The night prince - Meanie #Wattys2020

V

Introdujo la lleve con cuidado, abriendo la puerta despacio para hacer el menor ruido posible. Se quitó los zapatos y caminó de puntillas sin atreverse a encender las luces del pasillo. Lo último que quería era despertarle después de un duro día de trabajo. Cuando salió de casa aquella mañana, no imaginó que las cosas terminarían complicándose y volvería tan tarde a casa, su casa. Suspiró al pensar en la sensación tan cálida que le infundía tener un hogar por primera vez desde hace tanto tiempo.

Tropezó con una de las cajas de mudanza que continuaban apiladas en la entrada y maldijo entre susurros por el dolor que le había provocado el golpe. Debería haberlas quitado cuando llegó, pero allí seguían una semana después, recordándole que algo en su mente se lo impedía. Solía ponerle de excusa que era por los trámites del traslado y el cambio de trabajo, pero sabía que había algo más allá, un miedo tan profundo como la oscuridad de la noche. « ¿De qué tienes miedo? » se preguntó a si mismo, dejando escapar un fuerte suspiro de frustración. Estaba enfadado consigo mismo, con el pasado que lo mantenía anclado y sus estúpidas dudas para terminar por aceptar su nueva vida. « Mañana terminaré de mudarme, lo colocaré todo y demostraré que realmente quiero vivir aquí » se dijo para convencerse, enfundándose en un valor que no sentía realmente. Caminó con cuidado hasta el salón, deteniéndose al ver la luz del despacho encendida. ¿Seguiría despierto?¿Lo habría esperado? Asomó la cabeza por la puerta entreabierta y una cálida sonrisa se dibujó en su semblante al contemplarle dormido sobre los papeles. Llegó a su lado y se inclinó para poder admirarle mejor, disfrutando de la tranquilidad que reflejaba su rostro y de sentir su respiración tan cerca. Adoraba verle dormir, lejos del estrés del día y de los problemas que los asaltaban una y otra vez.

—Eh, Aron, despierta —Le llamó con delicadeza, tocando su hombro suavemente y acariciándole con cariño. No podía dejarle dormir en una posición tan incómoda o a la mañana siguiente tendría que verle sufrir por un terrible dolor de espalda, quejándose de una edad que no tenía—. No puedes quedarte aquí, despierta y vamos a la cama.

— ¿Jonghyun?¿Eres tú? —Murmuró soñoliento mientras abría los ojos poco a poco y estiraba los músculos agarrotados de sus brazos—. Perdona, pensé esperarte trabajando y al final me quedé dormido.

Besó su frente y acarició su pelo enternecido por el gesto. Seguía sin poder acostumbrarse a los pequeños detalles de su relación como encontrarle esperando a que volviese del trabajo si era él quien llegaba tarde o prepararle una cena caliente cuando era al revés porque sabía que se centraba tanto en su deber que se olvidaba de si mismo. Tenía miedo de despertar una mañana y que todo hubiese sido un sueño, una ilusión que se desvanecería y le haría darse cuenta de que nunca estuvo a su lado, haciéndole regresar a una vida sin compromisos que giraba entorno a su mejor amigo y lo mucho que se necesitaban mutuamente. Temía levantarse un día y darse cuenta de que le había fallado de la misma forma que a Wonwoo, arrastrándolo a una prisión en la que nunca debería haber estado. Demasiadas pesadillas a su alrededor que no le permitían disfrutar como debería.

— ¿Se han metido en un buen lío? —Preguntó, recordando el motivo por el que había tenido que salir corriendo de la casa. Se había ofrecido a ir él para que pudiera descansar antes de empezar oficialmente, pero no quiso y nadie podía impedirle que rechazase un trabajo si él quería hacerlo.

— Se han juntado el hambre con las ganas de comer. Entre los tuyos y el mío, parece que somos niñeros, no abogados. Se habían llevado un coche de policía. ¿Cómo se les ha ocurrido robarle a los agentes? —Le contó, frustrado y cansado, sin comprender como habían podido acabar en aquella situación. Estaba claro que su vida se basaría no solo a salvar a inocentes de la cárcel si no a impedir que su amigo y sus nuevos compañeros se metiese en líos graves con la policía.