CAPÍTULO 18 | Filo de esperanza.

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La luz de la esperanza cae sobre mis ojos, es tan clara como el río que frecuento, su resplandor me hace volver a estar viva y es un sentimiento que extrañaba durante muchos días.

Es la Sra. Beatriz, ha abierto la puerta del sótano y se acerca corriendo hacia mi dirección.

-No tienes mucho tiempo. -dice nerviosa.

Frunzo el ceño, estoy perdida.

-¿Qué está haciendo?

Ella se agacha bajo mis tobillos y libera una pequeña llave plateada de su bolsillo.

-He venido a liberarte, debes salvar a tu bebé.

Aquellas palabras resuenan por toda mi cabeza, haciendo que mi estado anímico cambiara radicalmente. La fuerza regresó a mí repentinamente y esta vez no fallaré.

-¿Dónde están? -digo decidida.

Antes de que pueda responderme, una sencilla maniobra hace caer la cadena al suelo haciéndome libre de aquella opresión.

-Conoces muy bien su habitación, ve ahora.

Tomo esta información y salgo como bala hacia las escaleras antes de que sea muy tarde.

Al llegar al pasillo principal, mi mente reacciona ante tal riesgo que tomare en este momento y debo ser más astuta. Necesito protegerme de alguna forma y conseguir una ventaja, él posee más fuerza.

Hago una rápida parada por la cocina y consigo un objeto filoso. Lo tomo con agilidad y despejo el lugar hacia el paradero mortal.

Quizá esta noche muera alguien, pero esa no será mi hija.

-Shh, callad de una buena vez. -se escucha lejano.

El llanto de Joanna resuena por todo el lugar, es el sonido más hermoso que mis oídos han apreciado desde su nacimiento y estoy feliz de que aun este con vida.

Me acerco de forma sigilosa hacia la entrada de aquella guarida del mal y me mantengo atenta. Debo encontrar el momento perfecto para atacar.

» -Diablos. -dice molesto- ¿Acaso nunca te apagas?

La puerta de madera esta entrecerrada y puedo observar entre líneas.

» -Al demonio, terminare con esto.

Es allí, cuando posa a mi bebé sobre la enorme cama y toma alguna almohada de una esquina. Se arrodilla frente a ella y con ambas manos levanta el saco de plumas para intentar culminar con su homicidio.

Conozco lo que desea hacer, intentara ahogarla pero no lo permitiré.

-Detente ahora mismo, Vergilio. -grito fuertemente.

Entro rápidamente a la habitación llena de ira, sostengo el filo detrás de mi espalda mientras lo fulmino con la mirada.

El Hombre Oscuro da un giro lentamente algo boquiabierto y se coloca de pie.

-¿Quién te lo ha dicho? -parece intrigado.

-Me he enterado yo misma y se toda la verdad sobre ti. -hago una curva con mis labios- Y no saldrás ileso de esto.

Pasa la mano por su barbilla y sonreí maliciosamente.

-¿Y qué intentas hacer? Isabel. -da un paso hacia delante- ¿Me asesinaras? ¿Serás igual que tu padre?

Mis ojos se llenan de lágrimas ante sus palabras.

Esto es lo que tanto temía, lo que mi mente no quería reconocer como la realidad y ahora es totalmente cierto.

LA CHICA DEL BOSQUE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora