Capítulo V

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Ana recargó su espalda en la pared, así estando en una posición cómoda para hablar con él. Al inicio hubo un silencio incómodo en el salón, todo era tan callado, pues no se escuchaba ni un sólo ruido más que los pensamientos mudos de ambos. Esteban comenzó a hablar, así rompiendo el hielo:

-Lo siento si te incomodé al tomarte de la mano - comentó mientras bajaba la mirada apenado.

-No me incomodaste, tranquilo - dijo ella despreocupada. Pronto hubo otro silencio pesado, pero no por mucho tiempo, ya que Esteban comenzó a hablar:

-Últimamente he estado pensando mucho sobre el caso de Violeta. He tomado la decisión de buscar y encontrar al culpable. Día y noche pienso en ella, a decir verdad, a veces no logro conciliar el sueño. Aún no puedo creer que no volveré a ver a mi hermanita – comentó él con el rostro afligido. Incluso creo que nunca estaré tranquilo hasta saber la verdad de todo. ¡Lo peor es que la policía no pudo darnos más detalles acerca de lo ocurrido esa tarde! –se detuvo y soltó un suspiro de agotamiento.

Ana empezó a notar que Esteban realmente estaba generando una obsesión con el reciente homicidio de su hermana. Ella estiró su mano  con suavidad hasta entrelazarla con los dedos de su amigo. En cuanto se tocaron, el chico se tranquilizó un poco, pues sintió que por primera vez alguien fuera de su familia lo apoyaba.

Pronto Esteban se preguntó cómo sería besar los labios de Ana.  A decir verdad, antes que de ocurriera el asesinato de su hermana, el chico había planeado la forma de acercarse a la castaña. Ana le interesaba de una forma sentimental, a él le tenía cautivado la personalidad alegre y despreocupada de ella, también le atraía físicamente. Su cabello café le parecía diferente y lindo, sus ojos negros y profundos lo ponían nervioso, y su altura le causaba ternura, dado a que él era más alto que ella. La mayoría del tiempo la observaba en los pequeños recesos durante clases, le gustaba verla hablar o bromear con sus amigas, y sonreía cada vez que ella reía.

Poco a poco y de manera involuntaria se inclinó hacia ella, observado aquellos labios que tanto le gustaban.  ¿Serían suaves al tacto? ¿Correspondería a su beso? ¿Podrían llegar a ser algo más que amigos? Esas y más preguntas pasaron por la mente del rubio antes de finalmente rozar sus labios con los de Ana.

Pronto respondió a sus preguntas; los labios de la chica eran suaves y lo más importante, Ana correspondió su beso, por un momento todo pareció estar bien aunque minutos después una brisa fría los envolvió. Ana sintió escalofríos por todo el cuerpo y el aula quedo sumergida en la oscuridad a causa de una nube gris que tapaba los rayos del sol. Ana se alejó del chico confundida y observó a su alrededor.

¿Quién mató a quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora