El amor de un hermano.

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Es mi nación y en el salón, preparo una revolución, me quiero vengar, te quiero matar.

Ejército de hormigas – La gusana ciega.

Caminaba con paciencia y con calma, detrás de él iba una pelinegra muy consternada, aún lado de ella un chico de ojos rojos

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Caminaba con paciencia y con calma, detrás de él iba una pelinegra muy consternada, aún lado de ella un chico de ojos rojos.

Entraron a lo que parecía ser una bodega, él se recargo en la pared y les indico que hablaran.

—Todo tiene una explicación, no es lo que parece, podemos explicarlo —Murmura la mujer nerviosa.

En cambio Katsuki sonríe con suficiencia.

—Me importa una mierda, haz lo que se te dé la gana, yo no tengo por qué negar nada. —Espeta petulante.

La chica frunce la cara, en una mueca incrédula.

— ¿Eres estúpido? Le va a decir a tu novia lo que estabas haciendo, ¡DIOS! cómo puedes ser tan idiota — Farfulla molesta la chica.

—Bueno a diferencia de ti, mi relación es abierta, así que a Deku no le molestara, en cambio tu ¿Qué crees que dirá el bastardo de tu esposo, cuando se entere? —Dice burlón.

— ¡Basta! Katsuki tú te quedarás aquí, a supervisar la nueva cede que abriremos en este lugar, no volverás a tener contacto con Yaoyorozu. En cuanto a Yagi tú hablaras con ella, ahora puedes retirarte. —Declaro con firmeza.

—Bien como desees.

Camina hacia la salida, antes de marcharse me da una mirada de advertencia, que reconozco demasiado bien.

No le doy importancia, cuando la puerta se cierra, la boca de la mujer se abre con rapidez.

Dice una mentira tras otra, mentalmente me burlo de ella, me parece patético que se intente justificar.

Corto su discurso, cuando me he aburrido de su palabrería.

—Basta, se lo que vi, no soy estúpido, usted engañaba a su esposo con Bakugo. Yo podría decirle esto a Todoroki, seguramente cuando se entere de esta noticia se le romperá el corazón. Pero sobre todo, cuando se entere la clase alta, enseguida usted se convertirá en una marginada. — Exclamo con seriedad.

—Usted me está amenazado —Sisea molesta.

—Tal vez, le diré una cosa guardaré su secreto, a cambio de un favor. — Murmuro.

—Para que lo sepa no le tengo miedo, pero me da curiosidad que quiere de mí ¿Acaso después de todo si le gusto lo que vio? — Pregunta con sorna.

—Para nada, yo si conozco la fidelidad. —Declaro con suavidad.

Ella rueda los ojos aburrida.

—Claro ¿Entonces que desea el señor fiel de mí? —Cuestiona aburrida.

—Es fácil, necesito compañía, mi novia se irá por unos meses a Estados unidos, me aburro con facilidad cuando ella no está. Sería grato que alguien me hiciera compañía, en las actividades de fines de semana. —Declaro solemne.

SEMPITERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora