Capítulo III

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El caso nunca se resolvió, nunca se conoció el nombre del asesino, tampoco hicieron público el hecho de que Violeta fue violada antes de morir.

Poco a poco a mí alrededor y con el paso del tiempo, la gente empezaba a olvidarse de Violeta y eso ella lo sabía. Podía verla por las tardes caminando en círculos frente a mi cama, estaba desesperada.

-¿Qué pasará si la gente me olvida?- Me preguntó sin esperanzas una noche lluviosa.

Cara pálida, cuerpo delgado, cabello rubio y ojos verdes, esa había sido Violeta Saavedra, una de las chicas más bonitas y populares de la escuela.

-Yo nunca te olvidaré, Violeta- Le contesté con lágrimas en los ojos.

Pero mentí, algunas veces olvidaba su muerte por unos segundos, o simplemente mi subconsciente rechazaba el hecho de que la chica con la que hablaba estaba muerta. Había veces en las que simplemente era tanta la costumbre de su presencia, que solo le contestaba y me limitaba a seguir en lo mío. Estaba aterrada, no por la cuestión de hablar y ver su espectro, sino por la codependencia que estaba desarrollado hacia ella.

¿Quién mató a quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora