-Esteban Saavedra
Después de lo ocurrido en la escuela fui a casa de Ana para hablar de lo sucedido. Pero nadie me abrió la puerta, así que regresé a mi casa y le intenté llamar varias veces, de nuevo no obtuve ninguna respuesta de ella.
En la escuela, en la calle, en cualquier parte ella me evitaba. Sentía que ya no quería hablar conmigo, y me pregunté ¿Qué hice mal?
Y lo más importante ¿Qué había ocurrido aquel día? ¿Con quién hablaba Ana? ¿A quién le había jurado algo?
En las noches mi mente divaga sobre la identidad del asesino de mi hermana. El simple pensamiento de que ese desgraciado sigue suelto y que lo mismo le podría suceder a cualquier mujer en cualquier momento, incluyendo a Ana, me pone furioso porque sé que no puedo hacer nada al respecto. Eso solo aumenta mi preocupación por ella aún más.
Me siento inútil. Tantos amigos, popularidad, dinero y no fui capaz de cuidar a mi hermanita. Ahora nunca la volveré a ver. Sé que no es mi culpa, pero me siento responsable; fallé en mi único deber como hermano mayor.
Pero hay algo, más bien alguien, que me tranquiliza. Cuando estoy con Ana siento paz y mis pensamientos masoquistas parecen desaparecer en cuanto veo sus ojos, sus hermosos ojos.

ESTÁS LEYENDO
¿Quién mató a quién?
Mystery / ThrillerLo que están a punto de leer es la experiencia de una chica llamada Ana Solari, que se ve directamente relacionada con un feminicidio que ocurrió en su escuela. A partir de ese día, la víctima recurre a Ana y la acompaña en su día a día, y ambas son...