Loveless

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Katsuki miraba a Izuku comer con pereza, mientras el niño en sus brazos dormía apaciblemente

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Katsuki miraba a Izuku comer con pereza, mientras el niño en sus brazos dormía apaciblemente. Habían pasado 4 meses desde que el pequeño Daichi había llegado a sus vidas, desde el momento en que lo vio supo que lo amaría sin importar que no fuera su hijo biológico, sin duda ese niño y sus grandes ojos azules lo enamoraron desde el primer instante en que lo vio.

Incluso el gran "Enji Todoroki" cayó rendido ante la ternura e inocencia que poseía el pequeño, el único que parecía inmune al encantador bebé era su padre, Touya Todoroki, pues no hizo más que verlo de lejos y esbozar una media sonrisa que a su parecer era muy falsa.

Era claro que Todoroki no amaba a su hijo, probablemente desearía que este ni siquiera existiera, pues en sus ojos ni una pizca de amor o afecto existían para tan hermosa criatura. Eso le extraño a Katsuki más no le dio importancia. Por algunos días dejó pasar esa actitud de mierda, aunque cuando se cansó de la frialdad con que el hombre se dirigía al menor se decidió a encararlo.

Lo cito en la cafetería del hospital y se dispuso a hablar con él.

—Sé que no te agrado, tú tampoco me agradas a mí y eso está bien. No tenemos que fingir ser los mejores amigos ni nada de eso, honestamente en otras circunstancias ni siquiera te diría nada, pero teniendo una amiga tan entrometida creo que es mí deber hacer esto —susurra.

El de rojos cabellos rueda los ojos y resopla.

—Ya se ha lo que vas con esto, así que no le des muchas vueltas y dímelo directamente —pronuncia molesto.

—¿Si sabes lo que te voy a decir entonces por qué no haces nada? ¡Es tu hijo, joder! No creo que seas tan desalmado como para no sentir el más mínimo amor por él —expresa con molestia.

El contrario pasa una mano por sus cabellos y aparta la vista.

—Es halagador que pienses que tengo una pizca de remordimiento o buenos sentimientos, lamento mucho defraudarte, pero en verdad no siento nada por ese niño. Si te soy honesto nunca desee tener hijos ni nada de eso, pero como quería tener a Midoriya junto a mí debía de cumplir su capricho, por lo tanto cuando nuestro compromiso se ánulo dejo de importarme la existencia de esa criatura. Así que sí, soy un desalmado que no puede sentir amor por un pequeño ser que ya no me sirve para nada —declara con indiferencia.

Aquello enoja mucho a Katsuki quien toma por el cuello de la camisa al hombre y lo ve con ira.

—¡Eres un estúpido! No entiendo que pasa por tu jodida y perturbada mente —brama con molestia.

El de ojos azules sonríe y se suelta del agarre del contrario.

—Lo único que había en mi mente era joder a Shoto, joderlo hasta que se quedara sin nada y lo logre, ahora él debe estar sufriendo en Dios sabrá donde, del buen hijo nada debe de quedar. ¡Jodí la vida de mi hermano! ¿Crees que ese sería un buen ejemplo de padre? —cuestiona.

SEMPITERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora