Estuvimos un largo rato buscando una rampa o una bajada segura para poder ir a rescatar a Kirishima.
Estaba constantemente nervioso, pero trataba de ocultarlo como mi usual mal humor.
-"¡Chicos!! ¡Por aquiiii!"- Ashido nos llamó a gritos.
Seguimos su voz y nos la encontramos al borde de una pendiente que bajaba a la oscuridad.
Mientras descendíamos mi mente se volvió a llenar de preguntas:
¿Está Kirishima sano y salvo?
¿Qué habrá en aquellas profundidades donde cayó?
¿Tanta ansiedad que sentía era realmente porque lo amaba?
¿Podré confesarle mis sentimientos y mi verdadera identidad?
y... ¿me odiará después de hacerlo?Trataba de distraerme mirando las piedras preciosas que estaban encajadas en las paredes de roca, esperando a que venga algún minero a arrancarlas.
Fue entonces cuando mi cuerpo se detuvo en seco, mis ojos estaban fijos en una de las gemas: era un precioso rubí, el cual sus hermosos reflejos rojos jugaban con el sol deleitando mis ojos.
Ya había visto este espectáculo carmesí en otra parte: en los ojos de mi preciado dragón...
Hasta ahora no me había dado cuenta lo mucho que adoraba esos iris...
Suspiré. Ya le volvía a echar de menos...
-"¡Eooo! ¡Bakugooo!"- Kaminari balanceó una mano delante de mi cara.-"¿Hay alguien en casa?"
Le dí un golpe apartándolo de delante de mí y avancé hacia la pared.
-"¿Pero qué le pasa ahora?"- ignorando a Sero comencé a escalar la roca bajo la mirada extrañada y expectante de los otros tres idiotas que me acompañaban.
-"¡Te tengo!"- agarré el rubí y comencé a escarbar con mi espada para liberarlo, por suerte no estaba muy hundido en la pared y lo saqué antes de que mi filo se partiese o se dañase irremediablemente.
Bajé al suelo de un salto y reemprendí la marcha.-"¡Vamos joder! ¡no tenemos todo el día!"
Kaminari, Sero y Ashido se miraron entre ellos, arquearon los hombros y me siguieron, esta última me adelantó y encabezó la fila.
Nos adentramos en una red de túneles que solo podíamos iluminar por la lámpara que llevaba Sero, me sorprendía que Ashido se guiase tan bien por aquel lugar cuando normalmente se perdía hasta en un sendero recto.
Después de un rato, que se me hizo jodidamente eterno, pudimos ver luces de múltiples colores emerger de uno de los túneles.
Avanzamos hacia esa mezcla de luces y salimos a una gruta gigantesca, llena de chozas, casas y edificios por todas partes. Al final era cierto lo de que había una puta civilización debajo de nuestros pies.
-"¡Oye! ¡Que os quedáis atrás!"- mientras Kaminari, Sero y yo estábamos con la boca abierta, Ashido ya había avanzado hacia la ciudad y nos llamaba desde la entrada.
Nos apresuramos hasta alcanzarla y caminamos por las calles repletas de puestos y tiendas, preguntándome de donde mierda sacaban las frutas y la comida.
-"¿Estas segura de que por aquí se llega hasta donde está Kiri?"- parecía que Kaminari empezaba a cansarse de tanto andar, aunque siceramente yo también quería terminar esta caminata, solo que no por sus mismos motivos.
-"¡Que sí, quejica!"- levanté la mirada y solo podía ver más edificios, ¿dónde estaba la salida?
Mientras inspeccionaba la ciudad con la mirada, un par de hombres vestidos de soldados se interpusieron en nuestro camino.
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El Reino de los Dragones [Bakushima Fantasy AU Fanfic]
أدب الهواةNuestros portagonistas, Eijiro Kirishima, un dragón que se puede transformar en humano, y Katsuki Bakugo, el hijo de la mejor cazadora de seres fantásticos y que tiene que ocultar su identidad a Kirishima para que pueda seguir siendo su amigo (y pue...