Capitulo 23

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La mansión había pasado de estar en un lugar acogedor y tranquilo a uno cargado de ruido molesto debido a los oficiales que invadían cada una de las habitaciones para encontrar algún indicio de dónde podría estar toda la droga.
Chaeyoung estaba parada en medio de la sala de estar, mirando el tulipán rojo que yacía en el suelo. Ya no escuchaba la música, ya no escuchaba ese dulce sonido, ya no escuchaba su voz... ya no escuchaba su corazón latir. Sintió que de pronto le faltó el aire y se comenzaba ahogar, su respiración estaba errática sin haber realizado siquiera alguna clase de ejercicio, sus ojos estaban llorosos y estuvo a punto de explotar si es que Min no se hubiese acercado a ella.

Se dio media vuelta y se trago todo ese sentimiento amargo y doloroso que le punzaba en el corazón. Sonrío con esplendor hacia su compañero.

El hombre le sonrío de costado y la apretó contra sí.

–Lo hicimos –murmuró en su oído–. Atrapamos a ese cabrón.

Chaeyoung sonrió y se alejo un poco, viéndose necesitada de que esos brazos fueran de otra persona y en una situación distinta. Pero no podía revertir el pasado y cambiar todo, ella había decidido e hizo lo que creyó correcto, hizo lo que cualquier persona racional hubiese hecho, pues si se hubiese dejado llevar por sus estúpidos sentimientos, seguramente se hubiera vuelto loca.

–Lo hicimos –Chaeyoung esbozó una pequeña sonrisa que más pareció una mueca.

–Espero que salga pronto en las noticias, Namjon y Jin se van a querer morir –soltó una carcajada–. Quisiera ver la cara de esos malditos cabrones estúpidos. –hablo Yoongi con sorna.

–Si que te gustaría verla, ¿eh, Min? –soltó su jefe detrás de ellos, ambos se dieron la vuelta inmediatamente–. Recuerda que eres un hombre hecho y derecho y detective de esta honorable institución, por lo tanto, no hay motivo alguno para sentirse superior por atrapar primero a este cabrón, ¿entendido?

Min pareció haber sido un pollito recién salido del cascarón que volvía a entrar en él y taparse con los restos del cascarón, atemorizado por la fría mirada de Su jefe.

Al ver la expresión de Min casi explota en carcajadas pero siempre se recordaba a sí mismo que lo mejor era parecer una figura notable de la autoridad para que no te miraran en menos.

–Han hecho un buen trabajo, muchachos –habló su jefe–. Han atrapado a El Mago. ¿Se sienten satisfechos?

–¿Satisfechos? –gritó Yoongi–. ¡Más que satisfechos, joder! ¡Acabamos de atrapar al narco más peligroso, estamos saltando en una pata! –dijo con euforia aparente y al darse cuenta de la mirada nula y seria de su jefe, miró a Chaeyoung , quien tenía la mirada perdida en el suelo.

–¿Sucede algo, Park? Tu deberías ser la más feliz, sin duda fuiste la cabeza de todo esto.

Chaeyoung levantó la cabeza y sonrió por obligación.

–Estoy un poco abrumada, solo eso. Todo pasó muy rápido.

reposó su mano en el hombro de la detective, dando a entender que estaba satisfecho con su trabajo.

–Vaya actriz que nos saliste, Park. ¡Qué actuación! Casi me la creí –soltó una carcajada fuerte y sonora–. No puedo creer cuán estúpido fue el tipo de habérselo creído. ¿Él y tú? ¡JÁ! Si todos saben que...

–Si todos saben que es imposible y bastante estúpido –le robó las palabras de la boca–. Pero no fue más que eso: una actuación. Un papel que fue de importancia para este caso. –asintió, pensativa–. Y si me disculpa... me iré a mi casa porque estoy cansadísima. Buenas noches.

El Espectáculo (Rosekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora