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La despedida de Andrea y Yoongi en el aeropuerto ya no fue tan triste, ya sabían lo que era estar alejados del resto de sus amigos pero al mismo tiempo también sabían lo bonito y especial que sería el reencuentro, porque no había duda de que volverían a verse de nuevo más pronto que tarde.

Ni siquiera fueron todos, solo Jungkook, Yuna, Jimin, Taehyung y Elena. Los demás se habían encargado de despedirse correctamente la noche anterior tras el espectáculo de Jimin.

—Tae, ven aquí —dijo Andrea con una sonrisa, abriendo los brazos para que el mayor le abrazara. Y eso es lo que hizo—. Cuida de Elena, lo digo enserio, todo va a ir bien, ¿vale? No vuelvas a dejar de comer ni a pasarte el día llorando y durmiendo. Hazme solo ese favor.

—Te lo prometo, de verdad —sonrió el pelirrojo rodeando a su mejor amiga fuertemente—. Gracias, por todo.

Ambos sonrieron y procedieron a despedirse de los demás antes de que la pareja tuviera que marcharse de nuevo. Los restantes se miraron entre sí, preguntándose los unos a los otros con la mirada qué iba a ser de ellos a partir de ahora, qué les depararía el futuro.

—Jimin, Jungkook, ¿os llevo al trabajo? Me coge de paso —dijo el pelirrojo con una sonrisa. Los dos chicos asintieron.

Las dos chicas, por otro lado, se marcharon en el coche de Yuna hacia la librería para comenzar un nuevo día. Se conocían desde hace muy poco, pero habían congeniado muy bien. Yuna era completamente diferente de Elena, con intereses diferentes, pero aún así conseguían complementarse y ayudarse mutuamente. Además, afortunadamente, ambas chicas tenían unos ideales similares, eran compresivas y amigables, por lo que no fue nada difícil que ambas chicas hicieran crecer poco a poco una bonita amistad.

Elena estaba sentada frente al ordenador respondiendo a algunos mensajes de los clientes, pidiendo de vez en cuando ayuda a Yuna, quien estaba ordenando los libros según temática y autores.

—¿Crees que serías capaz de llevar esto adelante sola? —le preguntó a Yuna con una tímida sonrisa— Llevo tiempo pensando buscar algún empleo relacionado con los animales, que es lo que realmente me gusta. Pero si no, podría intentar buscar uno en el que el horario me permitiera ayudarte un poco.

—No te preocupes, yo me encargaré de todo —sonrió dulcemente la chica, recogiendo un par de libros más del mostrador—. Namjoon y yo lo sacaremos adelante, ya verás.

Elena sonrió ampliamente y asintió con la cabeza. Realmente le caía bien Yuna y esperaba que pudieran conocerse mejor y llegar a ser grandes amigas. 

—Ya casi he acabado de ordenar, ¿qué te parece si te ayudo a buscar algún trabajo? 

Un par de minutos después, ambas chicas estaban sentadas junto al ordenador, mirando numerosas páginas web sobre ofertas de trabajo, pero la mayoría quedaban demasiado lejos o exigían una gran experiencia. Pero no se rindieron. Si bien es verdad que con cada resultado negativo Elena se frustraba un poco, la menor se empeñaba más en la búsqueda, retándose a sí misma a encontrar el lugar adecuado para que su nueva amiga pudiese dedicarse a aquello que realmente le apasionaba. Todo el mundo debería poder acceder a eso que les llena y les hace feliz, ¿no? 

Pasaron algo más de una hora frente a la pantalla de ordenador, haciendo pequeñas pausas para atender a algunos clientes, a quienes de paso, le preguntaban si sabían de algún puesto de trabajo disponible referente a animales.

—¡Lo encontré! —exclamó Yuna, llamando la atención de Elena, quien se había rendido completamente y estaba revisando sus redes sociales—. Este es el tuyo, Elena.

🌸🌸🌸

Taehyung respiró profundamente antes de entrar al estudio. Era su primer día y estaba claramente nervioso. Jungkook le había dado algunos consejos unos momentos antes en el trayecto en coche y el pelirrojo ahora trataba de repasarlos mentalmente mientras intentaba tranquilizarse de todas las maneras posibles. Por fin había llegado el día en que podía dedicarse a la fotografía, uno de sus sueños.

El chico esbozó una amplia sonrisa, se aseguró de que su ropa estaba impecable y entró por las puertas del edificio, saludando educadamente a todo el mundo. Se acercó a una empleada que le indicó exactamente a donde debía dirigirse para conocer a su nuevo jefe. Y eso es lo que hizo. Procurando no aparentar estar muy nervioso, Taehyung subió en ascensor a la tercera planta y se dirigió al despacho del final del pasillo como le había indicado la empleada. Volvió a tomar aire y llamó a la puerta cuidadosamente.

Todo el edificio tenía una estética minimalista. Paredes blancas, poca decoración y nada más que los muebles totalmente imprescindibles. Todo en blanco, negro y una amplia escala de grises. Sin embargo, la sala en la que entró, era completamente diferente a todo. Era, literalmente una explosión de color. Más que el despacho del director de una revista fotográfica, parecía un taller de un artista. Taehyung se quedó impresionado, observando cada aspecto, cada centímetro de la habitación. Las paredes estaban llenas de fotografías de miles de colores diferentes, recortes de revistas y algunas imitaciones de cuadros realmente famosos. Había numerosas estanterías, todas llenas de libros sobre el color, la perspectiva, la luz y la historia del arte, así como de la fotografía.

—Kim Taehyung —sonrió el hombre que se encontraba de pie no muy lejos de donde el joven se situaba. El mencionado hizo una gran reverencia—, me alegra verle por aquí. ¿Es mi despacho de su gusto?

—Es... es impresionante, señor —dijo educadamente, sin poder borrar la sonrisa de su rostro.

—He estado al tanto de todas sus fotografías y he de admitir que he investigado un poco sobre usted. He leído que no solo se dedica a la fotografía, sino que también pinta —todo el nerviosismo que había desaparecido del cuerpo de Taehyung al entrar en la sala, había regresado.

—Así es, señor.

—He de decir que estoy impresionado. No solo por la gran calidad de sus obras de arte, sino por la peculiar percepción que posee. Es usted muy especial, señor Kim, y me alegro de que a partir de hoy se encuentre trabajando con nosotros. Estoy convencido de que va a llegar muy lejos.

Taehyung no podía ser más feliz. No era capaz de borrar su gran sonrisa cuadrada en ningún momento, a pesar de que la reunión se extendiese por casi dos horas. Realmente el tiempo pasó muy rápido. Park Yoon Seol era, no solo un gran artista, sino también una gran persona y sin lugar a dudas, el joven pelirrojo quedó cautivado por él. A pesar de que como le había explicado su nuevo jefe, iba a comenzar con pedidos realmente sencillos, no dudaba de que podría ir ascendiendo hasta poder llegar a trabajar incluso en sus propias exposiciones de fotografía. 

Definitivamente, no podía esperar a llegar a casa para contarle todo a Elena y celebrarlo juntos.

smile » taehyung ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora