Capítulo XIV

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Carlos

subo en mi coche y reviso mi teléfono para saber quien me ha llamado, ha sido Sandra, decido devolverle la llamada, suena tres veces antes de que ella conteste.

-hola

-hola

ambos nos quedamos en silencio, pero es ella quien lo rompe.

-creo que Carla se ha molestado.

-lo sé, te ofrezco unas disculpas, ella suele ser muy dulce con las personas, pero ara ser honesto no entiendo su actitud.

-bueno, es una niña, esta celosa.

- ¿Celosa?

-sí, quizás ella esperaba que tú y su madre estuvieran juntos y me ve como una amenaza.

-estas equivocada, lo mío y Silvia es imposible.

-¿pero aun la amas?

-no voy a mentirte, sí, la amo, pero yo debo seguir con mi vida.

-entenderé si no quieres salir con...

-me encantaría.

-de verdad? no estas obligada ni nada de eso.

-bueno la verdad no tengo nada mejor que hacer.

-así que soy tu pase de salvación

-ja ja ja solo bromeo, estaré lista en 30 minutos.

-ahí estaré.

termino la llamada y me dirijo hasta su casa, tal y como había dicho, treinta minutos después ya estaba lista.

Baje del auto y abrí la puerta para ella, luego rodee el auto y me senté en el piloto.

No tenia expectativas sobre nuestra primera cita, pero me ha gustado mucho, con ella soy yo, y lo mejor es que ambos somos espontáneos y después de mucho tiempo vuelvo a sonreír.

***

Las siguientes semanas son iguales, Sandra y yo nos vemos cada que tenemos un rato libre, no se hasta donde llegara nuestra relación, pero no quiero presentarla como mi novia, pues aun no se lo he pedido oficialmente, quizás lo haga este fin de semana, Carla, ya no esta tan molesta porque salgo con su profesora, se que Silvia ha hablado con ella y eso me tranquiliza.

Silvia y yo casi no nos hemos visto, trato de no hacerlo, poco a poco la estoy superando y se que si comparto con ella más de lo necesario nunca dejare de sentir lo que siento.

El viernes por la noche me dirijo al departamento de Sandra me ha invitado a comer y yo he aceptado encantado, esta semana no pudimos vernos, pues Silvia debía viajar y me he quedado con Carla.
Todo se ve delicioso, pero no alcanzo a probar lo que ha preparado para nosotros, quizás lo haga luego, ella se abalanza sobre mí.

La arrincono en la pared de la sala, ¡Demonios!

Se ve tan sexy con ese vestido, de un movimiento se lo quito y la dejo en ropa interior, ¡perfecto!

Trae un conjunto de encaje negro, y ligueros, la tomo de los muslos y la ayuda a subir a mi cintura, ella clava los pies en mi trasero, jala mi cabello y yo la empotro más a la pared, sus nalgas rozan mi pene, el cual crece cada vez más bajo mis pantalones.

-nena no puedo más.

-hazlo. eso era lo único que necesitaba escuchar, la tomo con una sola mano, mientras que con la otra desabrocho mi pantalón y saco mi pene, sin contemplaciones la penetro, ella hace la cabeza para atrás y arquea la espalda, arranco su brasier y libero sus senos, sin dudarlo me meto uno a la boca y lo saboreo, sabe tan bien, la penetro una, otra y otra vez, mis piernas tiemblan, pero me niego a dejarme vencer por el deseo, cuelo una de mis manos entre nuestros cuerpos y estimulo su clítoris, ella grita mi nombre y yo no le doy tregua, lloriquea por más, pero quiero hacerla esperar, me despego de la pared y aun dentro de ella me conduzco al sofá, acuesto sobre
el y comienzo a bombear con avidez, tres estocadas más y ambos nos desmoronamos sobre él sofá.

Silvia

Hoy es el bautizo de Gerardito, cada vez está más hermoso y regordete, no para de comer, es un precioso.

Todos han venido para estar presente el día de hoy, están mis padres, los de Marcos, sus hermanos, mis amigos, en fin, toda la familia.
El bautizo fue tranquilo, Gerardito durmió casi toda la ceremonia, los invitados bailaron, comieron y celebraron junto a nosotros,  para cuando todo acabó yo ya estaba muy cansada, nos dirigimos a casa, no sin antes llevar a mis padres y los de Marcos al hotel, me hubiese gustado que se quedarán con nosotros, pero no había un lugar donde se pudieran quedar, Marcos me ha estado insistiendo con cambiarnos de casa y creo que tendré pensarlo mejor.

-mamá, mamá, mamá!!!
-Carla te escuche la primera vez.
-es que no me contestas.
-porque estoy ocupada con tu hermanito.
-¿puedo hablar con papá?
- ¿a esta hora?
-sí, es que siempre me quedo con el los viernes y quería saber si vendrá por mi mañana sábado.
-amor es muy tarde
-por favooor
-está bien, ve por mi teléfono.
-¡voy!
Termino de cambiar a Gerardito y lo dejo en su cuna, ¡pobre!
Está tan cansado por todo el ajetreo del día.
Voy a mi habitación y me doy una ducha, ya lo necesitaba, es ta gratificante sentir el agua recorrer mi cuerpo, para cuando salgo del cuarto de baño Marcos ya se encuentra acostado, rodeo la cama y me acuesto en mi lado, apago la luz y me acomodo. Siento como la mano de Marcos recorre mi cuerpo, ávida de más se aventura a recorrer mis senos, los aprieta, masajea, me estimula, yo apartó su mano. -estoy cansada.
-te necesito.
-no podemos posponerlo para mañana?
-no.  Sé que me le hago falta, por eso no pongo más resistencia y dejo que el haga gran parte del trabajo, me despoja de mi ropa, para luego hacer lo mismo con la suya, sabe que no estoy lista, por lo qué decide que es mejor prepararme, veo como desaparece entre las sábanas y se sumerge entre medio de mis piernas, siento su lengua  en el centro de mi deseo y me aferro a mis sábanas, siento como me penetra con su lengua y  posteriormente como me penetra con un dedo, luego agrega un segundo y con el tercero estimula mi clitoris.
OH, OH sí, vamos así, así, no te detengas, aprieto mis pantorrillas contra su cabeza y lo obligo a quedarse ahí. Todo mi cuerpo tiembla y sin más un orgasmo arrebatador me inunda.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora