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Taehyung por fin había aceptado que no podía viajar hasta California con sus vecinos. Había costado toda la noche y todo el día siguiente para que se diera cuenta de ello, incluso estuvo a punto de comprar un billete más de avión. Pero al final se limitó a ver como el avión despegaba desde la ventana del aeropuerto, agarrando con firmeza la mano de su querida novia, quien dejaba suaves caricias en ella. Había sido un día y medio bastante duro.

El peligris había estado gran parte de la mañana realizando transacciones en el banco para poder pasarle el dinero del concurso y algunos ahorros que tanto él como Elena habían aceptado donar al pequeño, a la cuenta bancaria de Yangmi. La mujer solo repetía una y otra vez lo agradecida que estaba, lo mucho que les quería y que se encargaría de devolverles todo en cuanto pudiese, a lo que ambos jóvenes se negaron.

—Le irá bien, ¿verdad? —susurró Taehyung, mirando por la ventana el cielo a pesar de que el avión ya había desaparecido.

—Claro que sí. La próxima vez que le veamos estará sonriendo tan radiante como solía hacerlo —dijo Elena, dejando un pequeño beso en la mejilla de su querido novio—. Vamos a casa, me quedaré contigo. Estoy segura de que Andrea y Yoongi estarán ocupados en la mía.

Taehyung solo pudo esbozar una pequeña sonrisa y antes de salir del aeropuerto, se giró a abrazar a Elena. El chico era mucho más alto que su novia, pero la sensación que daba era de estar refugiándose en los brazos de la chica, de querer desaparecer con la cabeza enterrada en su cuello, donde se sentía como en casa y se sentía protegido. Elena rodeaba su cuerpo con firmeza, dejando pequeñas caricias con amor en la espalda del chico.

Taehyung no podía llorar más, tenía los ojos completamente hinchados y un terrible nudo en su garganta. Pero no podía llorar más, aunque quisiese. Simplemente se dedicó a quedarse entre los brazos de la chica que amaba con todo su corazón, impregnándose de su dulce aroma, escuchando como en susurros ella le decía que todo estaría bien y queriendo creerla.

—Gracias —susurró cuando por fin se separó de ella, minutos después—. Gracias por quedarte conmigo, por quererme y por estar a mi lado en estos momentos. Sé... sé que no debe ser agradable, lo siento.

Elena negó suavemente con la cabeza y se puso de puntillas para dejar un pequeño beso en la frente de Taehyung.

—No tienes que agradecerme nada, Tae.

A pesar de que hacía muchísimo tiempo que no conducía, fue Elena quien se encargó de coger el coche para volver a casa del peligris. Decir que no estaba nerviosa sería mentir, las manos le temblaban y su mente no dejaba de darle vueltas a todo. Taehyung puso la mano en la pierna de Elena, brindándole confianza y seguridad, y comenzó a dejar pequeñas caricias en la zona mientras la chica conseguía llegar a su destino.

Taehyung se dejó caer en la cama al llegar a la casa mientras un alegre Yeontan le seguía moviendo la cola. El perro se subió a la cama, tumbándose al lado de su dueño y lamiendo con cariño el suave rostro del peligris, haciéndole sonreír un poco. Elena miraba la escena sonriente desde el marco de la puerta, antes de decidir unirse a ellos y tumbarse junto a su novio y a Yeontan, a quien acarició dulcemente.

—Tannie vamos, bájate.

El perrito hizo caso a Taehyung y se marchó a una esquinita de la habitación para hacerse bolita y dormir en su cuna. Elena se quedó simplemente mirando a su bonito novio, observando y analizando cada detalle de él.

Taehyung estaba mirando el techo, sumido en sus profundos pensamientos, seguramente relacionados con Hyungsu. Su pecho subía y bajaba lentamente al ritmo de su respiración y sus preciosos ojos oscuros se cerraban en pequeños parpadeos de vez en cuando. Tenía los labios ligeramente entreabiertos, permitiéndole respirar por ahí y su pelo grisáceo se esparcía por su frente y por la almohada. Tenía un brazo bajo esta y el otro doblado sobre su abdomen. Elena podía apreciar la tersa piel del chico e incluso algunas venas en la zona de su cuello. Estaba jodidamente enamorada de él.

Con sutileza, se movió hasta apoyarse en el pecho del chico, que se acomodó para rodear a su dulce novia por la cintura. Dejó un pequeño beso en la frente de Elena y simplemente se quedaron así, abrazados, sumidos en sus pensamientos.

Al cabo de un rato, Taehyung soltó un suspiro cargado de frustración y se llevó su mano libre a la frente, despeinando su flequillo. Elena le miró con preocupación, frunciendo levemente el cejo. Le dolía demasiado verle así, pero no sabía que hacer para remediarlo. El chico intercambió miradas con ella y se incorporó un poco para unir sus labios. Fue un beso simple, casi estático, en el que los labios del joven hacían una suave presión sobre los de su novia, hasta que comenzó a moverlos lentamente. Era un beso bastante perezoso, pero a ninguno pareció importarle, pues estaba cargado de amor. Elena llevó sus manos a las mejillas del chico mientras él dejaba lentas caricias en la zona baja de su espalda. Taehyung finalizó el beso mordiendo suavemente el labio inferior de la chica, haciéndola reír.

—No tienes ni la más remota idea de cuánto te amo, Taehyung —susurró la chica, incapaz de apartar la mirada de los tristes ojos de su novio.

El chico, incapaz de decir nada, volvió a besarle. Era un momento cargado de emociones y su corazón estaba saturado, pero de alguna forma, estar con Elena, abrazarla, besarla... calmaba todos sus demonios, todas sus preocupaciones y su corazón sanaba poco a poco, latiendo cada vez con un ritmo más frenético. Elena le hacía feliz, le llenaba y le daba razones para no rendirse, para sonreír y para vivir.

Sus labios se movían sobre los de ella, abriéndose poco a poco para dejar paso a sus lenguas que se rozaban con ligeros toques capaces de erizarles la piel a ambos. Un pequeño jadeo de placer se escapó de los labios de Elena, haciendo que se sonrojase y que Taehyung sonriese en mitad del beso, por lo que acabaron separándose momentáneamente antes de volver a iniciar un nuevo beso con más pasión e intensidad que el anterior. Poco a poco ambos iban deseando más. Las manos de Elena se introdujeron debajo de la fina camiseta de Tae, acariciando su torso mientras le besaba con amor. Se separaron para sacar la camiseta de Taehyung y la chica comenzó a dejar suaves besos en la piel ahora descubierta. El chico le miraba expectante, disfrutando de los besos, mientras que la chica comenzaba a dirigir sus dulces besos al cuello de su novio, donde dejó alguna pequeña mordida, succionando un poco la piel hasta dejar un pequeñísimo chupón. Sonrojada, se acercó de nuevo a los labios del chico que devoraron los suyos con ansia y con amor.

Enseguida Taehyung comenzó a bajar la cremallera del bonito vestido que Elena se había puesto para aquella comida con los chicos, antes de que las malas noticias comenzaran a llegar. Sus manos acariciaron todo el cuerpo de la chica, cuyos ojos brillaban y que se deshacía con cada roce de Taehyung contra su piel. Entre besos y caricias se fueron desnudando poco a poco, provocándose el uno al otro, dándose placer mutuamente. Cuando Taehyung se situó sobre Elena para hacerle el amor, las mejillas de la chica estaban totalmente coloreadas de rojo y tenía los labios verdaderamente hinchados. El peligris sonrió al ver a su novia así. Dejó un pequeño beso en sus labios y entró con cuidado en ella.

Con cada penetración, el placer iba aumentando y el dolor disminuyendo, los gemidos iba adquiriendo un volumen más elevado y los besos iban derrochando más amor, así como la complicidad entre ambos se dejaba notar en sus miradas.

Hicieron el amor como ambos sabían, dulce, lleno de te amos, de besos, de caricias, fusionándose en una sola persona, en un solo corazón. Llegaron al orgasmo prácticamente a la misma vez, sin ninguna prisa, disfrutando el momento, disfrutando la sensación, y llegaron juntos con una sonrisa y con un dulce beso. Desde que había conocido a Taehyung, Elena vivía en una nube porque así es como el chico le hacía sentir, como un ser etéreo y lleno de felicidad y de amor. Realmente, no lograba encontrar ese sabor agridulce de la que tanto había oído hablar en cuanto al amor, todo era de color rosa de ella y esperaba que siguiera siendo así.

—Elena —susurró Taehyung a escasos centímetros de su rostro cuando ya se calmaron un poco y estaban simplemente tumbados en la cama, mirándose el uno al otro—, no te vayas nunca, por favor.

Elena sonrió levemente, acariciando el pelo de su querido novio.

—¿Cómo podría irme si me haces sentir tan querida y tan feliz? Debería ser yo quien te pidiera eso. Realmente no sé cómo agradecerte tanto o cómo demostrarte cuánto te amo.

Taehyung negó con la cabeza lentamente.

—Tú solo sonríe, ¿vale? Yo me encargo del resto —susurró antes de dejar un suave beso en los labios de la chica y quedarse dormido apoyado en el pecho de su novia mientras ella dejaba pequeñas caricias en su pelo para ir durmiéndoselo también poco a poco.

smile » taehyung ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora