Epílogo

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Arthur mira desde el gran salón del palacio hacia las afueras de los jardines, donde los caminos de piedra que conducen a las provincias se bifurcan eternamente por toda la costa del Mare Nostrum, pero es la figura del Augusto lo que espera ver ansiosamente regresar a Roma y cuando aparecen sus legiones, los centuriones y dos de los senadores, Arthur acaba de tomar la decisión.

Entra al gran salón para esperarlo. El viaje del emperador ha sido largo. Ha visitado la provincia más reciente y a la que tanto Aurelio, así como Adriano lo hizo en su tiempo, ama con risible intensidad: la hélade. Divisando a lo lejos lo cansado que luce su tío, camina hasta él esperando brindarle un abrazo, el cual el Imperator responde inmediatamente.

—Te extrañaba, hijo—Le dice. Sus nietos directos también van hasta él a saludarlo—. Los extrañaba mucho, pero los encantos de Atenas son imparables. Debemos hacer un viaje hasta la Hélade un día.

Feliciano y Lovino no muestran mayor interés porque no les gusta verse en medio de las legiones estando fuera de casa. Arthur asiente no por entusiasmo, sino porque sabe que debe darle en el gusto si quiere que su conversación con su tío se dé bien.

—Te ves preocupado—Le comenta Aurelio. El britano alza la mirada hasta él dándole a entender que no se equivoca. El emperador lo conoce demasiado bien; se ha hecho cargo de su crianza y formación en las artes y cultura romana de la mano de los mejores instructores, tal como una vez dijo uno de sus predecesores y que Aurelio ha aplicado: "los dioses no me dieron la posibilidad de tener hijos, pero sí de elegir hijos". Arthur agradecerá todos los días ese cariño incondicional que su tío abuelo ha mostrado con él, sin dudas—. Vamos a los jardines, tengo mucho que conversar contigo.

Sentados junto a los rosales, las estatuas de los dioses y las fuentes de agua, Arthur comienza a explicar lo que bien sabe es menester aclarar.

—Sé que te molestó que no fuera contigo a Oriente—Afirma. Aurelio suspira cansadamente.

—Un poco. Eres un buen soldado, Arthur. Aunque agradezco a los dioses que la guerra no haya sido tan sangrienta. Hay otras formas de conquistar.

Imperium Populi Romani—Comenta el britano, haciendo alusión a la ciudadanía otorgada por los emperadores a las tierras anexadas. Aurelio sonríe, satisfecho, pero Arthur vuelve a ponerse serio—. Ellos no tienen la culpa de que yo no haya querido ir contigo. Confío en ti como emperador y general, eres extraordinario como diplomático y en las provincias te adoran.

—Entiendo—Dice sin más Aurelio. Deja caer su mano pesadamente en el hombro de Arthur—. Ten presente algo, muchacho. Si los amas como dices amarlos, dales la oportunidad de que sean iguales respecto a ti.

—Lo he pensado—Admite Arthur. De sus mantos, saca dos cartas redactadas por él mismo—. Las escribí hace poco, necesito tu sello imperial para entregarles su libertad.

Aurelio accede, mirando al muchacho con una sonrisa complacida. Esa misma noche, Arthur camina hacia el lecho donde ellos lo han esperado con paciencia. Al sentarse y notar sus miradas preocupadas, no puede evitar reírse un poco por lo extraño que resulta. Extiende a cada uno un rollo de papel, un pergamino que decreta que de allí en más serán hombres libres.

—Es momento de que puedan decidir por ustedes mismos.

Allistor y Francis se miran sin entender nada. Abren los pergaminos, los extienden, y aunque no puedan leer el latín de manera tan fluida, entienden inmediatamente de qué se trata.

—"Por decreto del Imperator Caesar Divi Aurelius Augustus, y Divus Aurelius, otorgo la libertad completa a los esclavos traídos desde Britania y la Galia para obtener la ciudadanía y formar parte del Populus..." ¿Qué es esto, Arthur? —Pregunta Francis, extrañado, y un poco asustado también.

—Es un regalo, Francis—Dice, sonriente—. Son libres, son ciudadanos romanos de la Galia y Britania.

—¿Libres? —Preguntan ellos, sin ser capaz de entenderlo del todo. Jamás se sintieron esclavos con Arthur, nunca en la vida experimentaron anulación, qué podría ser diferente ahora.

—Sí—Arthur mira sus propias manos y respira pesadamente—. Creo que es necesario que el mundo sepa que estamos juntos porque los tres queremos, no porque yo sea su dueño y ustedes una posesión. Aunque me estoy arriesgando—bromea—, ahora pueden regresar a sus provincias si lo desean.

—Yo no quiero irme a ninguna parte—determina Allistor. Francis está de acuerdo con él—. Queremos estar contigo.

—Lo sé—Confirma Arthur, sonriendo un poquito—, yo tampoco quiero que se vayan, pero si se quedan, háganlo por ustedes, no por mí.

—Lo hacemos por nosotros, siempre ha sido así—Confirma Francis—¿Qué podría ser diferente ahora?

Arthur lo mira a los ojos, tomándole las manos.

 —Es algo que ustedes no sabían. Esto también lo estoy haciendo por mí.

Francis entiende todavía menos, pero lo mira atentamente para seguir escuchándolo.

—Que por fin voy a sentirme entre iguales.

Allistor lo mira y Arthur inmediatamente le busca la mano también. Entienden perfectamente a qué se refiere y Francis, a quien le ha costado entender un poco más que al celta la lengua culta del imperio, sonríe también con ellos al comprender genuinamente lo que Arthur siempre buscó.

Allistor y Francis toman los decretos que garantizan sus libertades y condiciones de ciudadanos, le agradecen a Arthur la oportunidad y antes de que el príncipe vaya a celebrar el regreso del emperador a Roma, Francis recalca su convicción innata.

—Pero serás siempre el primero, Arthur—Le sonríe amorosamente—. El primero entre tus iguales.

El príncipe les devuelve la sonrisa. Ya no hay nada que les deba; puede amarlos con toda la libertad que tanto él como ellos, poseen.

~ F I N ~

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Notas finales:

¡Yay! Otro proyecto más cerrado. A ver cómo va la cosa con los demás xd

Espero que haya quedado clara la idea, en este epílogo, el porqué el nombre del fic, y en vista de que ya se me acabaron las ideas, Primus Inter Pares quedará finalizado acá. Ahora sí ya podré concentrarme en Lus Primae Noctis y El Talismán, el fic UKSpa que pretendo ir publicando aquí también.

Les comparto también una idea que me llegó y que me tiene fascinada. Quiero escribir, más temprano que tarde, un Britaincest inspirado en Game of Thrones, ¡pero no se me espanten! No habrá (tantas) muertes. Será un fic de pocos capítulos, tengo todo el inicio y el final ya determinados, pero serán entregas largas. Estoy demasiado enamorada de esta idea así que pretendo ir escribiéndola ya cuando a Lus Primae le quede uno o dos caps para terminarlo.

Otra cosa: quiero, también, ir subiendo pequeños oneshot's Britaincest o de Escocia e Inglaterra a "Tiempo Contigo". ¿Por qué les aviso?, porque no son ideas de humor sino de drama, aunque los drabbles humorísticos tampoco se detendrán. A ver cómo me resultan una vez redactados para ir subiéndolos también.

Una vez más, infinitas gracias por acompañarme en este fic. Ha sido una travesía genial escribir sobre estos tres, me enamoré todavía más de ellos y espero que ustedes hayan disfrutado leyendo estos caps tanto como yo disfruté al escribirlos. Gracias a Mari, Aoi, Trazh; y a todos quienes dedicaron un ratito de su tiempo a leerme. Lo aprecio con el alma.

Nos leemos en otro fic.

¿Vieron que no pasó nada terrible al final? xD

Y adiós, Primus Inter Pares

Aquí les dejo la playlist de las canciones que sonaron mientras escribía algunos de los oneshots. A ver si también les sirve para inspirarse ❤

https://open.spotify.com/user/1hl6zog0f7kh23htv6l1qlco7/playlist/5Um9x6wxVhpSCUvlZck1UT?si=KKHCakFoR8S8kuv9E0y8Wg


APH: Primus Inter Pares | ScotEngFraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora