Capitulo 26

900 98 11
                                    





Ya estaba vestida y sentada en las escaleras de la cabaña, mientras esperaba a que sus colegas llegaran. Si bien ella no había marcado al localizador, el pequeño aparato funcionaba por sí solo y se culpaba una y otra vez por no haberse acordado y por no haberlo lanzado desde las alturas para no verlo jamás y así poder quedarse con Jungkook , pero no. Así no sucedió.

Tal vez sería mejor por una parte. No sufriría tanto con respecto a ese hombre y se vería obligada a olvidarlo por las buenas o por las malas; no tenía idea hacia dónde carajo se había marchado lo cual consideraba como algo bastante positivo para así no tener ni la intención en ir en su busca. Lo iba a olvidar. Tenía que hacerlo porque era lo único que le quedaba en ese momento: olvidarlo. Tenía que seguir. Tenía que levantar la cabeza y darse cuenta en el lío que acababa de meterse y salir de él y seguir adelante, tratando de hacer su trabajo lo mejor posible a partir de ese momento. Pero sabía que no iba a ser tan fácil porque su reputación de detective obviamente iba a estar perjudicada de una manera u otra, al haber escapado con él –sin oponerse en absoluto–, y, por supuesto, por haberse enamorado de él. Ya no iba a ser la misma Park Chaeyoung, su prestigio como detective iba a decaer si o si y la poca sensatez que le quedaba estaba a punto de caer en la piscina de la locura. Porque no hay que ser un genio para darse cuenta de que ella no estaba bien y no iba a estarlo. Había perdido todo y ella era la única culpable. Tendría que comenzar desde cero o buscar un nuevo empleo... ¡pero eso era imposible! Ese trabajo ha sido su vida desde que ingresó al DEA y no podía tirarlo a la basura así como así... pero lo que ella no sabía, era que ya lo había tirado a la basura hace tiempo. Desde el momento en que la mirada de ese hombre no salió de su cabeza. Desde ese primer instante, en el que esos ojos achocolatados la miraban con deseo y aquel brillo característico que clamaba porque se quedara con él, desde ese momento, ella había tirado todo por la borda y poco o nada le importó. Así que justificarse ahora algo como eso, no estaba en discusión y no podría arreglar ya casi nada... porque era tarde.

Se había enamorado.

Se había enamorado perdidamente en un abrir y cerrar de ojos. Se había enamorado de un hombre al que todo el mundo buscaba y solo querían ponerlo tras las rejas. Se había enamorado de un delincuente que le había dicho que la podía haber matado, que había herido a su hermano, que amenazó a sus seres queridos, que ocasionó daño. Se había enamorado de unos ojos y de una mirada que resultaba de las más sinceras cuando solo la miraban a ella. Se había enamorado de su sonrisa y de su aroma. De su esencia y de su ser. Se había enamorado de él. Completamente de él, sin importarle quién era o qué hacía, sin importarle todas las personas a las que había matado o herido, sin importarle todos los negocios ilegales que hacía.

Había caído sin más ante su mirada. Ante su perdición.

Y que ese hombre había sido su perdición... era totalmente cierto.  Pero no se arrepentía de ello, no se arrepentía y tampoco se iba a arrepentir en el futuro.

Aquella sensación se sentía tan bien –cuando estaba con él– que no quería pensar que había sido un error. Pero bien saben todos que aquello fue un completo error. Fue un completo error desde que lo comenzó a ver con otros ojos y pensar en él de otra manera y confundirse.

El corazón de Chaeyoung dolía, dolía y lloraba, pero ella permanecía firme por fuera. Se había quitado esas últimas lágrimas al ver cómo el helicóptero se marchaba para nunca volver. Se dijo que no iba a llorar. Que iba a ser fuerte. Porque ella era fuerte y no necesitaba a nadie que se lo dijera.

Cinco minutos después sintió el ruido de un helicóptero aproximándose. Pensó, tan solo por un segundo, que podía haber sido él; pero por suerte su parte racional se hizo presente de inmediato y vio el logo de la DEA inscrito en la máquina.

El Espectáculo (Rosekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora