🌑 Midnight 🌑 ✨ Jiyoo ✨

Destino

   — ¿Yu... bin? — la ruptura en mi voz era evidente, pronunciar esas dos sílabas había costado demasiado, el ardor en mi garganta era algo inevitable. La sombra femenina cobró forma de una chica de estatura media, los calmados ojos de ella albergaban en sus pupilas un mar de oscuridad, su cara redonda tomaba forma a medida que la sombra se materializaba, hasta caer en un corto cabello teñido de rubio con sus raíces aún oscuras como sus ojos

   — Cuando controlas las pesadillas puedes alterar la percepción de la realidad en las personas — su voz grave me calmaba, no era una amenazante criatura de sombras, sino Lee Yubin la popular DJ de la secundaria. Aunque sea mi amiga, aún la negatividad recorría mi espalda plantándose en mi espina dorsal, había asesinado a un hombre que siempre veló por la seguridad del pueblo, Yoohyeon se debatía entre la vida y la muerte quien sabe donde, no podía hacer nada, no podía revivir al oficial ni ir con mi amiga

Bora me aferró a su cuerpo, acariciaba mi cabello suavemente intentando consolarme, no necesitaba mis sentidos de lobo para oír sus latidos, mi cabeza recostada en su pecho me permitía la cercanía necesaria. Cerré los ojos con fuerza esperando que todo fuera una pesadilla y que Yubin era la representación de eso, tal vez al volver a abrirlos estaría en el concierto de nuevo, con Sihyeon tocando la guitarra y con Bora sentada junto a mí esperando las próximas presentaciones. Pero eso no pasó, en cambio una mano se posó en mi hombro, no era la de Bora, era Yubin, arrodillada junto a mí

   — Siyeon, olvida todo este desastre, yo me encargaré. Vuelve con Bora y date una ducha, hoy no tendrás pesadillas — quisiera creerle, no sé ni siquiera que es ella pero sabía que por mucho que lo evitara el oficial me perseguiría en mis sueños. Bora me levantó junto a ella, lentamente nos alejamos del lugar y caminamos hasta casa, debí haber llevado mi auto

🌑🌲

K.M P.O.V

A pesar de Yoohyeon estar inconsciente ese pequeño beso fue el mejor de mi no-vida, mi corazón volvió a latir con normalidad cuando mis labios conectaron con los suyos, un huracán de mariposas amenazaba a mi estómago; por primera vez desde que morí volví a sentirme viva. Recordé el momento en el que desperté de la muerte, cuando vi la silueta de cabello largo y lacio, pude verla con claridad sus rasgos faciales ahora estaban ahí, su sonrisa, sus ojos, su tierna nariz, y el color grisáceo de su cabello, la figura que me despertó de la muerte fue Yoohyeon

Le di vueltas en mi mente durante unos minutos, tal vez pudieron ser horas, pero pensaba en todo lo que había vivido con Yoohyeon los últimos días, desde mi encuentro con ella, hasta el rechazo inicial que sintió por mí, inclusive el momento donde aferrada a mí me confesó que la chica del escenario no era su alma predestinada

Alma Predestinada

Eso era Yoohyeon, por eso mi otra yo reacciona a sus emociones, porque no era yo, puedo percibir sus sentimientos. Estaba enlazada a ella y en ese momento lo supe, mi visión de Yoohyeon no cambiaría, a excepción de que ahora sabía porqué me atraía tanto y porqué quiero pasar mi eternidad junto a ella

🐘🐺

L.S P.O.V

Mientras esperaba que Bora saliera de la ducha los recuerdos carcomían mi mente, como Yoohyeon era absorbida por el hombre rubio, el combate de Minji contra él, sus pares de ojos grises enfrentándose en duelo y por su puesto como mis garras pasaban por el torso del oficial. No había parado de llorar desde mi ducha, a pesar de haber pasado una media hora aún seguía derramando lágrimas que parecían infinitas, buscaba a mi alfa para sentirme más fuerte, pero no había respuesta de ella, tan solo un profundo vacío en mi interior

¿Como se enterará la familia del oficial de esto? Debo ir a la carcel ¿Cuanto falta para eso? Probablemente esta noche sería mi última en libertad

En el marco de la puerta una figura de baja estatura me miraba con profundos ojos amarillos que examinaban todo de mí, lentamente se acercó a mí y tomó asiento a mi lado, acariciando mi muslo intentaba calmarme sin apartar nuestras miradas. Una vez vio que mis lágrimas pararon, posó su mano en mi mejilla, sentía como analizaba los detalles de mi rostro que ella ya conocía. Con su pulgar limpió los restos de mi llanto, estaba destruida y ella alivió mi dolor, siempre era así con Bora, por un momento la analicé a ella, su expresión facial buscaba calmarme sin apartar sus ojos de mí, pero detrás de eso se ocultaba una Bora preocupada y con algo de miedo, yo no era la única sufriendo

Suavemente juntó su frente con la mía, finalmente cerró los ojos, sus manos rodeaban mi cabeza, yo no pude cerrar mis ojos tan solo admiraba sus finos labios. Me fue imposible luchar contra mis impulsos y la besé, sus labios sabían como un dulce pie de limón, me recordaban al aroma característico de ella. Sus manos no cambiaron de lugar, en lugar de eso sentía que nos mantenían juntas para no romper el juego que nuestros labios hacían. Sí, había besado a Bora antes, siempre resultaba mágico y doloroso porque yo no estaba segura de hacer caso al mito de las almas predestinadas, rompía el beso antes de que doliera más. Este beso fue mágico, en lugar de doler aliviaba mis preocupaciones, eliminaba todo mi entorno, la sangre, la muerte, el sufrimiento no significaba nada si ella estaba junto a mí, si me unía a ella de esa manera.

Bora separó el beso, con miedo de que al abrir los ojos todo volviera a ser una pesadilla tardé en abrirlos, al hacerlo ella estaba ahí, igual de hermosa que siempre, no estaba avergonzada por lo que había hecho, tan solo rogaba por una frase con sus ojos, aquellos ojos que decenas de veces habían derramado lágrimas luego de nuestros besos, por primera vez no lloraban, ambas por fin sabíamos que ya no habría vuelta atrás

Evadí por mucho tiempo pronunciar esas palabras, siempre huí de mi destino, dañé a Bora en el proceso, jugué con sus sentimientos, pero en ese momento, en ese lugar, lo acepté

   — Bora... Te amo — sin saber por qué de mis propios ojos salieron lágrimas, estaba llorando y Bora igual. Sus calmados iris amarillos ahora tomaron una coloración roja, eran mis ojos, supuse que los míos ahora eran amarillos

Acepté mi destino, mis lazos con Bora ahora eran lo más fuerte que tenía, se demostraba momentáneamente en nuestras miradas intercambiadas, ambas vemos a través de la otra