-¿La escuela? -Preguntó confundida mientras observaba la fachada del edificio.
-Sí, aquí fue donde todo ocurrió ¿No? -contestó –Apaga el coche y asegúrate de tener tu teléfono a la mano por si necesitamos llamar a la policía.
-¿El asesino está aquí? -preguntó horrorizada. Apagó el motor del auto y puso en marcación rápida a las autoridades.
-El desgraciado vive aquí -Murmuró mientras atravesaba la puerta del auto, Ana la siguió con el corazón latiendo fuertemente.
-¿Quién podría estar aquí a esta hora, Violeta? - dijo mientras se ponía la capucha de su abrigo sobre su gorro de lana -¿Cómo pretendes entrar? Déjame recordarte que yo no puedo atravesar paredes –Fue ignorada y se limitó a seguir el paso rápido al espectro de su amiga que iba flotando delante de ella.
-Lo tengo todo planeado, Ana - Violeta rodó los ojos nuevamente y ambas llegaron hasta una reja de metal que impedía el paso al estacionamiento del edificio.
-No... -murmuró la castaña al ver la sonrisa maliciosa de la rubia –No subiré allí, Violeta.
-Ana, estaré a tu lado todo el tiempo, conmigo cuidando de ti no te pasará nada - ella volvió a negar y dio un paso hacia atrás con nerviosismo –Dentro de ese edificio están las respuestas, hazlo por mí –dijo con voz firme.
Al final, Ana terminó trepando por la reja recordándose a sí misma que debía hacer más ejercicio. Cuando atravesaron la reja, rodearon la escuela hasta encontrar una ventana abierta por la que pudiesen entrar al edificio.
Una vez dentro Violeta empezó a guiar a Ana por los pasillos que alguna vez recorrieron ambas felices y despreocupadas. Tantos recuerdos y sentimientos encontrados eran demasiado para las dos chicas.
-¿Reconoces este salón? -preguntó Violeta con voz triste y tranquila mientras señalaba una puerta con la cabeza.
-Sí, aquí fue donde besé a Esteban y te juré jamás volver a hacerlo.
-No –dijo secamente la muerta –Piensa otra vez.
Esa respuesta la sorprendió y no fue hasta que su amiga difunta recargó su mano en el hombro de la chica que la realidad golpeó a Ana. Se paralizó y sintió vergüenza, le apenaba haber olvidado que en aquel salón Violeta había pasado los últimos minutos de su vida. Pensándolo bien era la primera vez las dos chicas se tocaban desde el día en que una de ellas perdió la vida.
-Yo... -la verdad es que no sabía que decir, pero sentía el compromiso de disculparse.
¿Cómo pude olvidarlo? -pensaba Ana -Que mala amiga soy.
-Sólo abre la puerta –le ordenó.
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¿Quién mató a quién?
Mystère / ThrillerLo que están a punto de leer es la experiencia de una chica llamada Ana Solari, que se ve directamente relacionada con un feminicidio que ocurrió en su escuela. A partir de ese día, la víctima recurre a Ana y la acompaña en su día a día, y ambas son...