La suela de los zapatos sonaba con fuerza contra el pavimento mientras corría por la calle desierta, la respiración sonaba más agitada con cada paso que daba y las manos se aferraban con fuerza al maletín que llevaba. Debía ponerlo a salvo antes de que le alcanzaran o su sacrificio habría sido en vano. Iba a morir. Lo supo desde el día en el que bajó del avión y conoció, por primera vez, la ciudad que cada noche se convertía en pesadilla. Su misión no era difícil, espiar a ciertos miembros del poder que estaban asociados con la mafia y cerciorarse de que la sede de la organización trabajaba bien a pesar de sus métodos poco ortodoxos. No le debía suponer ningún riesgo. Nunca contó con que sus investigaciones acabarían llevándola hasta el Dragón de Jade y convertirían un espionaje sencillo, en el mayor peligro que había afrontado en su vida. Bajo su fachada de ciudad perfecta, escondía un mundo envuelto en tinieblas donde la paz era un tesoro difícil de conseguir. Aquel lugar era un nido de víboras que esperaban cualquier descuido para morderte. Conocía el rostro del verdadero líder de la nación, la encarnación perfecta del diablo, y ahora debía pagar por su atrevimiento.
No importaba cuánto corriese, él la atraparía. El ángel de la muerte, su perseguidor, nunca había dejado escapar a nadie y ella no sería la excepción. Llevaba mucho tiempo estudiándolo, viendo todos y cada uno de sus movimientos como había hecho con cada uno de sus compañeros. Pensaba que había estado un paso por delante de ellos, pero estaba equivocada. Le habían dejado saber lo que querían, para luego destruirla. Ahora que habían jugado con ella, no descansarían hasta verla bajo tierra y él había sido enviado para cumplir la misión. Su fin se acercaba. Pensó en su hija, esperando a que su madre volviese de su viaje de negocios con su regalo. Pensó en su mujer y en la gran cantidad de mentiras que había tenido que decirle para mantenerlas a salvo. Se aferró a los recuerdos que habían vivido juntas, para decirse, a sí misma, que el riesgo había merecido la pena. Pelearía con todas sus fuerzas, como la habían entrenado. Si moría, lo haría luchando. Uno de los mejores asesinos del país la buscaba para darle caza, como un león persiguiendo a su presa, pero ella le demostraría que no era cualquier cordero.
Miró la calle buscando algún lugar seguro para dejar el maletín, no podía permitir que lo que quedaba de la información que había conseguido se perdiese. Cuando creía que tendría que abandonarlo a su suerte, lo vio. Ante ella, tratando de abrir la puerta que daba a su casa, estaba él, la solución a su problema. Había investigado a los miembros de la sede que la organización tenía en su ciudad y sobre todo al equipo que el jefe había creado sin el consentimiento del gobierno, debía asegurarse de que eran los mejores y merecían seguir trabajando. Si no, debían ser llevados a sus origines, es decir; directos a las cárceles de las que fueron sacados. También había estado observando a los que se relacionaban con ellos. Él aparecía en sus informes, un amigo cercano del equipo y de los ayudantes ocasionales que tenían, el dueño de la cafetería con un pasado oscuro y el comisario que dedicaba su tiempo libre a las motos y los ligues ocasiones. Era la oportunidad perfecta para asegurarse de que llegase a las manos adecuadas.
— ¡Eh! — Llamó su atención, provocando que las llaves se le callasen al suelo—. Perdona, no era mi intención asustarte. ¿Eres Chan, Lee Chan? — Al oír su nombre ser llamado por una desconocida, retrocedió instintivamente. ¿Quién era y por qué le conocía?—. Tranquilo, no te haré nada, soy amiga de Jihoon y necesito un favor — Se aseguró de que nadie más la estaba siguiendo y le tendió el maletín. Podría causarle problemas, pero era su única oportunidad. Aquel joven era demasiado inocente como para pensar que le estaría mintiendo y le llevaría la información al jefe de la organización sin problemas—. Me ha surgido un imprevisto y no podré verle, ¿Le entregarías esto por mi? — La respiración volvía a la normalidad, aunque sentía los dedos agarrotados por la presión que había ejercido en el cuero —. Es muy importante que se lo des. Nadie más puede verlo —El chico se limitó a asentir, aún preso de la sorpresa—. Adiós Chan, suerte con tus exámenes.
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The night prince - Meanie #Wattys2020
БоевикLos lobos de acero son una organización de investigación policial encargada de los casos más difíciles. Cuando Jihoon, el jefe, ve que no es suficiente con los equipos que tiene a su lado, crea una unidad especial reclutando a un grupo de delincuent...