Empezó aquella noche (Teen Wolf Fanfic)

15. Antes de que se fuera.

Mañana era luna llena. Scott no había contestado esta tarde a mis llamadas, Liam y yo habíamos corrido al edificio abandonado para pasar una tarde juntos. Estábamos dentro, cogimos unos cojines y nos sentamos juntos, escuchando música de su móvil. Le veía nervioso.

- Lobito, ¿estás bien? -le pregunté.

- Iba a esperar, pero no puedo. -dijo seguido de un gran suspiro-Emma, ¿quieres salir conmigo?

-¿En serio?- me quedé un momento boquiabierta- Me encantaría.

Entonces, sin decir nada, me besó. Era un beso increíble, su aliento a menta, su perfecto rostro pegado a mí, y hasta el edificio me parecía romántico.

Minutos después de ese beso, salimos del edificio.

- Liam, ¿has visto a Scott? -le pregunté, preocupada otra vez.

- No, ahora que lo dices es raro que no haya aparecido. -dijo extrañado- Tengo partido de lacrosse, ¿quieres verlo? -preguntó cambiando de tema.

- Claro. -le respondí- Pero primero me pasaré por mi casa, hay algo que debo hacer.

- De acuerdo, hasta luego.- y se fue corriendo.

Empecé a correr a casa. Escuchaba una voz en mi cabeza que me llamaba. No era la primera vez que me pasaba esa semana, pero ese día era más fuerte.

- Emma, Emma. - susurraba la voz.

Al llegar a casa, cogí mis auriculares, los necesitaría para olvidar la voz.

Llegué al campo de lacrosse, me senté en las gradas a esperar a que empezara el partido, empecé a escuchar música para distraerme, y mi madre me llamó.

(Conversación con mi madre)

- Hija, ¿como va todo? -preguntó animada.

-Genial mamá. -le respondí.

- En una semana volveremos a casa, así que lo quiero todo limpio. -me informó.

- Sí, mamá.

- Hasta pronto Emma.

- Adiós.

Repasaba esa conversación con mi madre,  faltaban unos minutos para que empezara el partido. Me aburría y me puse a escuchar con mi oído licántropo, conversaciones sin importancia. Pero escuchaba un corazón latir, me di cuenta, cuando salieron al campo, que era el corazón de Liam. De repente sonó el silbato y me desorientó.

Liam corría, tenía la pelota y tres tipos corrían hacia él. De repente se paró, y su corazón empezó a latir muy rápido. Creo que visualizaba algo, veía sus ojos a lo lejos, mirando el vacío. Un tipo alto le golpeó y lo placó contra el suelo. Liam cayó. En ese momento me fui de las gradas a dentro del instituto.

Pasó un rato y el partido se había acabado, yo, estaba explorando por el instituto y con la música a tope. Las esencias de la gente por los pasillos vacíos hacían que mi paso fuera lento. Llegué a la zona de vestuarios y el chico que placó a Liam salía de él. Olía a sudor y también como Scott y Liam, por lo que debería ser un hombre lobo, y era alto.

Iba a entrar al vestuario, pero decidí que era mejor irme a casa.

Cuando llegué a casa volví a oír la voz.

- Emma, Emma, mañana nos encontraremos por fin.

Me estremecí e hice algo que jamás creí, grité hasta que no me quedó voz.

A la mañana siguiente, Liam se pasó por mi casa. Picó al timbre, yo estaba despierta desde hacia rato, esa noche no pude descansar bien. Bajé a la puerta y la abrí.

- Hola Liam, pasa. -le dije abriendo del todo la puerta.

- Hola Emma, me voy a México con la manada a buscar a Scott, no sé cuando volveré y quería asegurarme de que te parecía bien quedarte sola. -dijo hablando apresurado.

- Claro. -le respondí comprensiva- Por favor, traed a Kira y Scott sanos y salvos. Y no dejéis que os hieran a ninguno. -le dije abrazándolo.

- Te quiero. No te haré esperar mucho.

Me dio un beso y se marchó. Estaba un poco disgustada, pero quería que Scott estuviera de vuelta.