7. Vamos.

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-¡Scott! ¿Dónde estás?- gritaba y gritaba, ¿dónde se había metido?

Recorrí la reserva hasta llegar al mirador de Beacon Hills.

Scott estaba paralizado, mirando la ciudad desde el gran mirador, era una imagen impresionante, el alfa observando su ciudad.

- Aquí estás. -le dije acercándome a él.

- Sé que te dije que estaría en la entrada y lo siento. A veces no puedo resistir estar aquí. -me confesó- me da extrañas sensaciones, y de algún modo me siento bien.

- Lo entiendo, te sientes libre. -le respondí ante su confesión.

- Exacto, alguien que me entiende. -dijo aliviado.

- Gracias. Siento muchísimo lo de anoche, no pensaba, perdí el control y...

- Tranquila, sé que tú no eras Emma. Pero siempre debes recordar que, un momento de distracción lleva a la pérdida de control.

- Gracias por entenderlo. Te quería decir, que necesito que me ayudes a averiguar quien intentó matarme. -le pedí- Creo que van por mí.

- De acuerdo. -dijo acercándose a mí- Vamos.

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Empezamos a correr por el bosque. Me sentía alegre y protegida con Scott, empezábamos a confiar el uno en el otro. Sólo nos conocíamos desde la noche anterior, pero cuando estaba con él me sentía como si lo conociera de toda la vida. Era la mejor sensación que tenía desde que pasó lo del mordisco.

Llegamos casi a la salida del bosque cuando oímos un grito, un grito tan fuerte y agudo, se nos colaba en los oidos y retumbaba en el cerebro, fue un grito que nos hizo desconcentrar de la carrera, tuvimos que frenar de golpe y descansar a causa del grito.

- Lydia. -dijo Scott.

- ¿Quién es? -le pregunté muy confusa.

- Ella es mi amiga, es una banshee, si esta gritando debemos ir ya, sus gritos significan muerte. -dijo y me asusté de golpe.

Subimos los dos a mi coche. La moto de Scott la dejamos escondida en la reserva. El grito se hacía cada vez más fuerte. Nos acercábamos a ella. Lo presentía. Llegamos al campo de lacrosse, Lydia estaba tras las gradas, sentada y, Stiles estaba con ella y con dos chicas más. La más alta era morena, delgada y con una mirada astuta. La otra chica era más bajita, con los ojos achinados. Probablemente, esos eran los más importantes de la manada.

Lydia lloraba y lloraba, no podía casi hablar. Estaba horrorizada. Su mirada se encontraba perdida.

Empezó aquella noche (Teen Wolf Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora