CAPÍTULO XVII

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Lunes 1:09p.m.



FORD~




Cansado de caminar por el parque atemorizando las personas con mí actitud ansiosa, decidí alejarme del grupo de personas antes de que decidiera acudir a la policía, Metí ambas manos a los bolsillos de mí pantalón y tomé nuevamente el teléfono del lado derecho de este. Me detuve en seco frente a una cafetería, entré al lugar sin más que desear relajarme un par de minutos, ordené un café cargado y me senté en un lugar apartado de la multitud.


Miré el teléfono sobre mí mano, maldije tantas veces que hasta dejaba de ser un pecado, si no una palabra común y corriente, odiaba ser tan débil, odiaba pensar en la misma mujer incorrecta para mí. Estuve toda la madrugada sentado en el aeropuerto dispuesto a subirme a un avión y volar directamente a Canadá, al enterarme de que Olivia se casará con un hombre veinte años mayor que ella, es repugnante. Pero, digamos que mí cordura ganó aquella batalla.



Deslicé mí dedo sobre la pantalla de mí teléfono, leyendo cada nombre de mí lista de contactos. Fruncí el ceño al ver el nombre de Mell Jones, le marqué un par de veces pero me mandaba directamente a buzón de voz, al llegar al final el nombre de Warren me llamo la atención, no habló con el ya hace un par de días. Le marqué.



Llevé el teléfono a mí oído y vi como la mesera dejaba mí pedido en la mesa, le dí una sonrisa agradeciendo está lo devolvió.

—¿Que pasa, hermano? —se escucha su voz desde el otro lado.

—¿Donde demonios estás?, pregunté por ti en la recepción con un par de billetes me dieron la información de que te vieron salir con una chica.

— eso no te incumbe, no eres mí esposa.

—claro que no tarado, Flora me dijo que tenían algo planeado para hoy.


—pues dile que no podré... Estoy en Varadero ahora.

Una voz reconocida se escuchó de fondo, me quedé en silencio esperando que hablara nuevamente, pero no sé escuchó más.

—dicelo tú idiota, tengo cosas que hacer suerte en tu día.

Dejé el teléfono sobre la mesa y suspiré profundo, me encogí de hombros y tomé de mí café.


Quizás sea buena idea buscar a Mell, aunque me gustase pasar el tiempo con ella, sentía que todas estas citas se salían de control, no ayudaban en nada para olvidar a Olivia, al contrario fantaseaba que Mell era Olivia, pero ella era la única distracción, por ahora y no podía comportarme exigente. Después de todo era más que obvio que él plan de Warren no resultaría.




Mí vida exigía un cambio de página, debía Concentrarme más en la empresa y en cómo sacarles dineros a aquellos bastardos, esa era mí mayor objetivo ahora debía ofrecerles a mis primos, tío y tía una vida mejor y estabilidad financiera. Actualmente mís familiares viven en una granja apartados de la ciudad, una granja sin animales, ni tierras adecuadas para el cultivo, respecto a mí crianza no puedo tener ninguna queja sobre ellos, me dieron más amor del que puede recibir cualquier persona y los amo por eso, son los padres que me hubiese gustado tener. Pero nada se mantiene en la oscuridad tanto tiempo, no si la luz está acechando.





Encendí el motor del auto y me dispuse a manejar rumbo a la casa de Mell Jones.





Bajé del auto admirando la estatua imprudente del jardín, una pareja salió a mí encuentro deduje que eran los empleados por sus atuendos de blanco y negro, sonreí.

—buenas tardes, disculpen si incómodo. Busco a Mell... Mell Jones.


—lamento informarle que la señorita Jones no se encuentra en casa —dijo el señor indicándole a su mujer que entrara nuevamente a la casa. —¿desea usted dejarle un recado para su regreso?

—si... Dígale que Ford Miller vino y que me llamé cuando regrese —abri la compuerta del piloto del auto, y me despedí. Encendí el auto y salí de la propiedad, mí teléfono comenzó a vibrar en el asiento de al lado, lo tomé.


—necesito un trago, nos vemos en el bar del hotel —lei el mensaje de Neil y me dispuse a conducir. No era la mejor compañía pero era mejor que estar solo en la habitación.





***







Entré al bar del hotel y miré mí alrededor buscando a Neil, desde al fondo alguien elevó su brazo junto con un vaso de whisky en las manos, caminé hasta allí, saludé a Flora y luego a Neil me senté en la silla libre y el Garzón me entrego la carta de cócteles pero la rechacé, en cambio Flora habló por mí y  pidió un escoses para mí.



—el trago lo necesitas tú más que yo —espetó Neil señalándome.


—¿por que necesitaría un trago?

—sabemos que fuiste al aeropuerto... —añadió Flora. —trataste de irte, ¿Que te detuvo?

—¿y ustedes como saben eso?

—ya sabes el dicho; "ofrecele dinero al de la recepción y te dará la información" —miré a Neil cruzar miradas con Flora. Rodé los ojos cansado. —ese hijo de perra necesita cerrar su boca. —pensé.

—sabemos que saliste a las 2a.m. con tu maleta Louis Vuitton del hotel, en realidad no sabíamos que fuiste al aeropuerto pero por tu expresión lo acabas de confirmar.

—amigo... Tienes que olvidarla ya, es una perra vanidosa, agradezco que esa chica se cruzará en tu camino en aquella discoteca.

—ya había escuchado eso.

—permitete a ti mismo enamorarte otra vez, Ford —dijo Flora a mí lado.


—si lo he reconsiderado... intentarlo con la misma mujer que arruinó mí antigua relación, ¿La conocen?  —estaba estresado de discutir el tema.


—por desgracia sí.

—el barco ya zarpó amigo, es la  nueva prostituta de Warren. —habló Neil, fruncí el ceño confundido.


—¿Hablamos de la misma mujer? —espeté, tomando de golpe el whisky.

—Mell Jones, el de la recepción nos lo comentó por veinte dólares más. —sonrió Flora.




Era imposible de creer si días atrás habíamos tenido una cita o algo parecido, Warren y yo estuvimos saliendo con la misma sin siquiera percatarnos.














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⏰ Última actualización: Jan 25, 2019 ⏰

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TRES ERRORES | [+17]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora