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Yoongi estaba en el hospital.

Yoongi estaba en el hospital.

Yoongi estaba en el hospital.

Yoongi estaba en el hospital.

Mierda.

Solo era capaz de escuchar las palabras de Andrea una y otra vez.

"Lo han vuelto adicto a las metanfetaminas. Salía del trabajo y se iba con algunos amigos que hizo de fiesta. Se drogaban. Un amigo mío que coincidió con él en una fiesta me llamó cuando vio como se desmayaba. Yoongi llevaba días sin dormir y sin comer, pero estaba tan cariñoso y atento conmigo que no me había dado cuenta, ¡joder! Era el efecto de la droga. Estaba muy animado, más enérgico que de costumbre, pero no lo noté porque quedaban días para mis exámenes. Cuando mi amigo me llamó, era el mismo día que había terminado los exámenes y me había ido a dormir pronto, por eso no me di cuenta de que Yoongi aún no había llegado. Supuse que estaría ahi por la mañana cuando despertase, ¿cuántas veces habría sucedido lo mismo? ¿Cuántas veces se habría ido de fiesta y drogado mientras yo dormía? Joder. Yoongi no ha sido nunca un chico santo, ¿pero DROGAS? Mierda Elena. Fui al hospital a las cuatro de la mañana y estaban haciéndole un lavado de estómago. Me dijeron que lo mejor era que volviésemos. Que podría haberse tratado de un desliz por el estrés del nuevo país y que le buscáramos ayuda aquí. Pero joder, ¡se drogó antes de subirse al avión! Y ni siquiera lo noté porque estaba... bien. Era el Yoongi de siempre. El de los abrazos, el de los besos, el de los "estás feísima, pequeña". Pero se desmayó al poner un pie en Incheon y llamé a Tae. Nos recogió y nos llevó al hospital, donde se quedó con Hoseok y el me ha traído aquí."

Yoongi era adicto a las drogas.

Yoongi.

Drogas.

Mierda.

El reloj marcó las cuatro de la tarde cuando Elena abrazó a su mejor amiga entre lágrimas mientras repasaba en su mente toda la historia. No cuadraba. Algo no cuadraba. Era demasiado extraño que todo sucediera así.

🌸🌸🌸

—¡Elena!

Era la voz de Taehyung, pero parecía provenir del interior de su cabeza. La chica de pelo rizado frunció el ceño, observando el rostro de su hermoso novio que abrazaba a su mejor amiga que lloraba en el suelo desconsolada. Pero dentro de su cabeza, otro Taehyung seguía llamándola.

No fue hasta que le empezaron a zarandear del brazo cuando consiguió despertarse. ¿Había sido todo un sueño?

Elena ni siquiera se paró a escuchar lo que Taehyung estaba diciéndole. Necesitaba confirmar que había sido todo un sueño, que Yoongi no estaba en el hospital y que no era adicto a las metanfetaminas. Encontró su móvil y miró la fecha y hora. 10 de agosto. 9:45 am. Suspiró aliviada. Comprobó las llamadas perdidas y el último mensaje de Andrea. Todo correcto. No había ninguna señal de que algo estuviera mal.

Regresó a la cama para encontrarse a un confundido Taehyung abriendo las persianas y dejando entrar la radiante luz del sol.

—¿Estás bien? Estabas retorciéndote en la cama y medio gritando cosas inentendibles. Solo entendía Yoongi —el peligris rió, girándose para abrazar a su querida novia.

–He tenido la peor pesadilla del mundo —suspiró entre sus brazos, algo más tranquila. Dejó que el chico acariciara su rizada melena antes de depositar un beso en la frente.

—Haré el desayuno para que te relajes, ¿sí? Tienes que estar alegre hoy. Vienen Andrea y Yoongi y Jungkook quiere presentarnos a Yuna.

Taehyung sonreía ampliamente, emocionado por volver a ver a sus mejores amigos, pero algo en el interior de Elena se encogió. Su pesadilla no tenía nada que ver con todo eso, ¿no?