La amable chica que te roba la razón.

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"Luego el delirio porque te vean en martirio, bandera de heroísmo, sus vidas de devotas al erotismo"

Gente de juguete - Enjambre

Los brazos que se cierne sobre mí de modo tan posesivo me gustan indudablemente, siento seguridad ya que me recuerdan a aquella vez en que tontamente me creí amada

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Los brazos que se cierne sobre mí de modo tan posesivo me gustan indudablemente, siento seguridad ya que me recuerdan a aquella vez en que tontamente me creí amada.

Cierro los ojos, mientras comienzo a sentir mi cuerpo relajado, esta sensación hace que me pierda entre fantasías llenas de felicidad, imagino que quien me abraza es ese hermoso pero frio hombre de ojos heterocromáticos.

Inconscientemente acaricio su espalda, siento que estoy en un sueño no quiero soltarlo, quiero que me ame, que me mire con esa intensa mirada y me profese amor eterno por siempre, quiero ser feliz.

Creo que Dios nunca ha escuchado mis plegarias, porque a mi mente llegan los recuerdos de su desprecio, las filosas palabras que uso para humillarme, el cómo uso mi amor para aprovecharse de mí y robar la inocencia que yo poseía.

Todo eso me hizo recordar por qué estoy aquí, por lo que dejo de lado mis pensamientos felices y me centro en lo que realmente he venido a hacer.

—Gracias Katsuki, perdón si te incomode — dije sin intensión de soltarlo.

Vi como bajaba la mirada para verme, por lo que puse mi mejor expresión de pena, funciono me miro anonadado por algunos segundos y sin pensarlo mucho me beso.

Correspondí con sumisión ante su demandante forma de besar, parece que le gusto, porque no se separó de mí hasta que fue evidente que le faltaba el aire.

—Lo siento. — Murmura.

Sé que a los hombres como Katsuki no les gusta ver a las chicas llorar, por lo que hice un amago de decepción, funciono ya que corrigió lo que dijo.

— No, perdóname por no sentir culpa — Entonces me beso de nuevo, de forma mucho más demandante.

Pude sentir sus manos acariciar mis caderas con suavidad, yo lo deje sin oponer resistencia, rodee su cuello con mis brazos y disfrute del contacto, duramos varios minutos así, hasta que el sonido de un celular nos hizo separarnos.

—Carajo — Bufa con enfado.

Aunque en vez de separarse totalmente de mi me abrazo con más fuerza.

— Que quieres ahora Kirishima—Gruño claramente irritado. —Si ya vamos para allá, la tonta de tu novia no dejo el vestido donde había dicho, por eso tardamos... Yo le digo como quiera, ya vamos deja de joder —Termina la llamada y me dedica una mirada penetrante —Debemos irnos, te están esperando —Dijo con voz severa.

—Entiendo, Katsuki ¿Podemos salir algún día de estos? — Pregunto con falsa timidez.

Él me mira con intensidad y me vuelve a besar —Claro, ahora vámonos, si no ese maldito pelo pincho va a volver a joder. —Musita en voz baja.

SEMPITERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora