Ríe.
Canta.
Y baila como si no hubiera un mañana junto a su hermano y cuñado, la estaba pasando realmente de bomba.
Desde la ceremonia de boda de su pequeño hermano Hyunjin y su cuñado Jeongin la cuál fué muy emotiva, hasta la fiesta en ese gran salón del hotel lo estaba disfrutando lo más que podía, aún sintiendo constantemente .aquella mirada gatuna encima de su cuerpo.-Parece que flechaste a mi suegro -medio grita su hermano pero solo haciendo que lo escuche solo él.
Mira sobre su hombro encontrándose con la penetrante mirada de aquel alfa, su alfa.
Mueve sus caderas sensual sin dejar de mirarlo.
Si tan solo supiera Hyunjin...
-Deja de decir tonterías Jinnie -niega riendo volviendo con sus movimientos de caderas queriendo provocar a su admirador- quizás no puede creer que su pequeño niño después de años de novios se haya casado contigo -sin darle tiempo a responder continuó- aparte me lleva como quince años mínimo, no podría estar con alguien tan mayor Jinnie. El debe creer que soy un beta sin gracia.
Perdón por mentirte hermanito.
Su menor asiente sin creerle aún, desde el día de esa cena en la cuál presentó a su suegro, Jimin no había vuelto a presentarse a ninguna de las reuniones, siempre metiendo la escusa que tenía mucho trabajo o que no se sentía bien, pero el menor presentía que eso no era cierto y sin querer amargar su noche y la de su ahora esposo lo deja pasar tocando el cabello de su hermano.
Si dejaras de usar supresores... Le reprocha su lobo frustrado de que su humano no le hiciera caso.
Jimin le hace una seña que iría por algo para beber y si querían algo, este negó tomando de la cintura a su pequeño omega, el cual le sonríe dulcemente rodeando su cuello con los brazos.
El mayor de los Park sonríe nostálgico, no podía creer que su pequeño hermano ya era todo un hombre, nostalgia... Se sentía nostálgico al verlo junto con a omega, se veían tan felices.-Ojalá pudiera vivir algo así -susurró para si mismo mientras tomaba una copa de vino y bebía esta.
Las horas pasaban, Jimin bailaba con uno que otro alfa, beta y hasta con algún Omega hasta que sintió sus pies doler. Ya sentado conversando y riendo con sus padres una voz y aroma conocidos hace que su cuerpo se estremezca, respira profundamente llenando sus fosas nasales de aquel exquisito aroma.
Cedro y lavanda.
Sus ojos se cerraron por cortos segundos sin poder evitarlo y hubiera seguido así si su hermosa, querida y adorable madre no le hubiese empezado a dar pequeños empujones en su brazo.
-Anda, ve a bailar con el señor Min -le decía sin quitar esa sonrisa tonta de su cara.
Jimin le hacía gesto sin querer articular palabras para que los dos alfas que los miraban entendieran. Por un momento Jimin odió haberle contado esa noche a su madre lo que descubrió en esa cena, ésta no lo dejó solo y lo cubría en cada reunión para que no se presentará, pero esa noche parecía que su madre quería a toda costa que estuviera cerca de Min YoonGi, el padre de su cuñado. Con nerviosismo camuflado por una mirada irritante lo mira con una ceja alzada.
-¿Aceptarías bailar conmigo?
Sin muchas ganas toma la mano del mayor sintiendo una corriente recorrer todo su cuerpo, a su vez su lobo se encontraba feliz, daba vueltas, saltaba y gruñía de felicidad de poder estar cerca de su alfa, quería tar el mando porque su tonto humano lo estaba matando al no querer estar cerca de éste e ignorarlo abismalmente.