Codicia.

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"Regálame tu corazón y déjame entrar a ese lugar, donde nacen las flores, donde nace el amor."

Labios rotos - Zoe

Miro a Momo dormir apaciblemente, hace tanto que no dormía junto a ella que ahora me siento raro

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Miro a Momo dormir apaciblemente, hace tanto que no dormía junto a ella que ahora me siento raro.

No puedo evitar verla y compararla con Izuku, mi esposa es grácil hasta para dormir, en cambio la peliverde es provocativa, hasta realizando una acción tan inocente como es dormir.

¿Me pregunto que esta haciendo ahora?

Se que prometí sacarla de mi mente, por eso es que arregle mis problemas con mi pareja.

La última vez que estuve con ella se lo dije, que ese seria nuestro encuentro final, ella sonrió y dijo que no importaba.

De eso ya hace tres días, es domingo y ahora tenemos que ir a ver a Katsuki, a petición de mi esposa, quien insiste en que debo agradecerle él que la cuidara de mi ese día. 

Eso me parece innecesario pero debo de hacerlo, si no quiero arruinar nuestra reconciliación.

Con cuidado muevo a mi esposa, para despertarla —Momo, ya es tarde, me daré una ducha rápida, en cuanto termine podemos ir con Bakugo — Murmuro.

—Uhmm, me bañare después de ti, luego de eso podemos ir — susurra adormilada.

—Bien no tardo.

Con cuidado me dirijo al baño, abro la llave del agua fría y me ducho, necesito estar despierto para la sarta de insultos que pueden esperarme con Katsuki.

Con cuidado me dirijo al baño, abro la llave del agua fría y me ducho, necesito estar despierto para la sarta de insultos que pueden esperarme con Katsuki

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¿Que hay peor que ir a casa de alguien con quien no te llevas del todo bien? 

Ir a casa de esa persona, rodeado de todos los amigos en común que tenemos, ni siquiera se como se les ocurrió esto, simplemente al salir de mi casa ya me estaban esperando, Denki, Ejiro, Tenya, y sus respectivas novias.

Cuando les pregunte que hacían ahí, Ejiro y Denki respondieron que los amigos siempre se apoyan, razón por la cual nos acompañarían. 

Trate de razonar con ellos, pero no dieron su brazo a torcer, así que aquí estábamos todos afuera de la puerta del departamento de Katsuki, decidiendo si era conveniente tocar, o usar la llave de su casa que Ejiro poseía.

SEMPITERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora