CAMBIANDO POR ELLA - Saga MC -Ella#4

Capítulo 22. (Nuevo)

Dante

Solo verla caminar por el lugar hace que mi polla se pare, la veo y no puedo disimular ni un solo jodido momento lo que siento por ella. Es que Dassia me tenía por completo, cada parte de ella.

Ella era la cosita más hermosa que jamás había visto, perfecta en cada detalle. Admito que al principio se encontraba muy delgada, pero con el pasar del tiempo su cuerpo había sido llenado de manera increíble, y ella tenía un culo increíble, cada vez que se ponía de lado mis ojos recorrían sus piernas y terminaba en esa hermosa redondez.

Cerberos lame mi mano mientras lo sigo cepillando.

¿Terminaste cachorrita?

Ella deja las cubetas con agua y camina hacia mí.

-Sí, los caballos están listos.

-Eres increíble, cachorrita. Puedo acostumbrarme a esto. Eres muy útil.

-Me gusta este lugar.

-¿Quieres quedarte aquí?

Ella agranda sus ojos y enseguida se sonroja.

>>¿Conmigo, Dassia? ¿Quieres hacerlo?

Enseguida agarra las cubetas y camina de regreso.

Dejo a Cerberos y corro a su lado, mis manos agarran las suyas y quito lo que lleva en ellas.

-Te hice una jodida pregunta.

-Basta.

-Contéstame.

-No lo haré.

-¡Pero yo te quiero a mi lado! ¡Lo hago!

-Dante-menciona sorprendida.

-A la mierda todo esto. Quiero tu cuerpo a mi lado cada maldita mañana.

Sus ojos empiezan a tener un brillo especial, agarro sus mejillas y gimo.

-Es que eres perfecta, mujer. ¡Un jodido capricho! Eres malditamente única.

-Tú...

Saco mi lengua y despacio recorro sus labios.

-Tan deliciosa.

Abro mi boca y la beso de manera sutíl. Ella recibe mi beso despacio, mis manos bajan por su cuerpo, al principio Dassia se tensa, pero al verme aún perdido en su boca coloca sus manos en mi pecho.

Mi lengua recorre cada espacio de su boca. Gimo desesperado y mi polla reacciona, gruño al sentir la presión de mis bolas.

Su pequeña risita se escucha.

-¿Te ríes de mí, mujer?

-Pareces un perro, gruñes demasiado.

Un jadeo de sorpresa sale.

-¿Me haz comparado con Cerberos?

-No, él es hermoso.

Gruño más fuerte y la levanto en mis brazos, Dassia ríe y me abraza cuando giro con ella en brazos.

Cerberos ladra y los dos sonreímos.

-Ahora veo quien en su favorito.

Dassia se baja de mí y corre hacia el pequeño animal. Los veo no parar de demostrarse afecto.

Soy un maldito afortunado.

******

Cerberos no deja de ronronear mientras Dassia juega con él, camino hacia la puerta del establo al escuchar las motos.