Capítulo 1: El encuentro

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-"Estúpida vieja... ¡puedo ser poderoso sin necesitar la fama de mi apellido!"- refunfuñé mientras golpeaba las ramas y piedras pequeñas que estaban en mi camino y avanzaba por el bosque. 

Mi madre, la "gran Mitsuki Bakugo", me obligaba a continuar el puto "negocio familiar": una forma suave de decir cazador, más bien asesino, de bichos mágicos y chorradas. 

A mí no me interesaba, me gustaban más las luchas clandestinas puño a puño pero no, tenía que ser un cazador porque toda mi familia lo había estado haciendo por los siglos de los siglos.

Avanzaba quejándome y buscando cualquier bicho que sea mínimamente raro para que la vieja me dejase en paz cuando una sombra gigante alada pasó por encima de mí oscureciéndolo todo a mí alrededor por unos segundos, sin creérmelo miré hacia arriba y vi como un maldito dragón rojo brillante volaba por el puto cielo. Me quedé de piedra, corrí tras él: si cazaba a ese bicho mi madre nunca más volvería a darme el coñazo.

Para mi mala suerte lo perdí de vista y estuve dando vueltas por todo el bosque como un estúpido.

Estaba ya agotado y se me estaba acabando el agua así que ahora en vez de dar vueltas como un tonto buscando un dragón daba vueltas como un tonto buscando un lago, eso ya era un buen paso en mi opinión.

Por fin encontré el jodido lago pero, cuando me estaba acercando, me di cuenta de que había alguien en el agua de espaldas a mí, frotándose el precioso cabello rojo de aspecto sedoso que le llegaba un poco más debajo de los hombros, pensé que sería una mujer por eso y no pude evitar mirar el resto de su cuerpo, era delgada pero a la vez tonificada, a decir verdad fue lo que más me gusto: no era la típica que usaba corsets y mierdas para resaltarse las curvas, aunque de por sí se veía que tenía.

Mis mejillas enrojecieron y me preguntaba: ¡¿qué mierda hacía una belleza así bañándose en el medio del bosque?! ¡Debería estar tomando un baño en las grandes termas del gran palacio que estoy destinado a heredar!

Entonces recordé por qué estaba aquí y me propuse a mi mismo: no me voy a beneficiar de que soy un Bakugo para conquistarla.

Pensé que si me presentaba ahora me iba a mandar a la mierda así que dí un paso hacia atrás...

Pero..

Pisé una rama, estúpido de mí, con lo que hice ruido y quien estaba en el lago se giró asustado y, mientras me moría de vergüenza, me fijé de nuevo y me di cuenta de que ella no era un "ella".

¡Era un chico! ¡¿Cómo putas no me di cuenta?! ¡¿Y cómo cojones había fantaseado con un hombre?! 

Él chico también se había sonrojado, tanto que apenas se distinguía su cara de su pelo, y debía admitir que tampoco esta tan mal el chaval.

Me abofeteé mentalmente por pensar semejante gilipollez y le pregunté con la mayor seguridad, seriedad y soberbia que podía en ese momento:

-"¿Vas a tardar mucho? Tengo que coger agua."- Él negó nerviosamente con la cabeza. 

Mierda... me estaba pareciendo adorable.

Me alejé para darle intimidad y para cuando volví a mirar el chico ya no estaba... ¿¿¿Eh???

Corrí hacia el lago pensando: ¡¿y si se había ahogado?!

Cuando me asomé al agua... vi al maldito dragón en el fondo y enroscado, conteniendo la respiración y con las zarpas tapando sus ojos de reptil, ¿qué cojones?

¡Si seguía así se iba a ahogar, no podía dejar morir a mi presa!

Tiré mi capa y colgantes a un lado y me lancé al agua y nadé hasta llegar al dragón.

Él apenas podía mantener la consciencia así que intenté levantarlo y sacarlo de ahí pero, para cuando agarré las zarpas, ocurrió una puta explosión de burbujas y, cuando volví a abrir los ojos, en mis brazos se encontraba el chico pelirrojo inconsciente.

Antes de empezar a cuestionarme cosas salí a tomar aire y lo dejé en el suelo, usé la técnica que los chamanes usaban para los que se ahogaban, presioné el pecho del chico varias veces pero no parecía reaccionar... ¿me estaba olvidando e algo?

Caí en la cuenta de que lo que me faltaba era darle aire.

Tragándome mi orgullo le abrí la boca; repleta de dientes afilados como cuchillos, como cabe esperar de un dragón; junté mis labios con los suyos y comencé a transferirle mi aire.

No tardó mucho en abrir los ojos... pero justamente lo hizo cuando estaba "dándole mi aire".

-"¡¡¡Mnfh!!!"- Gimió entrecortadamente mientras se separaba de mí.

-"Relájate, solo te he salvado la vida."- Por suerte el chico se había vestido antes de hacer su gran idea de esconderse en el lago que si no esta escena habría sido muchísimo más comprometedora...

-"G-gracias..."- dijo con un sonrojo en su cara.-"¿Me has vist-"

-"Sí."- Le interrumpí descaradamente y él intentó huir, por suerte tengo unos reflejos de la hostia y le agarré la muñeca antes de que se pudiera alejar.-"Te propongo un trato."- Me miró extrañado y con miedo.-"Yo no te despellejo ni te entrego a los cazadores... si me sirves."

-"¿S-servirte?"

-"Ya sabes: ahora yo soy tu señor."- Era genial: "Katsuki, el domador de Dragones". Ya no me haría falta nunca más la fama de mi apellido.

Pero había algo que no cuadraba... La vieja gruñona y mandona de madre había esclavizado a todos los dragones que sobrevivieron a la caza que tuvo hace doce años y esos eran los últimos de su especie... 

Entonces... ¿De dónde había salido este chico?

-"Ah... y... ¿qué tengo que hacer?"

-"Lo primero: ¿Quién eres? Según tengo entendido no hay ningún dragón en libertad."

-"E-eijiro Kirishima... U-un momento... ¿En libertad...? ¡¿E-eso significa q-que hay más dragones a parte de mí?!"- me miró con un brillo esperanzador en sus ojos.

-"Uh... el resto están esclavizados en el reino Bakugo. ¿Cómo es que estás en libertad?"

-"Conseguí escapar de una batalla que pasó hace mucho tiempo..."

-"Oh..."

-"¡Me dijeron que se habían extinguido! ¡Muchísimas gracias amo!"- no me esperé que me dijese "amo" y me ruboricé un poco, pero pude contenerme.

-"Ejem, me llamo Katsuki."- Le tendí una mano en forma de saludo y él me lo devolvió.

El Reino de los Dragones [Bakushima Fantasy AU Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora