a YoonGi? O mas bien ¿Cómo lo tomaría?,el no estaba al tanto de los acosos recibidos por parte de su jefe y deseaba que siguiera así por un largo tiempo,evitaba completamente decirle sobre eso ya que muchas veces quiso convencerlo de ser su secretario,pero siempre lo rechazaba con la escusa del que dirán los demás trabajadores que estuvieran trabajando juntos, aunque la realidad era que no quería sentir que ganaba dinero prácticamente sin esfuerzo y porque su novio era el dueño de aquella empresa tan importante en Corea.
El pitido del microondas hace que saltara en su lugar,con la botella de soju ya abierta entre su antebrazo y pecho y el ramen en mano regresa a la sala sentándose en el gigante sofá color beige acomodando todo para cenar tranquilamente y relajarse mirando una de las películas que tenía que ver por haber perdido una apuesta con sus mejores amigos JungKook y Taehyung.
Maldiciendo por décima vez a sus amigos y a el mismo haberse puesto a ver Anabelle sin que estuviera en compañía de YoonGi,mentiría si dijera que no estaba muerto de miedo, acurrucado en un rincón del inmenso sillón.
Pega un brinco al sentir ruidos en la cerradura de la puerta de entrada,con el pánico rorriendo su cuerpo,piernas y manos temblorosas se levanta tomando entre sus manos lo primero que encuentra delante suyo,se posiciona detrás de la puerta maldiciendo internamente haberse olvidado de cerrar con llave.¿Y si era esa muñeca diabólica buscándolo a el?,tenía ganas de llorar por el miedo,traga el nudo que se formó en su garganta cuando la puerta se abre dejando ver al intruso,sin tiempo que perder levanta sus brazos para darle con dicho objeto en la cabeza soltando un grito al sentir el frío recorrer por su cabello,cuello,espalda y pecho.
La persona delante suyo da media vuelta soltando una carcajada al verlo completamente mojado y con cara de pánico,realmente lo había asustado,se acerca a un pelirrojo en shock sacando la botella de entre sus manos.