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Taehyung estuvo desaparecido por un tiempo y Elena casi pareció olvidarse de él completamente, aunque a veces acudía a su mente el recuerdo de aquel abrazo en el hospital, la voz temblorosa del joven y su rostro, el cual reflejaba a la perfección como se estaba rompiendo poco a poco.

Por otro lado, su amistad con el resto de los chicos creció muchísimo. A los que más veía era a Jimin y a Yoongi, que básicamente se pasaban todo el día en su casa, pues eran el mejor amigo y el novio de Andrea, respectivamente. A veces la joven no estaba y Elena se asustaba al verlos por su casa como si vivieran ahí. Hasta que les cogió confianza.

Por otro lado estaba Hoseok. Era un gran chico y se lo pasaba genial con él, haciéndole reír todo el rato. Estaba casi tan loco como su mejor amiga así que no tardó en convertirse en su mejor amigo. Quizás tenía una debilidad por los amigos alocados. Quizás ella también lo estaba en cierto modo. Quién sabe.

Sin embargo, a Jungkook, Seokjin y Namjoon no los veía tanto. Ellos —y Hoseok–, a diferencia de los dos primeros que eran unos holgazanes, sí que trabajaban, por lo que no coincidían tantas veces. 

Era ya mediados de julio y Elena estaba tirada en el sofá viendo una serie española en Netflix con Yoongi y Jimin, como era habitual. Tenían los subtítulos en coreano para los chicos, aunque ella les traducía alguna cosa cuando la traducción estaba mal o simplemente no se enteraban de lo que pasaba. No era una gran fan de las series o películas españolas, pero echaba de menos el país y a los chicos les apetecía verla.

—Voy a ir a recoger a Andrea ya —dijo de repente Yoongi, estirándose y bostezando—. Iremos al restaurante de Jin a comer y a molestarle un poco, por si queréis venir.

Los otros dos negaron con la cabeza, él se encogió de hombros y se fue, dejando a los dos amigos viendo la serie. Elena por fin había superado su crush con Jimin y lo veía como un gran amigo simplemente. Un gran amigo que podría ser modelo, pero bueno.

—No entiendo donde están todos los demás —frunció el ceño el chico cuando acabó el capítulo.

—Trabajando, Jimin. Ellos no son unos holgazanes como tú —río ella burlándose de él.

—Oye, un poco de respeto, a ver si te voy a hacer llamarme oppa —ambos rieron—. De todas maneras, no soy un holgazán. Me dedico a bailar, pero últimamente no hay nada interesante.

La chica alzó una ceja incrédula.

—Demuéstrame que bailas, Jimin-oppa —dijo ella haciendo reír a Jimin.

—Suena fatal, me haces sentir viejo, mejor no me llames así —rio él poniéndose de pie y sacando su móvil para poner música—. ¿Estás lista para quedar cautivada ante mi maravillosa coreografía?

La chica rio pero se calló al momento al ver a Jimin bailar. Efectivamente. Park freaking Jimin bailaba mejor que nadie que ella conociera. Su boca se abrió ligeramente, alucinada al ver los sutiles pero hermosos movimientos del chico. En su rostro podía ver una gran concentración en realizar aquellos movimientos correctamente. Desprendía magia, belleza, elegancia... No escucharon la puerta abrirse pero de repente un Hoseok salvaje apareció y empezó a bailar con él. Ambos chicos se sonreían mientras bailaban y ella simplemente alucinaba. Congeniaban perfectamente y el pelirrojo ni siquiera tuvo que esforzarse por comprender la coreografía. Se notaba la química que había entre ellos mientras bailaban. La canción acabó y ella seguía alucinando.

—Cierra la boca, enana, que te van a entrar moscas —rio Jimin colocando un dedo en su barbilla y empujándola hacia arriba para que ella cerrase la boca—. Por cierto, echaba de menos bailar contigo, hyung.

smile » taehyung ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora