🌑 Midnight 🌑 ✨ Jiyoo ✨

De vuelta a la realidad

El sol poco a poco se acercaba, tiñendo el cielo de colores rojizos, el azul anterior perdía intensidad dejando dominarse por la tonalidad cálida. Junto al amanecer Siyeon llegaba a casa conmigo apoyándome sobre su hombro, abrió la puerta y ambas entramos. Luego de un tiempo fuera de casa se sentía acogedor volver a ver las paredes y decoraciones de siempre. Subimos lentamente las escaleras y fue ahí donde me percaté de algo extraño, la casa olía a manzana verde; gruñí alarmada, cuando estuve en la casa de Minji la fragancia predominante era esa misma esencia

Siyeon me miró confundida, al no saber el olor de la vampira puede que haya pensado en aquella fragancia como producto de una nueva decoración. Con las pocas fuerzas que tenía en los pies corrí hasta la habitación de huéspedes, donde estaría SuA. A cada pisada sentía un dolor insoportable, quería gritar y dejar de correr; por suerte fue corta la corrida. Abrí la puerta y para mi sorpresa Bora estaba dormida, no había rastro de Minji más que su olor

Mis piernas dejaron de reaccionar y caí en el piso, vaya que dolió esa caída. Siyeon entró preocupada, mirando mi miserable estado decidió ayudarme a levantar, cosa que pude lograr difícilmente. Caminamos hasta mi habitación, donde procedí a tirarme sobre la cama

Extrañaba mi cama, aquel viejo y tieso colchón del bosque no era nada comparado a mi cómoda, esponjosa y suave cama. Siyeon se acostó a mi lado, la miré a sus oscuros ojos marrones y me perdí en ellos, dos esferas que voluntariamente podían cambiar de color. No decidió preguntarme nada, sabía bien que estaba muy cansada como para responder, sólo me hacía compañía

🌑🌲

No fui consciente en el momento en que caí en los brazos de Morfeo. Al despertar Siyeon no se encontraba a mi lado, la habitación se encontraba solitaria, el constante cantar de los pájaros o las usuales risas de los niños jugando fuera de la casa habían desaparecido. Mis músculos habían olvidado su dolor, levantándome de mi cama miré por la ventana. Aquel viejo árbol en donde solía jugar junto a mis dos amigas se encontraba en un mal estado, marcas de cortes lo llenaban de la raíz a la punta

Mientras veía cada uno de los cortes recuerdos volvían a mí, Siyeon descubriendo que era alfa mientras jugábamos a las escondidas; Bora en su primera transformación; las tres diciendo adiós a nuestros padres, mirando como corrían hacia un nuevo destino. Sentí un gran vacío dentro de mí, mi pecho dolía y el nudo en mi garganta se hacía cada vez más incómodo

Caminé a través de los pasillos de mi casa hasta llegar a la habitación de huéspedes, aquella puerta no lucía como siempre. En ella Bora y Siyeon habían grabado sus nombres, ellas dos eran quienes más usaban esa habitación. En lugar de aquellas siglas, se encontraba el espiral triple con cada una de sus puntas tachadas, junto a él estaba el símbolo que guarda Minji en su mano

No me gustaba nada lo que veía, así que abrí la puerta donde en vez de encontrarse SuA acostada en la cama, estaba Minji mirándome fijamente. Dio pasos hacia mí que resonaron al rededor de toda la habitación, rebotando y produciendo eco. Cuando estuvo frente a mí, sentí una presión que me incitaba a hacer algún movimiento, no sabía que era aquello que mí cuerpo me pedía a gritos. Ella suavemente susurró a mi oído “Tu amiga está sana”

Seguido de eso, tomo mi mano y la entrelazó con la suya, inmediatamente aparté la mía. Ni loca dejaría que ella hiciera algo cariñoso conmigo, el mito de la atracción de los lobos debía mantenerse en eso, un mito. Di media vuelta y salí de la habitación, corrí fuera de mi hogar buscando a mis niñas, pero me percaté de algo; el sol estaba en pleno apogeo, ¿Cómo la vampira llegó a la casa sin arder hasta la muerte?

Sentí una presencia que me impidió seguir pensando en aquello, al voltear allí estaba ella.  Al ver sus dos hermosos ojos empecé a perder control sobre mí, mis párpados pesaban, mis piernas querían descansar.

Estaba durmiendo