Nostalgia

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Observó la foto que llevaba siempre en la cartera y la rozó con las yemas de los dedos, con delicadeza, como si se pudiese romper con el más mínimo toque. La sacaron en uno de los pocos fotomatones que quedaban en la ciudad por culpa de su insistencia. Estaba decidido a dejar constancia de aquella tarde aunque él se negase, poniendo de excusa que lo veía demasiado cliché y que ya tenían una edad. Miró la foto con tristeza. Él sonreía como nunca antes lo había hecho, mirando a la cámara frente a ellos. El otro chico besaba su mejilla con cariño, dejando inmortalizado lo mucho que le apreciaba. Se sacaron tres fotos más, se quedó con la que más le gustaba y las otras se las dio para que las guardara. No había querido sacarla de la cartera para poder llevarla siempre con él y mirarla cada vez que le echase de menos, aunque fuese demasiado peligroso. No podía desprenderse de sus recuerdos por completo. « Espero que te esté haciendo feliz y haya reparado todo el daño que te hice. Espero que le estés cuidando, nadie mejor que tú para ayudarle tras la herida que causé. Estáis hechos el uno para el otro, es tan perfecto para ti como tú para él. Espero que les protejáis de todo aquel que quiera romperlos como yo hice » pensó como si su mensaje fuese a llegarle al chico de la foto.

— ¡Ren!

Guardó la foto en la cartera, nadie podía saber que seguía conservándola. Limpió las lágrimas que no había podido controlar y se recompuso como si la nostalgia no hubiese hecho mella en él, como si su corazón no doliese cada vez que lo recodaba, como si no sintiese la culpa por haberles hecho daño. Le dedicó una sonrisa que no se reflejó en sus ojos, aparentando que todo iba bien, como llevaba haciéndolo todo el año.

— Perdona la tardanza, cuando no voy a trabajar, no sé que ponerme.

— Seungkwan, tranquilo, estás perfecto —Apoyó la mano en el hombro para enfundarle ánimos. Se volvía tan torpe cuando se trataba de relaciones, que no podía evitar enternecerse—. ¿Estás seguro de que prefieres que vaya contigo? No creo que a él le haga gracia que haya una tercera persona en su cita.

El chico bufó, claro que sabía que no le iba a gustar; pero, si iba solo, sentía que podía estropearlo, necesitaba la seguridad de un amigo y Ren era el mejor. No hacía preguntas incómodas, se burlaba lo justo y no trataba de ser su celestina. Aunque era partidario de que se dejase de salidas formales y disfrutase de tantos como pudiese, no iba a ponerlo en un compromiso como ocurriría si se llevase a Joshua o a Baekho. Apretó con fuerza su brazo mientras observaba al chico de la cafetería esperándolo en la puerta.

— Está ahí, Ren, es él ¿Qué hago?

Buscó con la mirada al culpable de su nerviosismo y se quedó petrificado. Él... No podía acercarse, no podía permitir que supiese que su amigo también estaba en el bando equivocado. Sentía un nudo en el pecho, amenazándole con perder la calma. Se debatía entre el riesgo que supondría permitirlo, el mal que haría si lo confesaba y la amistad hacia Seungkwan. Se merecía ser feliz, alejarse de toda la corrupción y dolor que suponía estar allí. Debía dejar que tuviesen su oportunidad, como él la tuvo antes de estropearlo todo por ser demasiado cobarde ¿Y si podían salvarse mutuamente?¿Y si Seungkwan podía borrar lo que Ren le había hecho?¿Y si él podía sacarlo del mundo en el que estaban viviendo?

— Seungkwan, he recordado que tengo algo que hacer. Discúlpame, pero tendrás que ir solo.

— Ren, por favor, no me hagas esto, no puedo ir solo.

— Eres el mejor asesino que conozco, no puede darte miedo una cita. Saldrá bien, además, se le ve impaciente. Está deseando verte, corre, no le hagas esperar.

— Pero...

— Pero nada, ve y esta noche nos cuentas como ha ido.

Acarició su hombro con cariño, tratando de tranquilizarle y le obligó a mirarle a los ojos. Seungkwan soltó todo el aire que había estado aguantando en sus pulmones, volviendo a respirar con tranquilidad. Comenzó a caminar despacio, pero decidido. Ren tenía razón. No le tenía miedo a nada de lo que hacía en su día a día, se había enfrentado a personas más fuertes sin titubear y esto no sería distinto.

— ¡Seungkwan! —Le llamó antes de perderlo de vista—. No le hagas daño ¿Vale?

Aquellas palabras le extrañaron e hizo que desconfiara. Ren actuaba diferente desde que volvió con ellos y no sabía decir si le gustaba el cambio o le preocupaba. Se encogió de hombros, ignorándolo. No sería más que alguna idea loca de su cabeza, seguramente estaba haciendo referencia al sexo. Comenzó a alejarse más aún, tenía que llegar antes de que se cansase de esperar y se marchase de allí pensando que no iría.

— ¡ Y RECUERDA USAR PROTECCIÓN !¡ SI TE CONTAGIA ALGO, LO CASTRO!— Ahí estaba su amigo de siempre, logrando que media ciudad se girase para mirarlo y sintiese la mayor vergüenza del mundo.

Observó, escondido entre la multitud, el tímido reencuentro de la pareja y sonrió. « Cuida de él, Vernon, no hay nadie mejor que tú para que esté con Seungkwan. Te echo de menos, a ti, a Jihoon, a todos... ¿Scoups os cuida bien?¿Hoshi y The8 siguen peleándose por cualquier tontería?¿Mingyu sigue sin poder dormir por las noches?¿El chico nuevo os está tratando cómo os merecéis? Espero que esté para vosotros cuando vuelva a haceros daño, porque esta vez vais a sufrir más que nunca ». Se marchó de allí ocultando el rostro tras la gorra y guardando las manos en los bolsillos. Aquella guerra acabaría con él, protegería a los suyos, a su familia, a costa de las personas que le habían dado todo sin preguntarle de dónde venía. Su corazón se dividía entre los niños que había visto crecer y los que le habían enseñado una vida diferente. Si pudiese enseñarles que hay otro camino, si pudiese alejarlos de Jeonghan, si pudiese conservarlos a todos...

—» NOTAS «—

Confieso que el personaje de Ren es uno de mis favoritos, siempre pensando en su pequeño grupo antes que en sí mismo. Espero que gane vuestro corazón también <3

The night prince - Meanie #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora