Capítulo 1

1.6K 128 75
                                    




En el momento en que el oficial kim dejó aquella carpeta amarilla con toda la información del caso número 1053 –o como algunos le llamaban: El Espectáculo-, la detective Park esbozó una sonrisa de oreja a oreja como si imitara al Gato de Cheshire(1). La emoción que tenía en aquel momento era indescriptible, había esperado más de seis meses para que le dieran el caso y así poder taparle la boca nuevamente a cada colega machista de su servicio que dicen que las mujeres solo sirven para pintarse las uñas.

–Alto ahí, Park. Sí te he dado el caso es porque sé que podrás con él. Pero mucho cuidado, ¿oíste? – advirtió el hombre.

La mujer sentada en aquel desarmado y viejo sillón policíaco, asintió con firmeza.

–Descuide, a lo más un mes y ese infeliz estará tras rejas.

–Espero que tengas ese optimismo por bastante tiempo. Pero hazme caso cuando te digo que tengas cuidado, ese tipo es peligroso –volvió advertir el hombre que cargaba sobre él un aspecto cansado y demacrado.

La agente Park volvió a asentir mientras hojeaba los registros y fichas que contenía la carpeta amarilla.

–No sabemos nada sobre él, sólo que le apodan El Mago porque ese hijo de puta desaparece y trafica la droga como por arte de magia...Ah, y le gusta jugar. Ya sabes a lo que me refiero, Park. Pistas falsas. El cabrón sabe como hacerla.

–Descuide, a mi también me gustan los juegos y ni se percatará cuando esté a punto de hacerle un jaqué mate – sonrió con aire de triunfo.

–Me alegra que pienses así –el viejo hombre torció una sonrisa más por obligación que por la felicidad de la joven mujer que estaba al frente suyo.

–¿Dónde fue la última vez que se supo de él o de sus marionetas? –habló Chaeyoung, mientras seguía examinando hoja por hoja atentamente a cada detalle.

–De él no sabemos nada, de sus cómplices... la última vez supimos que andaban cerca de...Busan, nada más.

El hombre cansado se dejó caer en un sofá de la esquina, sin la necesidad de arreglarse los pantalones policiacos antes de sentarse. Un poco desdichado y aturdido al darse cuenta de que ya no estaba en edad para estos casos,aun en sus 34años su primer caso sin terminar y se lo había entregado a una mujer con 10 años menos que él. Se sentía como una bofetada.

–O sea ese cabrón anda suelto por las calles del país, quizás está comprándose un helado o un paquete de condones y nosotros no tenemos ni la mínima idea porque no sabemos cómo es su aspecto físico –las palabras de Chaeyoung se sentían que caían de golpe, como una lluvia de meteoritos–. Vaya, si que nos ha dado una patada en el culo.

El imponente policía encogió los hombros, sin querer saber más de ese caso que le había costado cerca de tres años de su vida sin haber logrado nada relevante.

–Así es... va a la delantera –masculló Kim.

La oficial Park no dijo nada más. No tenía la paciencia suficiente para que le dijeran que un cabrón que transporta kilos y kilos de drogas al día, ha logrado sacarse a la policía de encima en más de una ocasión.

Siguió hojeando la carpeta amarilla con toda la información del caso que creyó que era lo más importante mientras que lo organizaba en su propia carpeta y dejaba a un lado lo que sabía que no le serviría para el caso, pero aún así, lo guardaba. Por que si algo creía Park Chaeyoung con toda su alma era que la información era sagrada y se podía conseguir de la forma en que fuese necesaria.

El Espectáculo (Rosekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora